La prensa corporativa de Estados Unidos ha aceptado como cierta la versión de que Rusia ‘hackeó’ servidores de Estados Unidos para manipular el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre. Medios como The Washington Post han llevado este relato a otro nivel, publicando – sin verificación alguna – listados de sitios web de noticias alternativas que estarían difundiendo propaganda rusa.
Como informó Anti-Media, el FBI dio a conocer esta semana un informe de análisis conjunto, de la mano con el Departamento de Seguridad Interior (Homeland Security), que orientó su labor en prevenir un «ciber ataque» y de paso confirmar la existencia de un supuesto golpe informático del Kremlin al Comité Nacional Demócrata (DNC), hecho que habría generado la filtración de correos electrónicos privados que dejaron al partido en vergüenza por sus malas prácticas, afectando a Hillary Clinton y contribuyendo a su derrota.
En un abierto cuestionamiento a las conclusiones de la comunidad de inteligencia norteamericana, un reportaje de Buzzfeed News publicado este miércoles reveló que el FBI nunca tuvo acceso los servidores del DNC.
«El DNC tuvo varias reuniones con representantes de la Ciber-División del FBI y su Oficina de Campo de Washington (DC), la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia y las Oficinas del Fiscal de EEUU, y respondió a una variedad de requerimientos de cooperación, pero el FBI nunca pidió acceso a los servidores computacionales del DNC», habría manifestado el director de comunicaciones de la tienda, Eric Walker, a ese medio digital.
En mayo de 2016, una firma de seguridad privada llamada Crowdstrike dijo tener evidencia de que las agencias de inteligencia rusas habían hackeado al DNC. Al respecto, la empresa Ars Technica comentó a Buzzfeed que: «(M)ientras que los hackers pudieron haber sido atrapados en el acto, los detalles, por sí mismos, no entregan pruebas definitivas sobre la identidad de quienes estuvieron detrás… Actualmente, los detalles que son públicos tampoco ofrecen miradas claras sobre alguna intención específica detrás de ello».
Una de las críticas apunta a la escasa confiabilidad de las fuentes citadas por el FBI y el DHS. El ex oficial de ciberguerra de la Fuerza Aérea de EEUU y fundador de la firma de seguridad cibernética Dragos, Robert M. Lee, instó a las agencias a expresar más claridad sobre el origen de los datos citados en sus informes, ya que éstos «no dicen que el gobierno haya realizado sus propias pesquisas computacionales en los servidores del DNC» – versión confirmada por las declaraciones emitidas desde ese partido a Buzzfeed.