Jovino Novoa Vásquez fue subsecretario de la dictadura de Pinochet y hoy en su cargo de senador binominal rasga vestiduras en nombre de la libertad de vender comida chatarra en establecimientos educacionales.
El ex subsecretario de la dictadura se opone a la norma legal que estipularía que el Estado tiene la prerrogativa de determinar qué alimentos son perjudiciales para la salud y no pueden ser vendidos en instituciones educativas.
Para Novoa, una ley de ese carácter que se aplicaría “dentro de establecimientos educacionales de cualquier nivel […] desde un jardín infantil hasta una universidad […] es interferir de una forma violenta en la libertad que tienen las personas para elegir”.
Lo de “interferir de una forma violenta en la libertad para elegir” es una inflación verbal de palabras que viniendo de quién viene revela de manera elocuente la plataforma mental del susodicho.
Son los mismo talibanes UDI que niegan a las mujeres el derecho a disponer libremente de su cuerpo. De decidir por sí mismas cuando interrumpir el embarazo.
La reciente salida de Novoa sería aceptable viniendo de un político que no ha sido miembro partícipe de un régimen militar que violó todas las libertades individuales y públicas. Entre ellas la menos peligrosa y la más fundamental: la libertad de expresión.
Pero Novoa …
Sí, es cuando se cometen estos exabruptos lingüistico-políticos que hay que recordar bien el pasado de estos personajes que todavía patinan en la escena política chilena. Según el Informe Rettig, mientras Jovino Novoa ocupó la subsecretaría de Gobierno en La Moneda, entre 1979 y 1982, se registraron 39 casos en total de violaciones graves a los DDHH con resultado de muerte de las personas.
¿Habla de violencia real Sr. Novoa?
El ex presidente del Senado tampoco debe estar de acuerdo con obligar a las tabacaleras a escribir en las cajetillas de cigarrillos que la nicotina es una amenaza para la salud y puede producir cáncer; que es mejor prevenir que curar. Como con la obesidad, una enfermedad donde el consumo de comida chatarra es un factor determinante.
Confunden los conservadores disfrazados de ultraliberales. La norma legal al prohibir la venta de comida nociva para la salud está considerando que no hay razones dietéticas para vender ni consumir un producto que se presenta y ofrece como alimento en un establecimiento educacional.
Eso de la libertad amenazada es una invención de los conservadores para dárselas de “liberales” o defensores de la “libertad de los individuos”. Otro pretexto para mercantilizar las mentalidades.
Los conservadores no van nunca a entender. No se es” libre” de elegir cuando no se tienen los medios o recursos para hacer otra cosa que al individuo le gustaría poder hacer en otras condiciones. Cuando no se tienen las capacidades (recursos) para ser libre: en este caso comer comida buena para él y su familia; ya sea porque no tiene ni la plata ni la consciencia de qué es bien alimentarse. Por supuesto que además hay que hacer campañas de salud y, sobre todo, aumentarles el sueldo a los ciudadanos para que puedan alimentarse bien.
La explicación de los alardes de Novoa y sus arrebatos a lo conservador-republicano yanki es simple. A la UDI le está yendo mal en sus intentos de posicionarse como gran elector para imponer su candidato el 2013. La maniobra entonces es distraer.
Después de tanto escándalo de los protegidos de la UDI —donde el caso de corrupción de Jacqueline van Rysselbergue no es más que la punta del iceberg— los asesores en comunicaciones de la UDI le aconsejaron a Novoa de romper sus lanzas defendiendo los valores de la “libertad individual”. Y el ex subsecretario de Gobierno de Pinochet saltó sobre la ocasión: defender la libertad inquebrantable de los mercaderes de comida chatarra de venderla por doquier, e incluso en los establecimientos educacionales a los niños, adolescentes y jóvenes de Chile.
Por Leopoldo Lavín Mujica