Luego de años de un declive en el número de abejas en el mundo occidental, el año pasado se agregaron varias especies de abejas a la lista de animales en peligro de la lista federal de Estados Unidos. Esas siete especies son endémicas de Hawái, pero ahora, por primera vez, una especie de abejorro continental está entrando a la lista.
Esta no es sólo la primera vez que un una especie polinizadora continental es considerada en peligro, sino que también es la primera de los abejorros. Hace sólo dos décadas, el abejorro Bombus affinis era común en muchos prados de Estados Unidos, desde Connecticut a South Dakota. Pero ahora los campos carecen de la abundancia de insectos que los caracterizaba.
«El [Bombus affinis] está en el grupo de los polinizadores –que incluye a la mariposa monarca– que experimentan una seria disminución en todo el país», dice Tom Melius, director regional de US Fish and Wildlife Service’s Midwest, en un comunicado. «¿Por qué esto es importante? Los polinizadores son pequeños, pero parte fundamental del mecanismo natural que sustenta al mundo y a su población. Sin ellos, nuestros bosques, parques, praderas y matorrales y la abundante, vibrante vida que albergan, no puede sobrevivir, y nuestros cultivos necesitan de una polinización a mano que sale cara».
Clasificar a los insectos el peligro es preocupante, pero es un paso positivo, porque significa que ahora se pueden poner en práctica planes para proteger a estas especies, destinando trabajo y fondos para frenar su declive, que en los últimos 20 años ha sido dramático. Los factores que influyen en esta crisis son variados; incluyen la pérdida del hábitat, el uso de pesticidas y el cambio climático.
Las abejas necesitan flores para polinizar desde principios de la primavera hasta fines del verano, y con la grave reducción de los prados y los patrones alterados del clima, las disponibilidad de flores en estas estaciones no es suficiente y las abejas son incapaces de encontrar la cantidad de polen que necesitan para sobrevivir.
Las recomendaciones actuales apuntan a mejorar y restaurar el hábitat de las abejas y abejorros, para que sobrevivan y proliferen. Lo ideal es que las personas planten flores nativas, aunque sea un poco en su jardín o terraza. También se urge reducir la cantidad de pesticidas y dejar que crezcan pastos silvestres en jardines y en porciones de los campos cultivables.
Fuente, IFLScience
Versión en español, El Ciudadano