El pasado martes 17 de enero The Washington Post publicó un artículo en donde se analiza y proyecta críticamente el perfil de Betsy DeVos, quien ha sido nombrada como Secretaria de Educación por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Específicamente, el medio cuestiona la implementación que realizará DeVos del sistema de vouchers que «usa fondos públicos para financiar privados».
¿Le resulta conocido? Bueno, justamente el periódico norteamericano destaca a nuestro país y a su sistema de vouchers como «uno de los más puros del mundo», dedicando varios párrafos a explicar cómo es que este modelo «ha afectado a la educación» en Chile.
The Washington Post recuerda que el modelo fue impuesto por el dictador Augusto Pinochet en 1980 y que se traduce en que el Estado garantiza una cierta cantidad de dinero para la educación de cada estudiante. Sin embargo, añade, «estos fondos pueden ser usados en una escuela pública o privada».
El periódico agrega que este sistema fue introducido a Chile por “economistas de libre mercado” con una «visión similar» a la de la próxima Secretaria de Educación estadounidense.
«Cómo el sistema chileno afectó la educación»
El medio cuestiona el funcionamiento que finalmente ha tenido este modelo, planteando que «el Estado hizo relativamente poco para regular a las escuelas privadas que utilizaron vouchers«.
Junto con ello, se critica que si bien una vez recuperada la democracia se aumentaron los gastos en educación, «la matricula en la escuela pública ha seguido disminuyendo», poniendo como ejemplo que mientras en 1981 el 78% de los estudiantes asistía a una escuela pública, en 2013 esa cifra solo llegó a un 39 por ciento.
Bajo el subtítulo «Cómo el sistema chileno afectó la educación», The Washington Post menciona, por ejemplo, que “luego de más de tres décadas, solo pruebas contradictorias sostienen la idea de que el sistema de vouchers chileno ha mejorado el rendimiento estudiantil”.
Además de eso, se advierte que este modelo «también agranda la brecha entre los logros de ricos y pobres». «El sistema de vouchers ha agravado los altos niveles de desigualdad en Chile», añade el reconocido periódico.
Protestas y segregación
The Washington Post destaca igualmente que el modelo de educación chileno ha sido resistido desde la ciudadanía, relevando que entre 2006 y 2011 los estudiantes secundarios y universitarios «se tomaron las calles para protestar por la mala calidad de la educación pública».
El diario estadounidense también hace mención a la problemática de la segregación que el modelo ha generado en nuestro país. Y respecto a esto señala que en 2009 «colegios privados y partidos de derecha bloquearon una propuesta» que buscaba anular los criterios de selección para las escuelas que usaban fondos públicos, incluyendo aquellas privadas. Solo en 2015, agrega el medio, luego de olas de intensas protestas, la Presidenta Michelle Bachelet «pudo aprobar un proyecto de ley que prohibía los criterios de admisión para las escuelas de vouchers y aumentaba la regulación pública y la supervisión de las escuelas con fondos públicos».
En ese sentido, y volviendo al caso norteamericano, el periódico advierte que «al igual que en Chile, los programas de selección de escuelas de los Estados Unidos pueden terminar reforzando las desigualdades de clase y de raza a menos que sean monitoreados de cerca». Cuando esto último ocurre, agrega, «se ha aumentado la integración racial en las escuelas en áreas altamente segregadas».