Correr en línea recta no parece ser una tarea intelectual, pero una nueva investigación revela que correr regularmente podría activar las conexiones en partes del cerebro que están relacionadas con las toma de decisiones y la realización de tareas múltiples. El hallazgo sugiere que mantenerse físicamente activos a lo largo de la vida podría ayudar a protegerse contra el deterioro neurológico en las edades más avanzadas.
Los efectos positivos del ejercicio físico en las capacidades cognitivas se han documentado ampliamente, pero los mecanismos detrás de esta relación no han estado muy claros. De manera similar, se ha demostrado que las actividades cognitivas complejas, como tocar un instrumento musical a edad temprana, fortalece las funciones cerebrales en las edades avanzadas, debido a un incremento de la conectividad funcional en el cerebro en estado de reposo.
La conectividad funcional en estado de reposo se refiere a s los patrones de comunicación entre regiones cerebrales separadas, mientras una persona está en descanso, y provee buenas señales para conocer el estado del poder cognitivo en general.
Los científicos decidieron investigar cómo el ejercicio realizado en la juventud afectaba la conectividad funcional en estado de reposo. Para hacerlo, usaron imágenes de resonancia magnética (IRM) para escanear los cerebros de corredores de cross country del sexo masculino, entre las edades de 18 y 25 años, y las compararon con las de otro grupo de edades similares que no habían hecho nada de deporte en el último año.
Al prublicar sus resultados en la revista Frontiers in Human Neuroscience, el equipo encontró que los corredores tenían mejor conectividad funcional en varias redes cerebrales involucradas en la coordinación de funciones cognitivas superiores.
El la red frontoparietal se encontró una conectividad mejorada. Esta área consiste en varias regiones cerebrales diferentes que regulan las funciones ejecutivas y la memoria funcional.
La red neuronal por defecto, a su vez, se asocia con modos rígidos de pensar y con las actividades neuronales inflexibles. Los corredores tenían una conectividad más floja en esas redes, lo que sugiere que sus cerebros, tal como sus cuerpos, se habían tornado más ágiles y elásticos que los de aquellas personas que pasan más tiempo en el sillón.
En un comunicado, el coautor del esudio, David Raichlen, explicó que «las actividades que las personas consideran repetitivas, de hecho involucran a muchas funciones cognitivas complejas –como planificar y tomar decisiones– que podrían tener efectos en el cerebro».
Aunque se necesita más trabajo para determinar si correr en la juventud protege contra la degeneración cognitiva más tarde en la vida, Raichlen afirma que «las áreas del cerebro donde vimos más conectividad en los corredores, también son las áreas que sufre el impacto del envejecimiento, por lo que [el ejercicio] realmente trae la pregunta de si ser más activo en la juventud podría ser un beneficio potencial y, probablemente, ofrecer cierta resiliencia contra los efectos de la edad y las enfermedades».
Por IFLScience
El Ciudadano