Rene Martínez ex asambleísta del Estado Plurinacional de Bolivia, fue nombrado en mayo del presente mayo en el cargo de Secretario General de la Dirección de Defensa del manantial Silala y los recursos estratégicos en la frontera con Chile por el presidente Evo Morales, después de que el mandatario anunciara el deseo de demandar nuevamente a nuestro país ante la Corte Internacional de La Haya. Sin embargo la diplomacia chilena se adelantó a la postura del país altiplánico y nuestras autoridades demandaron a las bolivianas por el litigio de las aguas internacionales que cruzan desde la frontera hasta Atacama. En esta entrevista el Ciudadano entrevistó a fondo al flamante director para conocer la postura del gobierno andino y contrastarla con la chilena. Acá los detalles.
Por Leo Robles
1.- ¿Quién es René Martínez? ¿Cómo se definiría a sí mismo?
Es un ciudadano, un boliviano común y corriente, convencido de que el mundo puede cambiar, somos parte de esa generación que cree en principios, en nuevos valores como el de lo comunitario como expresión de clase, por encima de lo individual; que creemos que el ser humano debiera ser el centro sobre el que puedan construirse nuevas alternativas, en la diversidad de los pueblos que enriquece con sus cosmovisiones o saberes a la humanidad para ayudarla en los conflictos que pueda tener.
2.- ¿Cómo fue su acercamiento a la política y al MAS en concreto?
Durante toda mi vida universitaria me tocó el ejercicio de la dirigencia, estar vinculado a las organizaciones sociales, de derechos humanos, al mundo campesino. Después fui asesor en la Central Obrera Departamental de Chuquisaca (cargos ad honorem). Esa relación o afinidad con las organizaciones sociales, más el perfil de haber nacido a la vida política de izquierda al relacionarme con el presidente Evo Morales a principios de los ’90, generaron la decisión de ingresar al MAS, partido creado por el presidente después de que lo expulsaran del parlamento.
3.- ¿Cuál su opinión de la figura de Evo Morales?
El mejor presidente que ha tenido Bolivia en su historia, con un liderazgo incuestionable no solo reconocido en el país, sino que en el mundo entero, como el responsable de un proceso de transformaciones histórico que actualmente se está viviendo en Bolivia, el que cobró mayor relevancia con la emergencia de la crisis de la política tradicional neoliberal. El gobierno de Morales ha recuperado la dignidad de los bolivianos, así como los recursos estratégicos de nuestro país. Su sentimiento anti imperialista y su consecuencia marcan una enorme diferencia con los anteriores gobiernos. Vincula liderazgo con proceso, instrumento y programa.
4.- Desempeñando los cargos de Diputado primero y luego como Senador del Estado Plurinacional boliviano, usted ha visto a Bolivia salir del último lugar de los países más pobres del mundo, hasta llegar a tener por varios años consecutivos una de las tasas de crecimiento de PIB más altas de América Latina ¿A qué atribuye esto?
Ratifica lo acertadas que fueron las medidas que tomó nuestro gobierno para lograr una década de victoria en términos de fortalecimiento económico, acumulación de la riqueza como patrimonio de estado y redistribución de las mismas al tejido social, la que como nunca antes está llegando hasta el último rincón de la bolivianidad, generando una relación permanente con la sociedad civil que marca otra forma de estilo de gobierno en relación a los anteriores.
5.- ¿En qué momento de su vida lo encontró el nombramiento del presidente como Secretario general de la Defensa del Silala?
Después de haber transitado por la experiencia legislativa, ingresamos a un momento de evaluación de lo que hemos venido llamando la “Década de victoria del estado boliviano”. La profunda evaluación de nuestras debilidades como sujetos de cambio y actores de sus formas, generó la necesidad de profundizar en nuestro proceso histórico, de recuperar nuestra dignidad a todo nivel. Por eso fue una grata sorpresa asumir un tema de Estado que está por encima de los intereses sectoriales internos de nuestro país, comprometiendo toda nuestra voluntad con responsabilidad y consecuencia. Es un tema mayor, siendo un soñador de la construcción de la Patria Grande, coincidían mis modestas inquietudes para poder asumir responsabilidades de esta naturaleza. Este trabajo me permite agradecer al pueblo boliviano y sobre todo a nuestro gobierno.
Demanda Silala
1.- ¿Cree que fue un error dejar que Chile se adelantara y que ellos interpusieran la demanda primero que Bolivia, en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, respecto a las aguas del Silala?
Nosotros tenemos una lectura propia sobre el tema. La iniciativa política fue del presidente Morales. Y la reacción chilena de interponer una demanda fue una reacción desesperada. A nosotros nos es indiferente, porque solo es algo de tiempo. La naturaleza de las aguas se sobrepondrá a la temporalidad, porque la discusión de fondo sobre los manantiales que están ubicados en el territorio plurinacional boliviano terminará por darnos la razón.
