Se intensifica concentración a nivel mundial

Los fenómenos de concentración a nivel global se profundizaron en el sector agroquímico, en el cual cuatro consorcios controlarán próximamente un 85% de sus operaciones.

Se intensifica concentración a nivel mundial

Autor: Director

anarcocapitalismo

La alemana Bayer, al adquirir a la norteamericana Monsanto, se transformará en la más poderosa. Seguida por la estatal China National Chemical Co. que, a su vez, adquirió a Syngenta AG, fabricante suizo de pesticidas y semillas. Para ubicarse a continuación la fusión de Dow Chemical y Du Pont. Paralelamente, en China se anunció la fusión de dos empresas siderúrgicas que pasarán a producir tanto acero como Brasil, México y España juntos. El país asiático produce cerca de la mitad del acero a nivel mundial. Las modificaciones de su modelo productivo han generado fuertes excedentes de acero que desvía hacia otros mercados, dando lugar a un desequilibrio sectorial agudo. Desde luego, las fusiones y absorciones no constituyen el único camino seguido por grandes empresas para acrecentar o defender sus rentabilidades. Otro es buscar radicarse en países donde cancelen menos impuestos. Este tipo de mecanismos pasó a ser condenado por la Comunidad Europea que aplicó una elevada multa a Apple a cancelar en Irlanda, frente a la cual, se opone el Departamento del Tesoro norteamericano y la asociación empresarial transnacional Business Roundtable. El analista español Joaquín Estefanía, teniendo en cuenta la multa impuesta paralelamente en EEUU al mayor banco germano, el Deutsche Bank, sostiene que se estaría librando un capítulo actualizado de las políticas confrontacionales en la década de los treinta denominadas de “perjuicio al vecino”.

 

La concentración económica, tan elevada en el país, tiene expresiones mundiales tanto o aún más acentuadas. Desde luego, que la magnitud de sus repercusiones es distinta. Una expresión de su dimensión a nivel global se está produciendo en la industria agroquímica que dejará en poder de cuatro poderosas transnacionales toda la actividad de semillas, herbicidas y pesticidas, las cuales controlarían aproximadamente un 85% del sector. En Estados Unidos, agrupaciones de agricultores se movilizan para condenar estas alianzas que consideran los afectarán directamente. “Una consolidación de esta magnitud –expresó el presidente de la National Farmers Union, Roger Johnson- no puede ser el estándar de nuestra agricultura. No hay que permitir –enfatizó- que estas corporaciones vayan a definir el futuro del campo” (16/09/16).

En el sector la empresa más poderosa pasará a ser la germana Bayer al adquirir la norteamericana Monsanto. Esta absorción, de obtener todas las autorizaciones diseñadas para frenar estos procesos de una magnitud colosal, se proyecta materializarse a fines de 2017. El monto de la adquisición, incluyendo la deuda que Bayer asumirá, asciende a cerca de US$66.000 millones. El consorcio germano debió aumentar una oferta inicial, subiéndola de US$122 a US$128 por acción, incrementándola en un 4,9% la cual fue aceptada.

Monsanto dejará de ser un actor independiente después de enterar 115 años de existencia. En 1945 empezó a fabricar pesticidas. En 1964 conformó su división agrícola. En los años ochenta sus científicos empezaron a trabajar en biotecnología. En 1996 comenzaron a vender los primeros productos genéticamente modificados. Paralelamente creció a nivel global la condena de sus mecanismos. La nueva empresa tendrá la cabeza de su negocio de semillas de Saint Louis (EEUU), mientras la de los pesticidas permanecerá en Monhein (Alemania). “(…) la tecnología de alimentos transgénicos de Monsanto –comentó Financial Times- es muy controversial (…). Es difícil, tras una toma de control, que la empresa siga igual” (25/09/16).

“El acuerdo que llegó Bayer AG para comprar Monsanto Co (…) creará una nueva fuerza global en el negocio agrícola –subrayó The Wall Street Journal- y, al mismo tiempo, pondrá fin a la independencia de una de las compañías estadounidenses más exitosa y controvertida. (…) sumará la posición de liderazgo mundial de Monsanto en semillas y cultivos modificados genéticamente, inclinando fuertemente el centro de Bayer hacia la agricultura. Pero –destacó igualmente- la venta de un ícono de la agricultura estadounidense resalta la decadencia de una economía rural que ofrece pocos indicios de repuntar en EEUU” (15/09/16). Mirado, desde otro ángulo, constituye la mayor compra de un consorcio germano en el extranjero.

La segunda gran empresa en el sector agroquímico será la estatal China National Chemical Co, que posee una importante línea de agroquímicos genéricos, la cual anunció en febrero la compra en US$43 millones de la fabricante suiza de pesticidas y semillas Syngenta AG. La tercera sería consecuencia de la fusión de las divisiones agrícolas de Dow Chemical y Du Pont, relegando a un cuarto lugar a otro consorcio germano, BASF. A ello se suma, con una repercusión más directa en Chile, la fusión de los negocios de fertilizantes de las canadienses Potash –de una fuerte presencia accionaria en la minera no metálica Soquimich- y Agrium.

