Fin de partida: Duchamp, el ajedrez y las vanguardias

La actual exposición temporal de La Fundación Joan Miró de Barcelona, tiene como eje central la relación y fascinación que Marcel Duchamp tuvo con el ajedrez durante su vida

Fin de partida: Duchamp, el ajedrez y las vanguardias

Autor: Pia
Pia

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La actual exposición temporal de La Fundación Joan Miró de Barcelona, tiene como eje central la relación y fascinación que Marcel Duchamp tuvo con el ajedrez durante su vida. El ajedrez fue una constante en las relaciones del artista, las que entablaba con otros creadores y filósofos a través del juego y el arte.

Una exposición que va desde el fauvismo de la década de 1910 hasta la tradición simbólica del surrealismo, y que culmina con obras de arte de tipo conceptual producidas por los principales actores de la modernidad. En su recorrido pudimos ver –dicho al azar- algunos obras de Paul Klee, como también la mítica fotografía de Bertolt Brecht y Walter Benjamin jugando una partida; el 2º Manifiesto Surrealista en una vitrina o la película “Entre Actos” de Rene Clair. Más adelante, unos sonetos de Jorge Luís Borges en un escaparate, investigaciones de Alexander Calder en su taller de relaciones móviles, a un costado y casi al final, los tableros de ajedrez táctiles de Tako Saito y George Maciunas, filmes y documentos, fotografías y esculturas, que hacen de esta exposición un lugar común entre artistas y jugadores.

Las obras, presentadas cronológicamente, son «ajedreces» distintos y reiterativos a la vez. El tablero cuadriculado es el espacio constante, las piezas cambian de colores y formas. Las estrategias son diversas. Dentro esta el juego, un mundo de posibilidades, un espacio de guerra y sueños en que el ajedrecista articula el lenguaje.

Sin embargo dice Duchamp: “no todos los artistas son ajedrecistas, pero todos los ajedrecistas son artistas”. Sorprenden esta y otras frases en medio de una singularidad de obras que han tomado por estética la partitura de cuadros blancos y negros para su negociación. Infaltable es El Séptimo Sello de Igmar Bergman y la escena que ya todas/os conocemos.

Otra lectura durante la visita, conduce a la idea de que el ajedrez no posee un rol social, sino que más bien un rol individual, porque la intensidad y objetivo de su juego están puestos en «la materia gris del jugador». Esta cita es ofrecida en una de las murallas que recorren y acompañan el montaje, como si advertencias para el visitante, al llegar a la última obra que dejara Duchamp antes de morir: ‘Etant Donnés’, una enigmática creación desarrollada en silencio por más de veinte años. “Cuando por fin la consideró su obra acabada, Duchamp dejó unas extensas y precisas instrucciones que explicaban cómo debía montarse, pues aquella no era una obra convencional, sino la primera instalación artística moderna, compuesta por distintos elementos y materiales, algunos de ellos móviles. Entre otras cosas, además, se especificaba que no debía hacerse pública hasta después de su muerte”. (Javiera Gracía Blanco en Yahoo Noticias). Es que Duchamp jamás dejó el arte por convertirse en uno de los campeones europeos de ajedrez como se especula, sino que mantuvo en silencio y en paralelo por muchos años su actividad creativa.

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La exposición curada por Manuel Sagade, responde a cierto tipo de colección autorizada en que sus elementos casi dispuestos en una línea temporal –las obras-, se van pasando peones y caballos entre ellas. Son creaciones desde 1903 al 2007 que han sido prestadas en Chicago, Filadelfia, Jerusalén, Ámsterdam, Zúrich, Brühl, Niza y París. El recorrido de la exposición parte de los orígenes de las vanguardias, atraviesa la segunda guerra mundial, y termina con la migración a Estados Unidos y el grupo Fluxus. Todas, absolutamente todas las obras que allí conversan desde sus torres saben cómo está dibujado el tablero. Aquí no hay reina ni rey, alfiles tampoco. Bueno quizás sí: John Cage jugando la última partida de ajedrez con Marcel sobre un tablero microfonado desde el que son transmitidos por ocho altavoces en simultáneo los sonidos provocados por el movimiento de las piezas de juego.

En la última sala encontramos -al fin- un ejemplar de «Fin de partie» de Samuel Beckett. Caben las dudas y unas cuantas partidas. Una exposición que no puedes dejar pasar si estás por Barcelona. Además de poder conocer la colección permanente del museo, la Colección Joan Miró y otras actividades y montajes en paralelo.

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La exposición que se encuentra en la Fundación Miró en Barcelona, y está abierta hasta el 22 de enero de 2017. Más info en las redes: #Fidepartida

 

Por Pía Sommer y Carmela Márquez
Barcelona 2016-2017

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