Arqueólogos descubren restos de una ciudad egipcia de hace 7.000 años

Una de las tumbas de la «ciudad perdida». Ministerio de Antigüedades de Egipto

Arqueólogos egipcios han excavado partes de lo que creen que es una ciudad que existió hace 7.000 años junto al río Nilo. Evidencias preliminares sugieren que la ciudad pudo ser parte de la primera capital de uno de los primeros imperios de Egipto.

Los científicos han desenterrado fragmentos y restos de casas, herramientas, utensilios y al menos 15 tumbas, de un sitio que está a 400 metros del templo de Seti I, en la ciudad sagrada de Abidos. A juzgar por el tamaño y el trabajo de artesanía en los sitios fúnebres, es probable que los muertos de este lugar hayan tenido un estatus social prominente.

Alguna vez, Abidos fue la capital de un reinado egipcio verdaderamente antiguo. Tenía una necrópolis real donde fueron sepultados los primeros faraones. El nuevo sitio hallado en esa área probablemente fue el hogar de oficiales de alto rango y constructores de tumbas, quienes estaban instalados para trabajar en Abidos a las órdenes de sus gobernantes.

«Esto parece ser la ciudad, la capital de los primeros comienzos de la historia de Egipto», dice a BBC Chris Eyre, profesor de egiptología en la Universidad de Liverpool.

El ministerio de antigüedades egipcio, quien lideró las excavaciones, sugiere que la «ciudad perdida» data del año 5.316 a.C, hace unos 7 mil años. Lamentablemente todavía no hay imágenes detalladas disponibles de la nueva ciudad perdida, lo que significa que aún está más perdida que hallada. Pero el Ministerio subió unas pocas fotos a Facebook, que parecen mostrar al menos uno de los sitios mortuorios con sus ocupantes originales dentro.

La propia Abidos fue ocupada inicialmente por las personas del llamado período predinástico, que comenzó alrededor de 8.000 años atrás. Hacia la sexta dinastía, allí se construyó el Gran Templo de Osiris, para aplacar al dios del inframundo. Entonces empezaron a surgir los cultos que se centraban en Osiris y en los muertos, y la ciudad rápidamente se transformó en un nexo para esta deidad.

Fuente, IFLScience

El Ciudadano