El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Santiago, Mario Carroza, decretó el procesamiento del oficial en retiro del Ejército, Armando Fernández Larios, en calidad de autor de los delitos de secuestro agravado y homicidio calificado de Manuel Sanhueza Mellado, crímenes ocurridos 1974 en el norte del país.
Sanhueza fue detenido junto a familiares el 10 de julio de 1974, en la población «Venceremos» de Arica, desde donde fue trasladado hasta el regimiento «Rancagua» y, posteriormente, al campamento de prisioneros de Pisagua y al retén de Carabineros de dicha localidad.
Días después, los demás integrantes del grupo familiar fueron liberados. Sin embargo, Manuel Sanhueza continuó detenido, desconociéndose su paradero hasta junio de 1990, cuando sus restos fueron encontrados en una fosa común aledaña al cementerio de Pisagua, con diversas heridas de bala en el cuerpo.
Letelier y la «Caravana de la Muerte»
El exteniente Fernández Larios está imputado igualmente por su responsabilidad en el delito de homicidio calificado de Ronni Moffitt, asistente del el excanciller Orlando Letelier, asesinado junto a la mujer. Es por este hecho, ocurrido el 21 de septiembre de 1976 en Washington, Estados Unidos, que el pasado 5 de diciembre la Corte Suprema aprobó la solicitud de extradición en contra del exmilitar y del agente de la DINA Michael Townley.
Antes de esto, Fernández se convirtió en el integrante más joven de la Caravana de la Muerte, comitiva que por orden de Augusto Pinochet tuvo la misión de recorrer el país entre el 30 de septiembre y el 22 de octubre de 1973 con el objetivo de «agilizar» los procesos en contra de detenidos tras el golpe de Estado, lo que se tradujo en el asesinato y desaparición de 97 personas.
Con sus 22 años, el entonces teniente pasó a ser uno de los criminales de la dictadura más recordados por los sobrevivientes de la Caravana, debido a su nivel de perversión y sadismo a la hora de asesinar prisioneros. Uno de ellos fue Winston Cabello, cuya historia está relatada en el libro “Historia de un hombre que se negó a huir”, en donde su hermana, la autora Zita Cabello-Barrueto, relata el proceso llevado a cabo para conseguir condenar en Estados Unidos a Fernández Larios, quien según los relatos reunidos lo asesinó con un corvo durante el paso de la Caravana por Copiapó.
La tranquilidad del asesino
Recientemente, el programa Ahora Noticias de Mega encontró la residencia de este criminal que vive en Estados Unidos hace alrededor de 30 años, luego de acogerse al programa de testigos protegidos que tiene dicha nación. El canal lo encontró viviendo holgada y cómodamente en el balneario de Marco Island, donde tiene una casa que arrienda por 700 mil pesos semanales. Además, el medio detalló que junto a su expareja, una ciudadana estadounidense de origen brasileño, son propietarios de un departamento en el exclusivo sector de Miami Beach, avaluado en $494 millones.
También se dio a conocer que Fernández Larios es un próspero empresario de Miami y que ha levantado una serie de corporaciones, la última de las cuales está avaluada en un millón de dólares.
Daniel Labbé Yáñez