Por primera vez en siglos ha sido abierta la tumba que se cree es el lugar donde Jesús fue sepultado, dando nuevas respuestas a un debate entre teólogos y arqueólogos que ha durado varias décadas.
La polémica se originó en torno a si la Iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén, es el sitio en que Cristo habría sido sepultado luego de su crucifixión.
La tumba ha estado sellada con mármol desde en año 1500, para evitar que los visitantes se lleven reliquias. Antes de eso, la famosa iglesia había sido destruida y reconstruida tantas veces, que los expertos ya no estaba seguros de si la tumba había sido movida del lugar ni de cuál era su contenido.
Al remover la lápida de mármol del sepulcro por primera vez en 500 años, los investigadores descubrieron la plataforma de piedra caliza donde se creía que había quedado el cuerpo de Jesús, informa The Independent.
«El santuario ha sido destruido muchas veces por el fuego, los terremotos y las invasiones a través de los siglos. No sabíamos si realmente lo habían construido exactamente en el mismo lugar cada vez», explica el arqueólogo, «pero parece haber pruebas visibles de que el lugar que los peregrinos adoran hoy es la misma tumba que el emperador romanoConstanino encontró en el siglo IV y que los cruzados reverenciaron».
De acuerdo a las escrituras cristianas, Jesús murió en la cruz y fue sepultado por tres días antes de renacer de la muerte. Una vez abierta la tumba, los primeros en entrar fueron los líderes de las iglesias ortodoxa griega y armenia y de los monjes franciscanos, quienes comparten la responsabilidad de la iglesia.
Desde 1959 ha habido discusiones entre investigadores y líderes religiosos sobre si la tumba podía ser abierta para reparaciones, pero había sido complicado llegar a un acuerdo. «Todo debe ser aprobado por el comité, así que hasta cambiar una vela toma un largo tiempo. Hay una escalera cerca de la entrada principal a la iglesia que no se ha movido en 240 años y [el comité] no ha tomado una decisión. Se la llama ‘la escalera que no se mueve’. Así es que el hecho de que finalmente nos dejaran realizar nuestro trabajo es un triunfo de negociación», relata Hiebert.
Usando georradar y escáner termográfico, los expertos en conservación recogieron información del interior de la tumba antes de abrir el sello. Los datos son tan amplios que les tomará meses analizarlos, pero el equipo planea crear una reconstrucción virtual para apreciación del público.
Fuentes, The Independent, National Geographic