Un guardia de caza no dudó en disparar a sangre fría a un venado que una familia de Kansas adoptó como mascota, bajo el argumento de que su posesión era ilegal y debía permanecer en libertad.
Faline, nombrada así por el personaje de la película Bambi, era la fiel mascota de los Mcgaughey. Según narra Taryn, de 34 años, el animal había seguido a su madre hace dos años cuando caminaba por la zona y todavía no llegaba a la adultez. La conexión especial fue inmediata: las imágenes muestran en el estrecho vínculo de Faline con los miembros del hogar.
Sin embargo, las autoridades no consideran apropiada la relación y tomaron cartas en el asunto, al enterarse de la situación. Tener un venado, considerado una especie salvaje, no está permitido por la ley, por lo que la familia se contactó con zoológicos para entregar a Faline, aunque desprenderse de él sea difícil. Sin embargo, sus esfuerzos no pudieron concretarse a tiempo.
«¡Corre, Faline!», dijo Taryn cuando los oficiales se acercaron, arma en mano, para ponerle fin a su vida. El venado, acostumbrado a estar en el hogar, dio unos pasos con visible temor, pero no se fue. Posteriormente, se escuchan varios disparos y el llanto de la mujer.
«Realizar una eutanasia nunca es agradable, especialmente cuando hay personas vinculadas emocionalmente«, se excusó Mark Rankin, funcionario del Departamento de Vida Silvestre, Parques y Turismo de Kansas. «El venado era una propiedad ilegal y no existe el permiso para tener en cautiverio a un venado salvaje en este estado», agregó.
Aunque Faline tenía muchos momentos de andar en libertad, también disfrutaba de estar en el hogar, lo que no cumplía con la reglamentación. Al ausentarse unos días de la casa, la familia pidió ayuda para ubicarla, lo que alertó a las autoridades.
«Es la forma más humana de solucionar esto», opinó el oficial que llegó para abatir a Faline, cuya partida dejó una profunda tristeza a la familia y abrió un debate sobre las leyes de la vida silvestre.