Con la muerte de Fidel Castro se cierra el capítulo de la historia de la izquierda latinoamericana del siglo XX

"Fidel Castro, en su visita a Chile en 1971, dejaba entrever que le deseaba la mejor las suertes al gobierno de su amigo Salvador Allende, pero que tenía muchas dudas de que pudiera triunfar el socialismo por la vía institucional, pues la derecha y los militares, junto con Estados Unidos haría lo imposible para abortar el proyecto allendista, a través de un cruento golpe de Estado".

Con la muerte de Fidel Castro se cierra el capítulo de la historia de la izquierda latinoamericana del siglo XX

Autor: paulwalder

chile-Fidel-Castro-Salvador-AllendeMuerto a los 90 años de edad Fidel Castro siempre será uno de los personajes más controvertidos de la historia latinoamericana: para unos, un tirano cruel y despiadado y, para otros, un héroe libertador y líder indiscutido de la izquierda mundial.

Desde 1959 hasta hoy, dos generaciones de cubanos sólo han conocido el liderazgo de Fidel Castro, admirado por unos y odiado por otros.

En 1953, después del fracaso en el asalto del Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, Fidel Castro asumió su propia defensa, un alegato que comenzaban con la frase “la historia me absolverá”. De esta histórica fecha en que fue condenado a prisión por 15 años, de los cuales sólo cumplió dos, Fidel Castro se convertirá en el líder protagónico la izquierda latinoamericana, de la revolución cubana y de la historia de los pueblos en su lucha contra el imperialismo.

Cuba, la reina del Caribe, fue la última colonia en lograr su independencia de España, en 1898. Desde su nacimiento como país independiente fue, en la práctica tutelado por Estados Unidos, país que, hasta hoy, mantiene a Guantánamo como parte de su territorio, convertido en campo de concentración para los llamados “terroristas”, luego del atentado de las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001.

Durante el siglo el siglo XX Cuba no conoció la democracia: el cabo Fulgencio Batista transformó la Isla y a La Habana en particular, en sede de la mafia de los casinos y en un centro de prostitución para la satisfacción de los ricos turistas norteamericanos.

El triunfo de los guerrilleros “barbudos”, que entraron a La Habana en el mes de enero de 1959, despertó la esperanza de la mayoría de los demócratas del Continente, incluso de Estados Unidos. Famosa fue la visita de Fidel Castro a Nueva York para explicar los planes de la revolución, pero esta luna de miel duró muy poco debido a la insensatez del gobierno de Eisenhower al negarse a aceptar los cambios fundamentales que Castro creía necesarios para instaurar la democracia en la Isla, fundamentalmente, la reforma agraria y la necesaria depuración de los seguidores de dictadura de Batista. En 1961 Estados unidos rompió relaciones con Cuba, y el gobierno revolucionario, procedió a expropiar las grandes empresas, que estaban en manos de los norteamericanos.

En América Latina, el triunfo de la revolución cubana abrió esperanzas a una posibilidad del triunfo de una revolución socialista que iniciara lo que sería “la segunda independencia de América latina”, sobre la base de focos guerrilleros que tomaran las armas contra los gobiernos reaccionarios. Eisenhower estaba decidido a abortar violentamente esta experiencia socialista, que ellos consideraban un peligro para la seguridad de Estados Unidos, pues comenzaba a extenderse por los distintos países de América. John F. Kennedy heredó de su antecesor un plan de invasión a la Isla, que se llevó a cabo en 1961, en el desembarco de Bahía Cochinos, que terminó en un fracaso para el país más poderoso del mundo, pues el aún pequeño ejército cubano logró derrotar a los cubanos venidos del exilio – Kennedy se había negado a incluir en esta “hazaña” a gran parte de su ejército -.

  1. F. Kennedy intentó cambiar la política norteamericana de apoyo a los gobiernos dictatoriales en su “patrio trasero” por una estrategia de cambios sociales y de apoyo a gobiernos que ellos llamaban “progresistas”, tratando de imponer en los distintos países del área la reforma agraria y otros programas sociales, denominado Alianza para el Progreso, con el fin de evitar una nueva Cuba.

En Chile, por ejemplo, se le impuso al gobierno de derecha de Jorge Alessandri Rodríguez la “reforma del macetero”, que sólo se limitó al reparto de tierras fiscales, sin tocar el latifundio; en Colombia, los liberales y conservadores que alternaban el poder, también realizaron una faramalla de cambio en el agro; en Venezuela, los ADECO y COPEI también intentaban cambios para gatopardistas.

En Chile, la experiencia democratacristiana se convirtió en el modelo de una “revolución en libertad”, bajo los parámetros de la Alianza para el Progreso: el gobierno de Eduardo Frei Montalva pretendía disputar a los “barbudos” de la revolución cubana la vanguardia de los cambios revolucionarios, con la ventaja, según ellos, de que estos cambios en Chile se hacían con democracia y libertad.