2.- ¿Fue exceso de confianza boliviano?
La experiencia de ser víctimas centenarias en varias experiencias con Chile no nos da para tener confianza, pero seguimos la lectura que hace nuestro presidente sobre todos los temas que como política de Estado ha asumido nuestro gobierno: la recuperación de las empresas y de nuestros recursos naturales.
3.- ¿Qué piensa del estado de la diplomacia chilena en la actualidad?
Que está anclada en el pasado, en esa visión de la diplomacia subordinada a los intereses de la inversión privada extranjera, lo que contradice la nueva ruta de construcción de una Diplomacia de los Pueblos, que ven las relaciones de estados por encima de las negociaciones económicas, donde se habla de procesos de integración en justicia, en equidad, en sobreponer los intereses colectivos por sobre los individuales para mejorar las condiciones de vida.
4.- ¿Qué opina de Heraldo Muñoz?
El canciller chileno es el mejor ejemplo del anclaje a esta visión y también a la ambivalencia, por un lado tratando de desconocer a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, por otro abriendo debates sobre si Chile debe permanecer como integrante del Pacto de Bogotá, lo que solo demuestra que no tiene respuestas claras sobre si está defendiendo los intereses de los chilenos o los intereses de los inversionistas extranjeros.
4.- ¿Qué ha representado la llegada de José Miguel Insulza como refuerzo a cancillería chilena?
Primero que nada ¿De qué Insulza me estás hablando? Me gustaba más como presidente de la OEA donde propiciaba el diálogo entre los países que estaban bajo su representación. Usando la concertación como premisa antes que los atrincheramientos, para llegar a soluciones por la vía del diálogo.
5.- ¿Cuál es el otro José Miguel Insulza?
Uno de comportamiento ambivalente, pero siempre hay oportunidad para reivindicarse. Puede que tenga cálculos políticos de por medio, pero eso es problema de él. (Declaraciones libro del mar) frases belicistas. Lo que no mide es que hay un riesgo en sus frases belicistas, que son del mismo tono que las que utiliza Heraldo Muñoz, lo que marca una distancia del Insulza anterior.
6.- ¿Qué es exactamente lo que está reclamando Bolivia ante Chile en Silala?
Cerrar esta injusticia histórica que es la gratuidad de las aguas del Silala para Chile, las que son mercantilizadas en el lado chileno para privilegiar a los grandes inversores ¿Buen negocio no? Reciben aguas gratuitas y las venden. Lo que contradice a la visión que tenemos de que el agua es necesaria para la vida, para los pueblos, en un marco de justicia y legalidad. Tenemos una visión integral como Estado boliviano, con una inquebrantable visión de nuestro presidente Evo Morales de sentar soberanía sobre las aguas, vinculado al respeto del medioambiente, al concepto fundamental de respeto al agua como elemento primordial para la vida.
7.- ¿Quién se beneficia realmente con las aguas de los manantiales del Silala?
A decir de los mismos chilenos, (alcalde) no se sabe si con estas demandas cancillería chilena está defendiendo los intereses de su pueblo o los de los grandes inversores. Porque las aguas de nuestros manantiales favorecen a los intereses privados de mineros que las utilizan, antes que para el consumo del ciudadano chileno. Principalmente Luksic, Antofagasta Minerals y otros, porque hay una red de industrialización minera en torno al uso de estas aguas. Hay un costo oneroso para los mismos habitantes, sabiendo que estas aguas provienen del lado boliviano gratuitamente.
8.- Pareciera que las transnacionales de alguna forma han secuestrado a Chile, financiando a los políticos en casos ya conocidos por todos: como las empresas pesqueras con la Ley de Pesca o la mega minería financiando campañas de alcaldes, congresistas y presidentes. ¿Cómo es posible el diálogo entonces de Bolivia con Chile?
Sin entrar en la frontera de la injerencia política, la necesidad de preservar la democracia, de un Estado con mayor justicia social, siempre será responsabilidad de los chilenos. A nosotros solo nos corresponde diferenciar que el agua es un líquido vital para los seres humanos y frente a esta distorsión del uso indiscriminado del elemento para la industrialización minera, no vemos obligados a seguir dialogando, seguir abriendo escenarios de debate con los chilenos y no con los intereses privados de elites del poder, los que son y deben ser interpelados por los mismos chilenos, tanto en temas de educción salud y otros temas como las leyes de privatización.
9.- Si Chile no ocupara las aguas del Silala por completo, ¿Bolivia las ocuparía? De ser positiva la respuesta ¿En qué?
