Hace justamente un año se celebró en Bolivia la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático (CMPCC). Miles de personas de diferentes organizaciones y movimientos sociales llegados de 136 países variopintos, y acompañados de personalidades como Marta Harnecker, Noami Klein, Frei Betto, el ex secretario general de la Asamblea de las Naciones Unidas Miguel d’Escoto, o el mismo Presidente Evo Morales, hicieron presencia en el acto realizado durante 3 días en Tiquipaya, departamento de Cochabamba.
El evento se fijó para que clausurase el 22 de abril de 2010 en referencia al primer aniversario de la celebración del Día de la Madre Tierra que aprobó la Organización de las Naciones Unidas tras la propuesta de Bolivia.
La Conferencia duró 3 días y se compuso de 17 mesas de trabajo, donde los millares de asistentes debatieron temas tan importantes como: Causas Estructurales, Armonía con la Natura, Migraciones Climáticas, Pueblos Indígenas, Visión Compartida, Protocolo de Kyoto, Adaptación, Financiación, Desarrollo y Transferencia de Tecnología, Bosques, Peligro Mercado de Carbón, Estrategias de Acción, Agricultura y Soberanía Alimentaria… además, de 4 temas que fueron trascendentales: Derechos de la Madre Tierra, Tribunal Justicia Climática, Referéndum y Deuda climática.
También se presentó la discutida y llamada «Mesa Popular 18», convocada por la organización indígena boliviana Consejo Nacional de Auyllus y Markas del Qullasuyu (Conomaq), con apoyo de decenas de organizaciones nacionales, donde demandaba debatir el problema de contaminación que viven los pueblos dentro de las fronteras bolivianas, pero esta mesa no fue aceptada por el gobierno boliviano porque etiquetaron el acto de carácter internacional y no para discutir esquemas nacionales.
LA CONFERENCIA Y EL REFERÉNDUM
En el acto, que hizo motivar la unión de la izquierda internacional en la lucha contra el capitalismo insostenible y en defensa de la Pachamama (Madre Tierra en lengua aymara), justamente en la mesa de debate sobre Derechos de la Madre Tierra se aprobaron 4 artículos que definieron la Pachamama como un ser vivo reafirmando que el ser humano no puede vivir sin ella pero la Madre sí puede vivir sin el ser humano. Así, consecuentemente, se anteponía al mito de la superioridad de los Derechos Humanos (antropocentrismo) el conseguir la aprobación internacional de un proyecto para elaborar una nueva carta sobre los Derechos de la Madre Tierra (naturacentrismo).
En el debate de la mesa sobre el Tribunal de Justicia Climática y Ambiental se acordó la creación de esta entidad internacional, proponiendo la sede en Bolivia, para poder sancionar estados, empresas o personas que no cumplan la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kyoto, con el apoyo de una reforma en la ONU para garantizar el cumplimiento de las decisiones del nuevo Tribunal.
Respecto al tema de la Deuda Climática, se acordó que los países históricamente “desarrollados”, con su gran industrialización, son los principales causantes del cambio climático debido a la contaminación que provocan, y deben asumir y reconocer su responsabilidad: reduciendo sus emisiones de gas, haciéndose responsables de las migraciones climáticas suprimiendo sus restricciones fronterizas, cubriendo los costes de los impactos climáticos en los países en vías de desarrollo, y adoptando y aplicando la nueva Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra que se apruebe en las Naciones Unidas.
Y finalmente, una de las propuestas más instrumentales que se acordó en la mesa de Referéndum fue planificar la realización de una consulta popular universal sobre el cambio climático donde la plenaria de la comisión aprobó las 5 preguntas que se harían el 22 de abril de 2011 a la opinión pública mundial mediante teléfonos móviles, Internet, u organismos electorales de los estados.
LAS PREGUNTAS QUE SE ACORDARON FUERON:
1- ¿Está usted de acuerdo con modificar este modelo capitalista de sobreproducción y superconsumo y restablecer la armonía con la natura reconociendo y respetando los Derechos de la Madre Tierra?
2. ¿Está de acuerdo con que los países y las empresas transnacionales reduzcan y reabsorban su producción de gases de efecto invernadero proporcionalmente a sus emisiones y responsabilidades históricas para que se frene el calentamiento global?
3- ¿Está usted de acuerdo en transferir todo lo que se gasta en las guerras y destinar un presupuesto superior en la defensa de la Madre Tierra?
4- ¿Está usted de acuerdo en que nuestros países se transformen en territorios de paz, libre de ocupación de tropas y bases militares extranjeras?
5- ¿Está usted de acuerdo con la Constitución de un Tribunal de Justicia Climática para juzgar a quien destroce la Madre Tierra?
PROMESAS INCUMPLIDAS
Evo Morales como símbolo vanguardista de la defensa de la Madre Tierra, por el aniversario de la CMPCC hará una evaluación en Tiquipaya. Posiblemente todo sean palabras sobre la validez productiva de la Conferencia y de denuncias contra la contaminación constante de los países capitalistas, pero por si faltan puntualidades de autocrítica en su discurso, nosotros nos adelantamos.
El documento de las conclusiones finales que se aprobó participativamente en la Cumbre, llamado Acuerdo de los Pueblos, tenía como objetivo ser presentado en las jornadas de debate de la XVI Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP-16), celebrada en Cancún, en diciembre del año pasado. El primer batacazo fue que no se cumplió dicha intención. Aún así, Bolivia como piloto del proyecto, siguió con su resistencia y demandó en la Conferencia de la ONU respeto al Protocolo de Kyoto que se firmó en 1997, argumento que se aprobó también en la CMPCC. Finalmente, en los mínimos compromisos que se adoptaron en la COP-16 el único país, de 194 presentes, que los consideró insuficientes y votó en contra fue Bolivia.
Así, el jefe de la delegación boliviana, Pablo Soron, afirmó que la Presidenta de la Cumbre, la canciller mexicana Patricia Espinosa, violó el reglamento de la Convención dado que establece que los acuerdos se adoptan con el consentimiento de los 194 países miembros, es decir, por unanimidad.
En la CMPCC en Bolivia, presidentes y altas responsabilidades de países que conforman la Alianza Bolivariana por los Pueblos de nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP), Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Cuba, Dominica, San Vicente y las Granadinas, y Antigua y Barbuda, hicieron presencia reafirmando, entre otros, como el mismo presidente venezolano Hugo Chávez y el ecuatoriano Rafael Correa la aprobación de realizar el referéndum del Cambio Climático oficialmente en sus estados, con la participación de organizaciones sociales. Los países del Alba-TCP, no solamente no dieron apoyo a Bolivia en la Cumbre de Cancún, entendiéndose así como cierto indicador de crisis de unidad en la resistencia del bloque contrahegemónico al poder de la globalización insostenible, sino también las promesas del referéndum han quedado en palabras en vuelo y papeles mojados.
Por Aníbal Garzón Baeza