Nunca te vayas a la cama enojad@, reza el antiguo consejo popular, o los sentimientos negativos se transformarán en un resentimiento difícil de cambiar. Ahora, un grupo de científicos ha encontrado evidencia que respalda la idea de que las memorias emotivas negativas son más difíciles de revertir después de una noche de sueño, informa The Guardian.
El estudio, publicado en la revista Nature Communications, sugiere que durante el sueño nocturno, el cerebro reorganiza la forma en que se almacenan las memorias negativas, haciendo que sean mucho más difíciles de eliminar en el futuro.
«EN nuestra opinión, sí, hay cierto mérito en este antiguo consejo», dice Yunzhe Liu, quien lideró la investigación en la Universidad Normal de Beijing, China, y que ahora trabaja con la Universidad College de Londres. «Sugeriríamos primero resolver una pelea o conflicto antes de irse a dormir; no dormir con rabia», dice la doctora.
El hallazgo también podría influir sobre el tratamiento para problemas como el trastorno de estrés post traumático (TEPT), afirman los autores.
El estudio, conducido durante dos días, usó una técnica psicológica que llaman la tarea del ‘pensar/no pensar’, para probar con cuánto éxito un grupo de 73 estudiantes hombres lograban suprimir algunos recuerdos, informa The Guardian.
Primero, los participantes aprendían a asociar pares de caras neutrales con imágenes perturbadoras, como gente con heridas, niños llorando o cadáveres. Luego, se les mostraba estas caras otra vez y se les decía que, o bien pensaran activamente en la imagen asociada, o bien la evitaran pensar en ella concientemente. Cuando se llevó a cabo esta sesión, sólo 30 minutos después del aprendizaje inicial, los participantes estaban 9% menos inclinados a recordar las imágenes que habían evitado recordar, en comparación con el grupo que tenía por tarea recordarlas. La supresión había sido efectiva.
Sin embargo, cuando la sesión de supresión se llevó a cabo 24 horas después del aprendizaje inicial, luego de una buena noche de sueño, sólo estaban un 3% menos propensos a recordar la imagen.
Lo escáners de cerebro ofrecieron una clave para entender por qué los recuerdos pueden ser más difíciles de deshacer una vez que ya se han consolidado tras el sueño. La resonancia magnética funcional (IRMf) de los participantes, reveló que los recuerdos recién adquiridos estaban representados por actividad cerebral estrechamente centrada en el hipocampo, el área de la memoria. Pero los recuerdos perturbadores que habían pasado la noche en la memoria de los participantes, se habían distribuido por la corteza cerebral.
Los autores advierten que los hallazgos del estudio son producto de un trabajo con participantes sanos y que no tienen una aplicabilidad inmediata en personas con TEPT. Liu dice que «probablemente no es realista» aplicar el experimento de supresión de recuerdos en estas personas y esperar que de los mismos resultados, pero que a partir de aquí, es posible tener una base diseñar nuevos tratamientos en el futuro.
«Creemos que la técnica de re-consolidación puede ser útil para que primero evoquemos este recuerdo y luego tratemos de suprimirlo», dice Liu en referencia a una estrategia de tratamiento en la que la información vieja se trae a la memoria con la intención de modificar el recuerdo, ya sea con drogas o a través de intervenciones conductuales.
El Ciudadano