Laurence Golborne, biministro de Energía y Minería, dijo que las centrales energéticas que cumplen con la normativa medioambiental deben ser aprobadas. Defendió así la utilización de termoeléctricas para ampliar la matriz energética chilena y agregó que “es razonable que todas las centrales que cumplan con las reglas de emisión sean aprobadas en este gobierno. Si eso no nos gusta, cambiemos la ley”.
Sus palabras fueron en el seminario ‘Energía y Trabajo, las claves de la agenda 2011’, organizado por Diario Financiero.
El ministro de Piñera expresó que el gobierno del que forma parte no debe avergonzarse “si aprueba algo que es necesario para el país”. Además reconoció que la matriz energética del país “se está carbonizando”, situación que no sólo corresponde a este gobierno, sino que viene de las administraciones de la Concertación.
Golborne agregó que esta política energética basada en el carbón es de un “gobierno responsable y serio que se preocupa por el desarrollo del país, el cual necesita energía barata y sustentable”.
Ana Stipicic, de Alerta Isla Riesco, comenta que “Golborne tiene razón porque los proyectos están cumpliendo la ley, pero la pregunta que cabe hacerse es si la ley está protegiendo la vida de las personas”.
Stipicic agrega que “de hecho las leyes han sido manipuladas, la ley y normas medioambientales en Chile son tan básicas. Así que terminan aprobando proyectos que efectivamente cumplen con lo que se pide. No hay una visión holística de estos. En el caso de isla Riesco son cinco minas a tajo abierto más un puerto, y son presentados y aprobados como proyectos individuales. Y eso la ley lo acepta”.
El biministro sostuvo también que su gobierno apunta a explotar las energías renovables no convencionales (ERNC). Chile tiene una capacidad instalada de 14.878 MW, que corresponde a sólo el 3% de la energía aportada al sistema.
Pese a lo sustentable de dichas energías, Golborne se manifestó escéptico respecto de su implementación en el corto plazo, ya que a su juicio “los costos de la energía solar, mareomotriz y fotovoltaica no son la solución; son caras en su investigación, implementación y poco eficientes”.
¿ENERGÍA PARA QUÉ?
El funcionario de gobierno insiste en las “necesidades energéticas de Chile”, las que históricamente se han duplicado cada 10 años. A su juicio al 2020 necesitaremos duplicar la cifra actual y al 2040 duplicarla nuevamente.
Su raciocinio lo basa en que “el país necesita energía para desarrollarse, si pretendemos seguir creciendo en tasas del 6%, tendremos necesidades energéticas mucho mayores cada 10 años y en 40 años llegarán a ser de entre 50.000 y 80.000 MW”.
Tampoco escatimó esfuerzos en defender el uso del carbón. “El carbón es el combustible fósil más abundante en el mundo –sostuvo- no es casualidad que el 41% de la capacidad instalada al año 2008 sea esencialmente carbonífera”.
Hasta el 2014 hay en construcción proyectos por 3.104 MW. De estos, el 63% de los proyectos son térmicos y 95% de los mismos son a base de carbón.
Claro que la demanda energética que acusa Golborne es para las mineras del norte, aunque a la hora de hacer campañas de ahorro se les pide a los ciudadanos de a pie. De los 58.427 Gwh gastados el 2009, el consumo residencial es del 15%; el comercial alcanza el 12%; el agrícola un 2% y el industrial el 26%. En tanto que las mineras consumen el 34%.
Las compañías mineras en los próximos 7 años planean realizar inversiones por cerca de 50.000 millones de dólares, según cifras de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami).
El desarrollo del que habla Golborne significa que en la actualidad la producción privada de cobre supera el 70% de nuestras exportaciones de metal rojo. Hace 20 años representaba sólo el 10%. Esta sobre explotación ha destruido ambientalmente las zonas donde se desarrollan los proyectos mineros, ha hecho bajar el precio de los metales exportados y amenaza con la extinción de los recursos.
MODELAR A LA OPINIÓN PÚBLICA
Golborne dijo también que “ningún gobierno se debe avergonzar de los proyectos aprobados de energía eléctrica, ni de nuestra línea política ni de la contraria”, pese al castigo que puedan tener de parte de la ciudadanía. A su juicio “hay que mirar al futuro y planificar de aquí a veinte años».
«Creo que si hoy día le preguntamos a una persona si prefiere tener un vertedero al lado de su casa, o una planta termoeléctrica a carbón, es probable que escoja un vertedero” -sostuvo frente al rechazo de la ciudadanía a las centrales termoeléctricas.
Para el personero, Chile tiene “inmensas necesidades energéticas que demandará el país en los próximos años” y argumentó que para superar la pobreza “se necesita aumentar la capacidad energética para lograr el desarrollo”.
Incluso planteó la posibilidad de instalar termoeléctricas en las mismas ciudades. Para esto puso de ejemplo a Estados Unidos, donde “hay normas de emisión que permite que las plantas estén al medio de las ciudades”.
“No sé en qué estado estamos que pensamos que una planta termoeléctrica a carbón es un atentado a la salud de quien pase alrededor de ella (…) el tema no es el carbón, es cómo se quema el carbón (…) El carbón en sí no es contaminante por definición, tiene que ver con cuáles son las tecnologías de consumo de quema” -recalcó.
Por M.B.R.
El Ciudadano