En un primer momento, el diputado Patricio Hurtado viajó a Cuba para interiorizarse de la revolución, pero se entusiasmó de tal manera que terminó expulsado del partido. El ministro del Interior de entonces, don Bernardo Leighton quiso competir con los cubanos en el sentido de querer demostrar que la “revolución en libertad” era muy superior a la de Fidel Castro, pero terminó en el más lamentable de los ridículos.

El gobierno norteamericano se propuso evitar, por todos los medios, la propagación del modelo cubano, especialmente en América Latino y en África. El primer paso se concretaba en aislar a la Isla sobre la base del bloqueo económico, así como intentar la expulsión del gobierno cubano de la OEA, objetivos que logró con el voto de los países integrantes.

La revolución cubana, según la idea del Che Guevara, se proponía formar varios Vietnam en América Latina: la idea del foco guerrillero fue expandiéndose a través del continente de América del Sur y del Caribe. En general, la revolución cubana se convirtió en un ejemplo para las izquierdas latinoamericanas, y dio lugar a focos guerrilleros en la mayoría de los países de nuestro continente.

En las izquierdas latinoamericanas dos modelos que definen la forma de llegar al poder se disputarán la hegemonía: por un lado, el Castro-guevarista, que privilegia la línea armada, y el allendista, que a través de la vía electoral pretendía llegar al socialismo respetando la democracia y sus instituciones.

Fidel Castro, en su visita a Chile en 1971, dejaba entrever que le deseaba la mejor las suertes al gobierno de su amigo Salvador Allende, pero que tenía muchas dudas de que pudiera triunfar el socialismo por la vía institucional, pues la derecha y los militares, junto con Estados Unidos haría lo imposible para abortar el proyecto allendista, a través de un cruento golpe de Estado. En este sentido, Castro fue profético, en su discurso en el Estadio nacional al describir la brutalidad del fascismo que asomaba la cabeza en Chile. Luego del derrocamiento de Allende, la frase de Castro “no se fajaron, chicos” tiene plena validez.

La vía foquista, que tuvo muchos fracasos en América del Sur, y que cobró muchas vidas, entre ellas la del Che Guevara, tuvo su oportunidad en Centro América, con el triunfo de los sandinistas, que lograron derrocar al dictador Anastasio Somoza, y destruir el ejército pretoriano; más tarde, El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional lograba el triunfo, después de un proceso de paz y la integración de los guerrilleros a la vida política, también logró la presidencia de la república.

Aislada Cuba, tuvo que aliarse a los países del bloque socialista. El episodio más dramático de este período fue el de los misiles, que el gobierno soviético había instalado en la Isla y que amenazaba, según el gobierno norteamericano, su territorio. En esos de octubre de 1962 se temió un “enfrentamiento nuclear”; en el fondo, lo que pretendía Kennedy, bajo el pretexto de los misiles, era invadir Cuba, y los barcos de la marina norteamericana bloquearon las costas cubanas, pero finalmente Kennedy, usando el teléfono rojo, logró un acuerdo con Nikita Jruschov en el sentido de que la URSS desmantelara los misiles apostados en Cuba y, a su vez, Estados haría lo mismo de los de Turquía, que amenazaban territorios soviéticos.

Uno de los grandes activos de la revolución cubana es su política de solidaridad internacional que, por ejemplo, el aporte de la cooperación en los campos de educación, salud y militar Cuba ha sido fundamental en los países africanos, recién liberados del colonialismo, como también en América latina y El Caribe.

La revolución cubana tuvo que superar años muy difíciles después del derrumbe del socialismo real, pero ha salido sortear con relativo éxito estos obstáculos, a pesar del bloqueo norteamericano, abriéndose hacia Canadá y países europeos, y en el siglo XXI, por el triunfo de gobiernos progresistas del área, como el de Inácio Lula Da Silva, Rafael Correa, Evo Morales, Hugo Chávez y Cristina Kirchner, que han insertado a Cuba en el sistema político latinoamericano.

Con la muerte de Fidel Castro se cierra el capítulo de la historia de la izquierda latinoamericana del siglo XX, en que Castro y Allende han sido los grandes protagonistas en la búsqueda en la lucha por los cambios revolucionarios. Terminada la guerra fría, se abre una nueva etapa para la izquierda latinoamericana, que debe enfrentar una ola de ofensivas reaccionarias, que ya no sólo adquieren el carácter de una democracia bancaria, sino que también recurren a un populismo de corte fascista.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

Presidentes de los estados unidos que nunca pudieron derrotar a Fidel Castro

Eisenhower
Kennedy
Johnson
Nixon
Ford
Carter
Reagan
Busch Padre
Clinton
Busch hijo
Obama

 

 

Presidentes de Chile durante el gobierno de Fidel Castro

Alessandri
Frei
Allende
Pinochet   tirano
Aylwin
Frei
Lagos
Bachelet

Papas

 

Juan XIII

 

Pablo VI
Juan Pablo I
Juan Pablo II
Benedicto XVI

 

Jefes Soviéticos

Jrucschov

 

Brézhnev
Chermenko
Gorbachov

 

 


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