Imaginamos a las decenas o cientos de sobrecargos que tuvieron que lidiar en algún punto con las locuras e incomodidades de algunas de las celebridades más importantes de la historia. La siguiente compilación es una breve muestra de las rarezas que encuentran algunas asistentes de vuelo durante sus encuentros con famosos.
1.- Arnold Schwarzenegger
“Estaba en un vuelo de toda la noche hacia Chicago y Arnold Schwarzenegger estaba en clase general caminando mientras pavoneaba todas sus osas. Acababa de ver su cuerpo en la revista Time todo engrasado con sus músculos encimándose. Y le dije “Es increíble de qué tan pequeño te ves vestido comparado a la imagen en Time”. Él replicó, ‘Deberías ver mi músculo más grande’, simplemente me alejé”.
2.- Aerosmith
“Sí. Aerosmith estaba en clase general. Estaban pasando un buen rato y Steve (Tyler) se reía. La lengua de Steve es enorme. En serio. Es la cosa más grande que he visto en mi vida.”
3.- Gene Simmons
“Gene Simmons y Kiss tenían un viaje de Sydney a Los Ángeles y tuvimos un enorme retraso. Paul Stanley nos mostró fotografías de su familia. Mientras tanto, Gene Simmons siguió a una de las asistentes más jóvenes a la parte trasera del avión donde iba a ir al cuarto de descanso para su receso. Sí, ella estaba asustada.”
4.- Nicolas Cage
“Vi a Nicolas Cage salir enojado de un vuelo y literalmente golpeó a una mujer contra la pared en el Jet y simplemente siguió caminando. Todo lo que pude pensar fue ‘Qué idiota’”.
5.- Mel Brooks
“En un vuelo de Nueva York hacia Los Ángeles noté que un tipo estaba parado en el pasillo de la primera clase. Cuando le pregunté si podía ayudarlo con algo se dio la vuelta. ¡Era Mel Brooks! Inmediatamente comenzó: ‘Bien, ¿escuchaste aquél acerca de…?’ y comienza a contarme un chiste. Cuando terminó, yo le conté un chiste, así que continuamos así quién sabe por cuanto tiempo. De pronto, su esposa, Anne Bancroft aparece y dije ‘Oye, Mel, estoy sentada justo aquí, aburriéndome’. Mel me presentó y antes de volver a su asiento me invitó a acercarme y platicar con ellos. Entonces lo hice a la hora de mi almuerzo, casi por una hora. Incluso me escribieron una nota de agradecimiento en la tarjeta del menú, que aún conservo.
Lo más increíble es que pasaron ocho meses y estoy saliendo de un vuelo en Miami y en primera clase, una vez más, estaban Mel y Anne. Brooks me ve e inmediatamente me dice: ‘¡Oye, yo te conozco! No me digas tu nombre, lo recordaré. Contamos chistes en un vuelo hacia Los Ángeles’ Ví a Anne tratar de decirle y el dijo, ‘No, no me digas!’ Comenzamos los preparativos de nuevo y pusimos el video de seguridad. De pronto se escuchó la voz de Mel gritando mi nombre. Y todos miraron incrédulos de lo que sucedía.”
Vía: Cultura Colectiva