Una «Comisión de Notables» integrada por los desconocidos de siempre, ha propuesto al Ministro de Educación traspasar los colegios de los municipios a nuevos entes locales que denominan «ALE,» según informa La Tercera del 26 de marzo del 2011. Insisten en eludir la solución más evidente, conocida y preferida por la abrumadora mayoría de la comunidad escolar y la opinión pública: reconstruir el sistema nacional de educación pública y en breve tiempo dotar a cada barrio de cada ciudad y pueblo de Chile de un buen colegio gratuito, donde todas las familias puedan mandar a sus hijos en la seguridad que van a recibir una educación de excelencia.
El continuado desmantelamiento del sistema nacional de educación pública construido a lo largo de medio siglo, ha procedido en las últimas cuatro décadas, primero mediante su brutal intervención militar, reducción del gasto público a la mitad y los sueldos docentes a la tercera parte.
Seguidamente, se traspasó la mitad del menguado financiamiento a colegios particulares subvencionados mediante el esquema de «vouchers» y se desperdigaron los públicos por los municipios.
Según los «economistas de la educación,» ello debería haber generado un sistema moderno, de buena calidad y costo reducido, impulsado por una vibrante industria de educación privada. Por el contrario, ha resultado en un sistema malo, caro y segregado, que se debate en su crisis terminal. Ciegos y sordos a esta realidad, sus paladines insisten en su esquema fracasado.
El esquema municipalizado evidentemente no da para más. Hasta los propios alcaldes quieren ponerle término. La última «perla» fue la decisión del alcalde de la comuna popular de Cerro Navia de cerrar varios colegios, contra la opinión de la comunidad escolar movilizada y del propio Ministro de Educación, de su misma corriente política.
Sin embargo, en lugar de avanzar en la reconstrucción un servicio nacional, moderno y eficiente, centralizado y descentralizado al mismo tiempo como cualquier organización racionalmente concebida, los «Notables» proponen un paso más en la privatización de los colegios municipales.
En los hechos, refuerzan su autonomía frente a los poderes democráticos, nombrando sus directorios mediante el deslegitimado sistema de Alta Dirección Pública, aunque lo disfrazan incluyendo en su directorio un par de representantes de los padres y apoderados.
Su ventaja frente a las actuales corporaciones municipales de educación consistiría en la posibilidad de agrupar en una sola «ALE» a colegios de varios municipios pequeños aledaños. Lo fuerzan en cierta medida, al exigir un tamaño mínimo de 3.500 alumnos para cada una y de 500 en cada colegio.
Sin embargo, no se establece ningún sistema centralizado de dirección y control para los nuevos entes, que quedan de este modo librados a su propia suerte. En cambio, los grandes «sostenedores» privados siguen esquemas bien distintos. Como corresponde, todos ellos tienen una estructura de dirección centralizada, que fija políticas, formula planes de desarrollo, establece normas y distribuye su presupuesto. Forman sus cuadros y los distribuyen a través de toda su organización, estableciendo centralizadamente políticas de personal, desarrollo y equipamiento. Tales organizaciones abarcan regiones enteras y el país en su conjunto en el caso de las mayores.
De ese modo estructuran sus organizaciones, por ejemplo, las iglesias y sectas religiosas o fundaciones privadas ligadas estrechamente a estos «Notables». Cabe mencionar que cada uno de los mayores «sostenedores» privados reciben más financiamiento del Estado que casi todos los municipios del país.
La solución de la crisis educacional no vendrá de la mano de los «Notables.» Como siempre ocurre, los grandes cambios no son impulsados por «los de arriba,» que generalmente se sienten de lo más cómodos con las cosas como están. Será la comunidad escolar y la ciudadanía en general quienes dirán la última palabra.
26 de marzo de 2011
Por Manuel Riesco
Economista del Cenda