El general director de Carabineros, Bruno Villalobos Krumm, presentó un recurso legal para impedir que este medio conozca detalles de la carrera policial de dos oficiales cuestionados en el año 2000 por el OS7 de Concepción, producto de sus lazos con Manuel Hernández Delgado – alias «Mañungo» -, acusado de traficar drogas y tener relación con el caso Matute.
En octubre de 2016, tras un amparo presentado por El Ciudadano en virtud de la Ley 20.285, el Consejo para la Transparencia (CPLT) ordenó que la policía entregara «en orden cronológico, (información) de destinaciones, cargos, grados y superiores directos, conforme a períodos de calificación, de los funcionarios César Bobadilla Pinilla y Rodrigo Bobadilla Pinilla… así como también, informe si el funcionario César Bobadilla Pinilla y el actual General Director, don Bruno Villalobos Krumm, trabajaron juntos en la Dirección de Inteligencia de Carabineros, DIPOLCAR, en algún punto de sus respectivas carreras funcionarias».
El ente dispuso, tal como fue solicitado originalmente, que Carabineros precisara «en caso de ser afirmativo (que Villalobos y Bobadilla trabajaron juntos), en qué fechas y la relación jerárquica que ambos tuvieron».
Esto fue suficiente para que el día 3 de noviembre, el máximo jefe de la institución enviara a los abogados Carlos Aguilar Tessada y Heriberto Navarro Vásquez a la Corte de Apelaciones de Santiago, para interponer un reclamo de ilegalidad que intenta deshacer lo resuelto por el CPLT e insistir en la denegación de acceso a la información requerida por Ley de Transparencia.
El escrito argumenta que buscar en sus archivos la identidad de los superiores directos de los oficiales podría generar un «trastorno» a las labores de Carabineros. Además, que el resto de la solicitud versa sobre antecedentes protegidos por la Ley de Inteligencia y que su divulgación «facilitaría la toma de represalias en contra de dichos funcionarios, produciendo un detrimento a la institución y a éstos mismos».
Solo uno de los hermanos, César Bobadilla, continúa en servicio activo: desde enero de 2016 se desempeña como subdirector de la Academia de Ciencias Policiales de Carabineros (Acipol) bajo la Dirección de Educación y Doctrina. A la cabeza de ésta, a partir de octubre, asumió el general – y ex edecán de Bachelet – Rafael Rojas Agurto, persona que también fue relacionada con «Mañungo» en un expediente judicial, aunque en marzo de 2015 negó haber ejercido influencias para protegerlo.
Este medio envió correos a las casillas institucionales de Bobadilla y Rojas para entrevistarlos, sin embargo, no hubo respuesta.
EL DOSSIER DE PLAYA BLANCA
«Esta foto fue tomada en el año 1996, cuando fui invitado por el tte. (César) Marcelo Bobadilla al cumpleaños de una amiga de la infancia, a la cual yo no conocía, y se realizó en el restaurant La Casona de Mirla… El local ese día no estaba abierto al público, ya que era una fiesta privada de la dueña del mismo», declaró en julio de 2000 – en el contexto de un sumario por los nexos de «Mañungo» con Carabineros – el entonces oficial Javier Prudant Zúñiga.
Prudant y el teniente Ramón Herrera Vidal, a cargo del Grupo de Formación Policial Biobío en la época de la pesquisa, tuvieron que explicar el contexto de las imágenes que habían sido incautadas por el OS7 y que mostraban eventos sociales concurridos por ellos, los hermanos Bobadilla Pinilla y la familia de «Mañungo». «Conozco el motivo de mi citación y reconozco la fotografía que Ud. me muestra, la cual corresponde a una invitación que me hizo el Teniente César Bobadilla, para asistir al cumpleaños de la vecina de sus padres, Mirla (hermana del sujeto investigado por tráfico)», contestó Herrera al fiscal sumariante.
En las capturas del OS7 – cuya copia desapareció de los archivos de Carabineros, según explica la institución – figuran la dueña de ‘La Casona’, César Bobadilla y la esposa del oficial. Otra muestra a Bobadilla con «Mañungo» en un funeral, y una tercera a éste último con un cuñado del funcionario, mientras se fotografía con el presidente de la Cámara de Comercio de Coronel y detectives de la Policía de Investigaciones de Lota.
En los operativos, el OS7 halló una amplia cantidad de tarjetas de presentación de oficiales en poder del infractor de la Ley de Drogas que administraba prostíbulos en Coronel. Una de ellas pertenecía a Rodrigo Bobadilla Pinilla, responsable de la Tenencia Santa Juana cuando estalló el escándalo. «Reconozco la tarjeta que me muestra en este momento, me pertenece y las anotaciones de teléfonos y localidades están escritos con mi letra, pero no recuerdo haberla entregado a Manuel Hernández (Mañungo)… es factible que yo la haya entregado, pero no recuerdo esta situación», afirmó.
«Yo trabajé en la Tenencia Litueche desde 1994 hasta marzo de 1997 y ese destacamento pertenece a la Comisaría de Pichilemu, es por ello que figuran el número telefónico de la Comisaría y el otro es un teléfono público que está cerca de la Tenencia Litueche», expuso.
Más adelante, el teniente Rodrigo Bobadilla – actualmente en retiro, tras culminar su carrera como comisario de La Ligua con una sanción – admitió: «A Manuel Hernández lo conozco desde mi infancia, porque éramos vecinos de barrio, por ende, lo saludaba cada vez que concurría al domicilio de mis padres y me lo encontraba, pero no tengo ninguna relación de amistad con él».
«NO LES PASÓ ABSOLUTAMENTE NADA»
Cabe señalar que en el proceso por la desaparición de Jorge Matute Johns – que en algún momento se cruzó con el «caso Mañungo» – aparece la declaración extrajudicial del teniente de OS7 Jaime Guzmán Pons, investigador que requisó la evidencia exhibida a los funcionarios interrogados en el sumario de Coronel.
Allí, aludiendo a tarjetas y otros objetos en manos de «Mañungo», Guzmán afirmó a la PDI que: «Había también agendas de Carabineros de índices telefónicos… a ‘Mañungo’ se le consultó respecto a todo eso, pero nunca quiso declarar».
«En los allanamientos a la casa de él, por otra parte, se le encontró botellas de vino en cajas con los sellos de Carabineros, la(s) cual(es) se la(s) había regalado el Subprefecto de la Prefectura Centro Norte de Santiago, existiendo también una tarjeta de presentación a nombre del oficial… También un sinnúmero de fotos donde mostraban (a) oficiales, personal de Santiago, semidesnudos en el dormitorio de él», dijo el 13 de abril de 2001 a la Brigada de Homicidios Metropolitana de Investigaciones, a cargo del comisario Héctor Arenas.
En la ocasión, Guzmán citó a los hermanos Bobadilla Pinilla, uno de los cuales trabajaba en «la Dirección de Inteligencia de Santiago (Dipolcar)», precisando: «Existen fotos de ellos compartiendo con él (Mañungo). Todos estos antecedentes fueron remitidos a Santiago, a la Dirección General y ahí quedaron. La carpeta la pasé completa y todo certificado por el tribunal. Dentro del sumario administrativo que ahí aparecía, los de grado de suboficial para abajo fueron sancionados y trasladados, pero a los oficiales jefes y oficiales subalternos no les pasó absolutamente nada».
A la fecha de esta publicación, Carabineros insiste en señalar que «no hay registros que den cuenta de una investigación realizada por el OS7 de Concepción que vincule a los citados funcionarios».