Las declaraciones del Premio Nacional de Historia, Gabriel Salazar, ante las denuncias de acoso sexual por parte de las estudiantes de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U. de Chile en contra de algunos de sus pares, siguen provocando reacciones. Esta vez, fueron las historiadoras del Departamento de Ciencias Históricas de la institución quienes respondieron al académico.
Alejandra Araya Espinoza, Ariadna Biotti Silva, Azun Candina Polomer, Celia Cussen Langdeau, Carla Díaz Durán, Isabel Jara Hinojosa, Macarena Orellana Caperochipi, Alejandra Vega Palma y Claudia Zapata Silva rechazaron lo que denominaron «expresiones burlonas, despectivas y violentas del historiador Salazar hacia las estudiantes del Programa de Licenciatura en Historia que han sido víctimas de acoso sexual y laboral».
Las historiadoras enfatizaron que «es una vergüenza que uno de nuestros colegas haya definido el acoso sufrido por las estudiantes como una ‘estupidez’ cometida por los profesores involucrados, que no calificaría como ‘crimen’, porque las estudiantes no habrían sido violadas por dichos profesores, y por lo tanto destituirlos de sus cargos habría sido una sanción exagerada y que habría segado –en su opinión– las ‘brillantes carreras’ de los académicos involucrados».
En la declaración, las académicas recuerdan que el acoso sexual y laboral han sido calificados como faltas graves a la normativa universitaria y que rige actualmente a los funcionarios y académicos de la U. de Chile. Además, califican como grave la ignorancia del historiador acerca de la violencia hacia las mujeres.
«Los movimientos de mujeres y el feminismo (palabra que el historiador se niega a utilizar para insistir en sus dichos), desde el siglo XIX y hasta hoy, instalaron la desigualdad y la discriminación de género como problemas en la lucha política y en la teoría», recalcaron, agregando que la acusación de exageradas «también es histórica, pues el término fue utilizado en el espacio inquisitorial y luego en el psicoanalítico para devaluar el verbo femenino y las actuaciones de las mujeres en el poder».
«El campo de la Historiografía no es ajeno a esta lógica de poder y eso se expresa en la descalificación de temas, en la jerarquía de opresiones –donde las de la mujer ocupan el lugar más irrelevante– y en las prácticas pedagógicas. El episodio que origina esta declaración es un ejemplo entre muchos que no son públicos y que, por más indignación que nos produzcan, no nos sorprenden», argumentaron.
A la vez, las académicas enfatizaron su apoyo a las estudiantes, reconociendo su valor, entereza y lucha durante estos meses y llamaron a la comunidad universitaria a informarse y pronunciarse frente a estos temas. «Nunca más calladas. Nunca más solas», cerraron.