En China, el mayor país productor de acero a nivel mundial, se anunció la fusión de las empresas siderúrgicas Baosteel y Wisco en una comunicación enviada a la Bolsa de Shangai. La empresa resultante tendrá una capacidad aproximada para generar sesenta millones de toneladas anuales, cantidad equivalente a la producción conjunta de Brasil, México y España. Se fusionarán así el séptimo y el undécimo mayores productores mundiales, creando la segunda empresa del sector a nivel global, detrás de ArcelorMittal, cuya sede se encuentra en Luxemburgo. La potencia asiática produjo 1.140 millones de toneladas de acero en 2015, cerca de un 50% de la registrada a nivel global. El sector se ve afectado por el cambio en el modelo productivo del país, que requiere de menos acero. Ello ha golpeado a los resultados de muchas empresas, produciendo la acumulación de existencias y los esfuerzos por colocarlas en otros mercados. En la última reunión del G20, el presidente chino reafirmó el compromiso de Beijing destinado a enfrentar este desequilibrio.

Los movimientos de las transnacionales no se limitan solo a adquisiciones o fusiones, sino adquieren también otras formas. Buscan cancelar sus impuestos donde las tasas sean más bajas y las regulaciones más débiles. Uno de los países europeos más atractivos por reunir estas condiciones es Irlanda. En el tercer trimestre tuvo un elevado impacto la decisión de la Comunidad Europea (CE) de demandar a la empresa Apple el pago a Irlanda de US$14.500 millones porque, como señaló el premio Nobel Joseph Stiglitz, “estaban haciendo trampas y robando ingresos fiscales, (…) ese es –agregó-un ejemplo de comportamiento de un país que perjudica al resto” (10/09/16). La organización más poderosa que agrupa transnacionales de origen norteamericano, Business Roundtable, se moviliza activamente para impedir el gravamen. John Engler, su presidente, calificó la determinación de la CE como un “acto de agresión” contra las multinacionales estadounidense, la cual afirma establecería un nuevo impuesto con el que no contaban y “una nueva forma peligrosa de proteccionismo” (17/09/16). La organización se dirigió a todos los gobiernos europeos para que se deje sin efecto la decisión de cobrar un gravamen con efecto retroactivo. Sus planteamientos repiten casi exactamente los argumentos dados por el Departamento del Tesoro norteamericano, sumado también a esta defensa, aunque internamente critica las múltiples maniobras contables de transnacionales para cancelar menos impuestos en EEUU.

En esos días, Bruselas iniciaba una nueva investigación a transnacionales por ventajas fiscales obtenidas en Luxemburgo. En esta oportunidad a la francesa Engie (exGDF Suez), muy presente también en la economía chilena. De esta manera, la CE trata de demostrar que su acción no se dirige únicamente contra el accionar de consorcios norteamericanos, sino también de prácticas fiscales a través de acuerdo especiales, denominados rulings, habituales en Luxemburgo, Holanda y Bélgica. La acusación de Engie adquiere un carácter aún más relevante porque la denuncia establece que la ventaja recibida se daba desde 2008 cuando su primer ministro era Jean-Claude Junker, que encabeza actualmente a la Comisión Europea. Luxemburgo negó, al igual que Irlanda en el caso Apple, la acusación. La CE sostiene, al contrario, que “una proporción significativa de los beneficios de GDF Suez en Luxemburgo se obtienen a través de los tax rulings y no están gravados en absoluto” (20/09/16).

El analista económico español Joaquín Estefanía considera que hechos de esta naturaleza serían expresión de una guerra empresarial entre Europa y EEUU, constituyendo una nueva “versión actualizada de las políticas de ‘perjuicio al vecino’” que denunciara la gran Joan Robinson” (20/09/16). Estefanía relaciona la multa de la CE a Apple con la decisión del Departamento de Justicia estadounidense de gravar al mayor banco comercial germano, el Deutsche Bank, por haber colocado en el mercado productos financieros respaldados por hipotecas basura. Los esfuerzos de la institución bancaria, sin negar la irregularidad, es que se reduzca la multa que se le impone, que constituye la segunda mayor sanción por afectar con bonos basura a ciudadanos corrientes. El Deutsche Bank se encuentra globalmente en una situación crítica, ya que enfrenta acusaciones de manipular el mercado interbancario y sufre una caída gigantesca de la cotización de su acción.

Otro ejemplo del actuar de transnacionales lo proporciona el segundo productor de automóviles en EEUU, Ford Motor, al decidir trasladar por menores costos de producción toda su fabricación de autos pequeños a México durante los próximos dos años, para así mejorar su rentabilidad. La generalidad de los modelos Ford Fiesta, Ford C-Max y Ford Focus, anunció su consejero delegado, Mark Fields, se ensamblarán en “áreas de bajo coste” (16/09/16). El consorcio ya anunció la construcción de una nueva planta en México para expandir su producción global.

Los desplazamientos de mano de obra, que afectan a capas de trabajadores estadounidenses, es lo que aprovecha en su campaña electoral el candidato republicano Donald Trump, que calificó la decisión de Ford Motor como “una vergüenza”, con la cual genera más beneficios en el exterior y, al mismo tiempo, reduce la cancelación de impuestos en EEUU. Joseph Stiglitz llama la atención que los grandes partidos norteamericanos (demócrata y republicano) “han desatendido a los perdedores de la globalización” y Trump “ha sabido leer mejor la frustración de los estadounidenses” en la campaña electoral. En sus discursos Trump aprovechó para reiterar su formulación de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte suscrito con Canadá y México. Igualmente ha buscado aprovechar electoralmente que el ingreso real promedio de los hogares es 1,6% más reducido que en 2007, antes de que estallase la crisis, y 2,4% inferior a fines de la década de los noventa. En la mitad de los Estados donde la confrontación presidencial es más reñida el incremento de los ingresos por hogar es inferior al promedio.

HUGO FAZIO


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