El pasado existe sólo en la mente de las personas. Por eso es importante saber que la memoria es confiable y leal a la realidad. Sin embargo un nuevo estudio publicado en la revista Memory reveló que más de la mitad de las personas tienen la tendencia a creer en eventos que nunca han ocurrido y que fácilmente se puede distorsionar el conocimiento de nuestras historias personales con técnicas de sugestión, implantando falsos recuerdos en nuestra conciencia.
Este descubrimiento podría tener importantes implicaciones en una serie de escenarios y levantar interrogantes sobre la fiabilidad de las declaraciones entregadas por las personas que testifican en las cortes, al mismo tiempo que destacar el importante rol que pueden tener los medios de comunicación en alterar la percepción que las personas tienen del mundo y de sus vidas.
Para llevar a cabo su investigación, el equipo reunió transcripciones de ocho estudios previos sobre técnicas de implantación de memoria. En estos artículos, los científicos intentaron engañar a un total de 423 participantes para que creyeran en eventos falsos. Para esto les presentaron descripciones de episodios de infancia que habían sido entregados por parientes cercanos, entre los cuales uno era completamente inventado.
Entre los hechos falsos había cosas como un viaje en globo aerostático o derramar una fuente de ponche encima de los padres de la novia en una boda. Luego se animó a los participantes a que recordaran y revivieran las experiencias que se les había descrito.
Los autores del estudio desarrollaron una escala para calificar estas transcripciones, las que juzgaron de acuerdo a siete criterios: «Aceptación de la sugestión, elaboración de la sugestión, imágenes, coherencia, emoción, declaraciones de los recuerdos y no rechazar la sugestión».
En total, se juzgó que 30,4% de los participantes habían desarrollado «falsos recuerdos» de estos eventos, lo que significa que eran capaces de traerlos a memoria. Otro 23% fue clasificado como quienes habían creído que el evento ocurrió, incluso cuando no podían recordarlo por sí mismos.
De esta forma, más de la mitad de los participantes que habían tomado parte en los estudios habían sido engañados exitosamente para creer alguna mentira sobre sus propias vidas, sólo por el hecho de contarles que ocurrió.
Aparte de las muchas consecuencias legales, políticas y sociales que pueden devenir del hecho de que las memorias sean tan maleables, los resultados de esta investigación también son algo alarmantes en un nivel existencial, escribe Ben Taub en IFLScience. Puesto que nuestros recuerdos autobiográficos son la piedra angular de nuestra identidad, la posibilidad de que estas reminiscencias puedan haber sido manejadas con sugestiones, significaría que no nos conocemos tan bien como creemos.
Por IFLScience
El Ciudadano