Si partimos de la premisa de que no tenemos dudas de que son aguas nacionales, estamos en la facultad soberana de hacer uso de ese derecho. Pero estamos en una demanda internacional y en paralelo se ha abierto un debate sobre la discusión de diversos proyectos tanto en el escenario legislativo como en los gobiernos municipales y departamentales. Principalmente en Potosí se ha entrado en un proceso de socialización participativa de la ciudadanía, para discutir la viabilidad de proyectos que estén vinculados a políticas nacionales. Porque no somos ciegos y creemos que no todo se resuelve privatizando.
10.- En los medios chilenos cuando las autoridades hablan del Silala, dicen que es insignificante y que Bolivia “molesta por molestar”, pero ¿qué pasaría si Chile perdiera esta nueva demanda bilateral? ¿Qué está arriesgando Chile?
Me cuesta creer que esta minimización del tema haya sido una respuesta a la iniciativa política de nuestro gobierno. Creo que Chile arriesga su credibilidad internacional por la ambivalencia que está demostrando, cuando por el contrario debería realizar un esfuerzo serio para la construcción de voluntades políticas de buena fe que generen credibilidad y así resolver estos temas pendientes desde hace más de cien años de forma pacífica.
11.- Hablando hipotéticamente, ¿Qué pasaría si Bolivia desarmara los trabajos de canalización realizados por empresas chileno-inglesas en los manantiales del Silala para drenar el agua de los bofedales hacia Chile?
Habiendo una demanda en la corte internacional prefiero no ingresar a lo hipotético sino a los elementos de consideración que van a pesar mucho. Esta visión de la demanda chilena sobre no decir nada de la existencia de obras civiles se contradice al supuesto curso natural de las aguas que ellos llaman río y lo que para nosotros son manantiales del Estado plurinacional boliviano.
Las propias declaraciones de Heraldo Muñoz admiten que se hicieron estas canalizaciones antes de la solicitud de concesión. Una concesión que además establece el uso de estas aguas para las locomotoras a vapor.
12.- ¿Entonces me quiere decir que si bien la demanda boliviana tiene un componente económico, no es dinero lo principal que están solicitando a Chile?
El dinero no es la prioridad, no queremos mercantilizar ni poner en venta nuestros recursos, no están en venta las aguas del Silala. Nos interesa que el agua mejore las condiciones de vida de los seres humanos. Nos interesa recuperar la ruptura de un ecosistema, nos interesa el concepto del agua que propicia hermandad y acercamiento entre los pueblos, donde se respeten los valores y el uso racional de un recurso que cuide el medio ambiente.
13.- ¿Qué le diría a la gente de Calama, al ciudadano chileno común y corriente de Atacama que usa el agua del Silala como agua potable para beber a diario?
Que coincidimos en sus propias preocupaciones, en sus propios intereses, no con las corporaciones de empresarios privados que amasan fortunas con aguas gratuitas bolivianas. Estamos seguros que los chilenos coinciden con el uso racional de este recurso para la vida y nos interesa mantener vivos esos ecosistemas que son reservorios de agua. Que ojalá nos duren otros miles de años para seguir calmando la sed de los seres humanos y no para contaminarla. Defendemos el agua como el ser vivo que es.
14.- No es desconocido para las autoridades chilenas las inmensas reservas hídricas de Bolivia. ¿Cree que de haber diálogo entre ambos países todo el norte chileno podría verse beneficiado con agua más barata y de mejor calidad?
Claro que sí, estamos convencidos de que puede construirse una relación directa entre nuestros pueblos y tener una visión integral sobre el uso racional de estos recursos hídricos, lo que sería una gran posibilidad de recorrer rutas de dialogo de manera conjunta. Para lograr esos propósitos está claro que debemos tener bases de justicia y transparencia, abrazados en la buena voluntad y en la verdad de los hechos históricos. No podemos cimentar estas relaciones en base a la imposición a la fuerza de mentiras históricas, o sobre la falta de voluntad de diálogo que solo beneficia a un sector político empresarial chileno.
15.- Siendo objetivo ¿Cómo ve el futuro de las relaciones diplomáticas entre ambos países?
Estamos convencidos de que vivimos un nuevo escenario en Bolivia, diferente al de ayer. Esta recuperación de la dignidad vinculada a un proceso histórico está relacionada con que no se vulneren impunemente nuestros derechos por parte de intereses privados empresariales. Esto es lo que no parece entender la diplomacia chilena. Todo lo que el presidente Morales manifiesta en foros internacionales es de una coherencia constitucional, sobre el compromiso de defensa de nuestros derechos.
16.- ¿Qué le gustaría que pasara finalmente entre ambos países? ¿Cuál es su sueño?
La construcción de la Patria Grande que posibilite la integración plena de nuestra región, en base a marcos de justicia y equidad, los que tengan la capacidad de pasar solamente de negocios entre estados, para construir una verdadera integración que sea sostenible en el tiempo. Sueño que solamente eso es posible saldando las deudas históricas que siguen vigentes en las relaciones de los dos países por más de cien años.