“!La educación chilena no se vende, se defiende!”. Fue uno de los lemas que gritaron los estudiantes de universidades privadas, movilizados este jueves para defender el sentido público de sus establecimientos y luchar contra la introducción del lucro en la enseñanza superior chilena.
Este jueves, estudiantes se movilizaron para la defensa de la educación superior chilena. En el contexto de la movilización de la Universidad Central –universidad amenazada por la posible creación de un convenio entre el establecimiento y el socio estratégico Norte Sur– se manifestaron las federaciones de estudiantes de las universidades privadas Diego Portales, Academia de Humanismo Cristiano y Central de Chile. Además recibieron el apoyo de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech).
Miles de estudiantes llegaron a la manifestación en rechazo a la introducción del lucro en la educación superior y sostuvieron el sentido público de la educación universitaria, aunque sea privada.
Marcela, estudiante de la Academia de Humanismo Cristiano, dijo a El Ciudadano que “hay una ola privatizadora importante en todas las universidades [privadas] que cumplen un rol público. Se está lucrando en una educación que nosotros consideramos como un derecho, estamos estudiando en universidades privadas pero eso no quiere decir que hayamos renunciado a nuestro derecho a estudiar”.
Como lo subraya justamente, un gran número de universidades privadas chilenas tiene un sentido público, lo que significa que hasta ahora cumplían un servicio público para el país y no buscaban el aumento de sus rendimientos bajo el pretexto de la educación.
“Ya pagamos aranceles obvios pero no por eso vamos a permitir que lucren con nuestras matrículas para que se lo lleven holding internacionales a financiar otros intereses”, precisó la estudiante.
PROFUNDIZAR LA PRIVATIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR
El presidente de la Fedep (Federación de Estudiantes Universidad Diego Portales), Patricio Indo, explicó que no si no hay pruebas concretas –como una propuesta de ley– que expliciten la privatización de la enseñanza superior, éstas se ven en “el proyecto impulsado por Sebastián Piñera, en las declaraciones de Joaquín Lavín y las del encargado de la educación superior del ministerio […] y la intención de privatizar la educación”.
José Escárate, presidente de la FEUAHC (Federación de Estudiantes de la Universidad Academia Humanismo Cristiano) asume “como claro ejemplo de la privatización de la educación lo que ocurre hoy en día en la Universidad Central […] cómo el Gobierno tiene oídos sordos a las peticiones de los estudiantes e incluso ahora de los profesores”.
“La privatización de la educación es una constante y es el horizonte que tiene el Gobierno en materia de educación”, concluye.
Tal tendencia privatizadora ya se implementó según Marta, estudiante en la Arcis, para quien “estudiar acá en Chile es prácticamente sacar un crédito hipotecario”.
Añade que “nosotros como universidades privadas tampoco estamos ajenos a que nos puede suceder lo mismo [que está ocurriendo en la Universidad Central] en nuestra institución”.
Así, el conflicto que ocurre hoy día en la Central, es el reflejo –en términos generales- de la política chilena en materia de enseñanza superior, explica Barbará, estudiante de derecho en la Central.
DIÁLOGO LIMITADO
Una mesa de diálogo entre los representantes de la Universidad Central y las autoridades representadas por el rector y el vicerrector académico, está prevista para el día de hoy. María Constanza Galleguillos, presidenta de la Feucen (Federación de Estudiantes de la Universidad Central), acusa que no existe un verdadero diálogo entre los dirigentes y los estudiantes.
Según ella, estos interlocutores “son válidos solamente en el sentido de que tienen que ayudar[les] a solucionar las consecuencias directas de la manifestación, como por ejemplo temas administrativos de la universidad como la recalendarización de las clases y de las evaluaciones”.
No obstante, a pesar de este boceto de discusión, José Escárate precisa que “hasta el momento no hay ninguna instancia de diálogo, pero no porque nosotros no la queramos sino porque el Gobierno, y en particular Lavín, comentaron que el problema entre privados, como el de la Universidad Central, se soluciona entre privados”.
Así, “salir a la calle es un medio de presión para demostrar su molestia”, argumenta la representante de los estudiantes de la Universidad Central.
Bárbara, estudiante de Derecho de la Universidad Central también marcha “para que el Ministerio de Educación se dé cuenta de que el problema no es un problema entre privados, que es un problema nacional, que es un problema social y que es un problema que nos ha dañado a todos los estudiantes de las universidades privadas”.
EFECTIVIDAD DE LAS PETICIONES ESTUDIANTILES
Las universidades tradicionales agrupadas en la Confech propusieron, entre otras peticiones, el aumento del porcentaje del Producto Interno Bruto del país referido al gasto público destinado a la Educación.
Para José Escárate tal demanda es factible y “absolutamente realizable [porque] lo que se gasta del Producto Interior Bruto en la educación es una cifra mínima, [el Gobierno] debería adaptarse hoy en día muchos más a lo que está exigiendo la Confech, para reestructurar el modelo de la educación superior con un enfoque público”.
Por Mélissa Quillier
El Ciudadano