Los científicos climáticos estadounidenses están respaldando frenéticamente la mayor información posible en vísperas de que Donald Trump asuma la presidencia.
Los investigadores temen que el inminente Imperio Trump esté dispuesto a destruir todo el legado científico de la nación respecto del cambio climático. Desde el control de los escépticos que están a la cabeza de los gabinetes más poderosos, hasta la caza de brujas del equipo de transición en el Departamento de Energía (DoE), el futuro de EEUU como líder mundial en ciencias del clima, se ve desalentador.
Como respuesta directa a esta tormenta de ignorancia que se aproxima, los científicos de todo el país están trabajado unidos para respaldar todos los datos de las investigaciones existentes, transfiriéndolos desde los servidores federales a otros independientes, con la esperanza de evitar que sean interferidos o adulterados por la administración de Trump. También están liberando la información para el público, sin costo.
«Algo que hace un tiempo me parecía un poco paranoide, ahora de repente parece ser potencialmente realista o, al menos, algo de lo que uno querría resguardarse», declaró a Washington Post Nick Santos, investigador ambiental en la Universidad de California en Davis.
Ni el equipo de transición ni el mismo Trump ha expresado intenciones de hacer algo malévolo con los datos del clima, pero considerando que un gran número de nominados a los ministerios creen fervientemente que no hay pruebas de que el cambio climático es provocado por la actividad humana, claramente es mejor prevenir que curar.
Incluso si la información no llega a ser destruida o manipulada, las autoridades de gobierno podrían simplemente eliminar todos los enlaces online hacia ciertas bases de datos o conjuntos de datos sobre el clima. Para prevenir esto, los investigadores han establecido una plantilla en Google que contiene enlaces hacia una gran cantidad de bases de datos que cualquiera puede revisar. Inversionistas y expertos en bases de datos están colaborando en masa y sin pedir remuneraciones a cambio.
También hay abogados ofreciendo consultorías en la reunión anual de la Unión Geofísica Americana en San Francisco, donde hay investigadores que sienten que sus carreras o trabajos podrían estar amenazados. El signo más inquietante, que indica lo amenazante que puede volverse el ambiente para los científicos y académicos bajo la nueva administración, es que se está repartiendo un manual llamado «Acoso político e intimidación legal: una guía de bolsillo para científicos».
«Trump es serio en su declaración abierta de guerra contra la ciencia», dice a Washington Post Eric Holthaus, el meteorólogo y periodista que inició la campaña de respaldo de datos. «Esto no es una transición presidencial, es una inquisición, una quema de libros del siglo XXI», agregó.
Scientists: Do you have a US .gov climate database that you don't want to see disappear?
Add it here:https://t.co/IEN8OUc4Tr
Please share
— Eric Holthaus (@EricHolthaus) December 11, 2016
Por IFLScience
Versión español, El Ciudadano