El Movimiento por la Defensa del Ambiente de La Higuera, Región de Coquimbo, logró la semana pasada que el proyecto termoeléctrico de la Compañía Minera del Pacífico (CMP) fuese retirado por la misma empresa, gracias a la movilización ciudadana madurada en anteriores experiencias por la defensa de su zona.
Ya lo habían demostrado con la generadora de energía que pretendía instalar Codelco y luego con la famosa central termoeléctrica Barrancones, en Punta de Choros, ambos proyectos cancelados tras movilizaciones locales y nacionales que incluso obligaron a intervenir al presidente Sebastián Piñera.
Pero esta vez fue distinto. Sin el revuelo mediático de Barrancones, el Movimiento por la Defensa del Ambiente de La Higuera, consiguió que CMP, de capitales de la Compañía de Aceros del Pacífico, retirara el proyecto de su termoeléctrica, aún cuando este 31 de marzo debía presentar la respuesta de la última adenda hecha al proyecto.
Dicho proyecto incluía una central termoeléctrica de 300 MW de potencia, con una inversión de 460 millones de dólares, que buscaba instalarse en Caleta Chungungo, a 27 kilómetros de Punta de Choros.
Anteriormente, Codelco retiró su proyecto, el mismo día en que se votaría en la Comisión Regional de Medio Ambiente (Corema). Durante el proceso de instalación, la integrante del Movimiento por la Defensa, Rosa Rojas, afirma que la empresa incurrió en ilegalidades de acuerdo a su carácter de empresa pública, como pagar a las comunidades, con tal de dividirlas. Finalmente, el rechazo de los vecinos fue mayor y la empresa desistió.
En el caso de Barrancones, tras ser aprobada por la Corema, la movilización a escala nacional e internacional no se demoró, motivada, especialmente, por la presencia de especies como el pingüino de Humboldt en la zona, que reunió 8 mil firmas de rechazo en Punta de Choros y 10 mil en Europa. Al final, el presidente Piñera tuvo que cumplir su compromiso de campaña y cancelar el proyecto, en un hecho inédito para la institucionalidad ambiental del país.
FRUTOS DE LA ORGANIZACIÓN
De acuerdo a Rosa Rojas, el Movimiento por la Defensa del Ambiente de La Higuera hoy se encuentra descansando, tras “varios años trabajando por la causa, con todo el desgaste que significa luchar contra estas grandes empresas”.
Comenta que estos años significaron la unidad de la comunidad en torno a las problemáticas ambientales que significaban estos proyectos energéticos. “Pescadores, agricultores, la gente de los pueblos cercanos, todos nos unimos y logramos avanzar, a pesar de la manipulación que las empresas hacen con las comunidades” – recalca.
Además, la comunidad estrechó lazos con organizaciones nacionales e internacionales, que los apoyaron e instruyeron en los aspectos más técnicos.
“En el caso de Cruz Grande hicimos un trabajo de estudio muy serio, nos movilizamos pacíficamente, y por eso fuimos escuchados”, señala Rojas.
Entre las recomendaciones que esta vecina hace a otras comunidades que se enfrenten a grandes empresas que amenazan la vida en su entorno, indica que, primero, debe movilizarse la gente del lugar, los verdaderos involucrados, no sólo gente externa.
“No hay que ser un erudito del tema, tan sólo hay que comprenderlo bien y no desviarse nunca del objetivo, porque las empresas hacen mucha manipulación con tal de debilitar la organización de los vecinos”, indica, haciendo referencia a la situación que aconteció con la Central Castilla.
La dirigente agrega que no hay que inclinarse por ningún sector político. “Ni la izquierda ni la derecha tienen patrimonio sobre el tema medioambiental, ya que es algo transversal, de derechos humanos, no ideológico”.
Comenta que sólo recibieron apoyo del parlamentario Marcelo Díaz (PS), quien se acercó voluntariamente a la comunidad. Jorge Pizarro (DC), Evelyn Matthei (UDI) y Mario Bertolino (RN) siempre se mostraron favorables al proyecto termoeléctrico.
GOLBORNE Y LA CRISIS ENERGÉTICA
Este martes el biministro de Minería y Energía, Laurence Golborne, señaló en el seminario ‘Energía y Trabajo, las claves de la agenda 2011’, organizado por Diario Financiero, que las centrales energéticas que cumplen con la normativa medioambiental deben ser aprobadas.
Así, defendió la utilización de termoeléctricas para ampliar la matriz energética chilena y agregó que “es razonable que todas las centrales que cumplan con las reglas de emisión sean aprobadas en este gobierno. Si eso no nos gusta, cambiemos la ley”.
Ante estas declaraciones, Rojas comenta que en nuestro país la legislación medioambiental es pobre en normas, en principios, y “aun cuando la nueva normativa de emisión de material particulado es más estricta, no se fiscaliza que se cumplan esas normas, sólo queda en el papel”.
“Nadie valoriza a largo plazo el daño que genera la destrucción de la naturaleza y el medioambiente, porque todo se traduce en dinero a corto plazo, pero el costo en salud lo pagamos nosotros y el medioambiente”, afirma.
Respecto a la campaña del terror que el Ejecutivo y algunas empresas han levantado, en relación a la supuesta crisis energética que afectaría a nuestro país, Rojas le espeta al ministro Golborne que “en vez de sacrificar al pueblo de Chile, exponiéndolo a sufrir daños en su salud, por qué no obliga a las empresas que necesitan esa energía –porque la energía es para la industria minera del norte- que desarrollen sus propios proyectos de energías limpias, considerando, por ejemplo, que en el desierto hay un tremendo potencial de energía solar”.
La vecina de La Higuera denuncia intereses creados que obstaculizan esta idea. “Los dueños del carbón, del petróleo…. Todos ellos hacen negocios en vez de impulsar otras fuentes más limpias de producción de energía”.
Más allá de la contingencia, Rosa Rojas insiste en que la ciudadanía debe estar atenta, “porque siempre uno se entera cuando todo está planificado”.
Por Cristóbal Cornejo
El Ciudadano