Una brutal historia de celos es la que protagonizó un joven de la ciudad de Yeovil, en Inglaterra, luego de que atacara de manera salvaje a quien fue su pareja, mordiéndola en reiteradas oportunidades en su rostro para que nadie más “volviera a mirarla”.
Hasta hace algún tiempo todo marchaba bien en la relación que mantenía Melody Moon, de 25 años, junto a su novio Jamie Mitchel de 27.
Comenzaron a salir en 2015, y si bien en los primeros meses todo era color de rosa, después de un tiempo Melody empezó a darse cuenta de lo celoso que se comportaba su pareja.
Tal como recoge el periódico británico The Daily Mail, Jamie sólo quería que la joven estuviera con él: no la dejaba salir a ningún lugar sola y hasta la acusaba de serle infiel, sin ningún argumento.
“Poco a poco Jamie se volvía más demandante. Allí supe que no podíamos continuar juntos”, comentó la mujer al citado medio.
Fue debido a esto que Melody decidió cortar por lo sano, y en noviembre del año pasado puso fin a su relación. Pero Jamie no estaba dispuesto a que todo terminara así, por lo que al poco tiempo la visitó para conversar el tema.
En aquella ocasión el hombre volvió a mostrar su agresividad, e incluso la empujó frente a varios transeúntes que pasaron por el lugar. Posterior a este incidente el joven la amenazó a través de mensajes por celular y redes sociales.
A pesar de esto, después de unos días ambos nuevamente pudieron conversar, instancia que Jamie aprovechó para disculparse por lo que había ocurrido anteriormente, asegurándole que nada de eso volvería a repetirse. Incluso llegó al punto de llorar.
Pero sus verdaderas intenciones eran muy diferentes, y Jamie logró convencer a Melody para que ella la acompañara hasta su hogar.
Una vez en la casa, Jamie golpeó fuertemente a la joven quien cayó al piso. Posteriormente, y totalmente fuera de si, el sujeto la mordió en diferentes partes de su rostro y manos, para que así “nadie más se fijara en ella”.
Los gritos de Melody alertaron a los vecinos, quienes de inmediato llamaron a la policía. Pero cuando los efectivos ingresaron a la vivienda, el agresor ya había escapado.
Además de las heridas, la joven resultó con fracturas en su hueso orbital del ojo derecho, en su nariz y mentón. Eso sin contar con el grave daño psicológico que le provocó el ataque.
A las pocas horas Jamie fue capturado por la policía, y sentenciado por la justicia inglesa a dos años en prisión.
“No he estado en una relación desde entonces, y no me puedo imaginar estar junto a un chico en el corto tiempo”, precisó la joven, quien se recupera de las secuelas de el cruel ataque.
Vía Difundir