La cantidad de hielo marino en ambos polos, Ártico y Antártico, ya ha alcanzado un récord de pérdida, lo que tiene a la comunidad científica preocupada por que los efectos del cambio climático sean mucho peores de que lo que se pensaba, informa The Independent.
El triste descubrimiento viene después de que se derritiera un área de aproximadamente el tamaño de India, por causa del aumento de las temperaturas y el extraño comportamiento climático.
A pesar del calentamiento global y el derretimiento de los hielos en otros lugares, el hielo del océano Antártico había tendido a expandirse, pero ahora se está encogiendo rápidamente en ambos polos, creando preocupación entre los científicos que estudian el clima.
El extraño e inesperado efecto se ha atribuido a una combinación de factores: la emisión de gases de efecto invernadero por acción humana, el fenómeno climático de El Niño y los extraños cambios del clima.
«Están pasando cosas realmente locas», dice Mark Serreze, director del U.S. National Snow and Ice Data Center (NSIDC) en Boulder, Colorado, EEUU, quien explica que algunos días de noviembre las temperaturas en algunas partes del Ártico estaban a 20 grados Celsius por encima de lo normal, mientras a nivel global, este año es el más caluroso de los que se tenga registro.
El 4 de diciembre, las extensiones de los hielos polares sumaban aproximadamente 3,84 millones de kilómetros cuadrados más abajo del promedio de 1981-2010, de acuerdo a las mediciones satelitales del centro de referencias estadounidense NSIDC. Lo que se ha perdido es una extensión más o menos parecida al tamaño de India.
El aumento de los hielos en la Antártica en los años recientes ha sido un fuerte recurso argumental de quienes niegan que el cambio climático sea causado por la actividad humana. Pero la mayoría de las investigaciones científicas han revelado que los aumentos de las inundaciones y de las olas de calor están relacionadas con la productividad industrial y las actividades de las poblaciones humanas en las urbes. Casi 200 gobiernos ya acordaron, el año pasado, comenzar a desplazar el uso de combustibles fósiles para dar paso a energías limpias y detener el aumento de las temperaturas globales.
Ahora, los nuevos datos satelitales sobre los glaciares antárticos vienen a completar un cuadro que resta optimismo y que puede contradecir con mayor fuerza a los escépticos del cambio climático.
Las regiones polares del planeta son radicalmente diferentes una de otra, porque el Ártico es un océano rodeado de tierra, mientras el Antártico es una vasta masa de tierra rodeada de agua.
El hielo que rodea a la Antártica, que se retrae con el deshielo del verano en curso, tiene una extensión muy baja para esta época del año, con 11,22 millones de kilómetros, batiendo el récord de 1982, según los datos del NSIDC. El del Ártico, que se está expandiendo este invierno, está 10,25 millones de kilómetros cuadrados más bajo que en el récord de 2006.
Anders Levermann, profesor en el Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, dice que el poco hielo polar apunta al calentamiento provocado por los humanos. «Se escapa extraordinariamente de la norma», señala.
Mark Serreze, del centro NSIDC, dice que el récord de pérdida de hielos en ambos cascos podría ser producto de la casualidad, pero manifiesta su preocupación de que «la Antártica sea el elefante durmiente que está empezando a agitarse». Los científicos dicen que los glaciares antárticos podrían desplazarse más rápido hacia el océano, acelerando el aumento del nivel del mar.
Fuente, The Independent
El Ciudadano