Las nuevas medidas, tendientes a proteger una población de orcas en peligro, entrarán en vigencia en mayo próximo. Mientras tanto en Chile el avistaje de ballenas continúa expandiéndose sin medidas de ordenamiento a pesar que hace más de un año se encuentra listo el texto que regularía la actividad en todo el país.
La oficina del estado de Washington de la Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) implementará nuevas y más estrictas regulaciones en relación al avistaje de orcas de una población que se encuentra clasificada «En Peligro».
Las medidas aumentarán la distancia de aproximación de las embarcaciones hacia los delfines, de 91 metros a 183 metros y obligará a las naves a mantenerse a una distancia de 336 metros de la ruta de navegación de los cetáceos. También se prohibirá estrictamente interceptar a las orcas o posicionar la embarcación en la ruta de navegación de los mamíferos marinos.
Las medidas, que entrarán en vigencia el próximo mes de mayo, se aplicarán a todo tipo de embarcaciones, incluyendo naves a motor, vela y kayaks.
La población residente de orcas que se verá beneficiada por estas medidas se encuentra en estado crítico y su rango de distribución incluye aguas de Canadá, donde también se realizan operaciones de avistaje.
Es por ello que diversas agrupaciones civiles de Canadá han manifestado que es una “obligación moral” que este último país adopte las mismas medidas regulatorias. La distancia mínima de aproximación a los cetáceos en Canadá es en la actualidad de sólo 100 metros.
Las orcas, la especie más grande entre los delfines, dependen del sonido para comunicarse, navegar y encontrar alimento. Su sistema de ecolocación puede verse seriamente afectado por la contaminación acústica generada por embarcaciones, incluyendo naves no motorizadas, que se aproximan muy cerca a la ruta de navegación de los cetáceos.
NO HAY MARCO REGULATORIO EN CHILE
Si bien el turismo de avistaje de cetáceos constituye uno de los sectores de la industria del turismo con mayor tasa de crecimiento anual, la ausencia de regulaciones o medidas débiles constituye una amenaza para la conservación de las poblaciones impactadas y la sustentabilidad a largo plazo de la actividad.
En el caso de Chile, tercer país con mayor tasa de crecimiento anual del turismo de avistaje en América Latina, la rápida expansión de este tipo de operaciones sin un marco regulatorio adecuado podría generar impactos negativos sobre diversas especies que actualmente son utilizadas para el avistaje de ballenas, como es el caso de la ballena azul en el sur de Chile.
Tras la adopción de la Ley para la Protección de los Cetáceos en 2008, o “Santuario de Ballenas”, las operaciones de avistaje de ballenas deben ser reguladas de manera responsable en todo el país. Acordemente, la Subsecretaría de Pesca formó en 2009 un grupo de trabajo multidisciplinario con el fin de desarrollar una regulación nacional que contó con todos los procedimientos para su adopción por parte del Ministerio de Economía. El texto debería haber sido aprobado a principios de 2010. Sin embargo éste ha permanecido estancado en ese ministerio, institución que no ha entregado mayor información sobre los motivos del retraso en la adopción del mismo.
Para Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetácea y miembro del grupo de trabajo establecido en 2009 por la Subsecretaría de Pesca, “resulta inexplicable que con el potencial que tiene Chile para convertirse en un destino mundial del turismo responsable de avistaje de ballenas y delfines, la actividad se continúe desarrollando y expandiendo rápidamente sin ninguna regulación. Esto a pesar del trabajo invertido durante un año para contar con un texto que fue elaborado por todas las instituciones con competencia en la materia junto con organizaciones civiles especializadas en cetáceos, y que además contó con un proceso de consulta amplio, como lo establece la ley. El resultado es un texto sólido que garantiza la protección de las especies, la sustentabilidad a largo plazo de la actividad y la generación de ingresos económicos importantes para el país”.
Para Cabrera, la adopción de medidas más estrictas por parte de Estados Unidos es una clara señal hacia dónde debemos avanzar como país para evitar impactos negativos similares a los sufridos por las orcas. Al respecto concluyó que “hacemos un urgente llamado a las autoridades del Ministerio de Economía para adoptar el texto regulatorio que se encuentra listo desde el 2010, ya que contar con más del 50% de todas las especies de cetáceos existentes a nivel mundial en nuestras costas no sólo es un privilegio sino una gran responsabilidad”.
Centro de Conservación Cetácea