De la Polinesia a Tunquén: Evidencias de mestizaje con población local

Investigador del CEA-UPLA, José Miguel Ramírez, se refiere a rescates arqueológicos realizados en la zona centro sur de Chile, que hablan de contactos transpacíficos.

De la Polinesia a Tunquén: Evidencias de mestizaje con población local

Autor: Nicolás Massai

El resultado del rescate arqueológico efectuado en Tunquén, a 44 kilòmetros de Valparaíso, evidenció mestizaje entre exploradores polinésicos y mujeres nativas del litoral central. Este estudio estuvo bajo la dirección del investigador del Centro de Estudios Avanzados (CEA) de la Universidad de Playa Ancha, José Miguel Ramírez.

Tras un hallazgo casual en terreno de un particular, el Consejo de Monumentos Nacionales encargó en 2011 al arqueólogo Ramírez, encabezar el rescate de lo que sería parte de un cementerio y un conchal.

Junto a voluntarios, antropólogas físicas y estudiantes de arqueología se dieron a la tarea de rescatar un cementerio formado por tumbas individuales excavadas en el subsuelo, debajo del depósito de la ocupación prehispánica.

Foto: Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Playa Ancha.

Foto: Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Playa Ancha.

“Se trata de una docena de esqueletos de hace mil años atrás, que se encontraban en muy buen estado. Presentaban los mismos rasgos morfológicos de los restos arqueológicos encontrados en 1990 y años posteriores, en Isla Mocha, al sur de Concepción. Algunos de los cuerpos presentaban todos o algunos de los 3 rasgos morfológicos que caracterizan el fenotipo polinésico: mandíbula con base curva (“rocker jaw”), cráneo de forma pentagonal, y la forma oval del orificio de la cabeza del fémur que conecta los ligamentos a la cadera”, explica el profesional en conferencia realizada en el CEA.

El material aún está en proceso de estudio y queda mucho por indagar. “Lo interesante es que alcanzamos a hacer análisis de ADN mitocondrial lo que reafirmaría la idea del mestizaje, y que el contacto no fue ocasional, sino que hubo descendencia. La única explicación es que hubo una relación de pueblos que hablaban distintas lenguas, lo que explicaría también la decena de palabas polinésicas en el mapudungun”, sostiene.

Los huesos hablan

El investigador del CEA-UPLA ha especializado sus estudios en análisis de huesos humanos y materiales prehispánicos en la zona centro sur de Chile, así como en evidencias de contacto y transferencia cultural y genética entre exploradores-colonizadores polinésicos y la población local, de hace mil años.

La hipótesis de un contacto polinesio en el sur de Chile es muy antigua. Se han descrito elementos arqueológicos, lingüísticos e incluso biológicos entre los mapuches prehispánicos, que podrían derivar de un contacto polinesio.

La capilla Fosa 3b

Foto: Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Playa Ancha.

“La novedad es que dejó huella en la cultura mapuche. En Arauco se encontró por primera vez evidencias de huesos de gallina en contexto prehispánico (1300 y 1400 d.C.), con genes polinesios idénticos a los de Tonga y Samoa”, explica el arqueólogo.

La constatación fue realizada en la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, por la Dra. Elizabeth Matisso-Smith.

En 1903 en isla Mocha se describió por primera vez la evidencia de tres cráneos con forma de polinesios. Pero fue con las excavaciones de los ’90 y de quince años después que, Ramírez y Matisso-Smith, confirmaron mediante análisis de ADN en los huesos de gallina y los rasgos morfológicos en esqueletos humanos, el contacto polinesio en el sur de Chile.

Colonización del Pacífico

El encuentro con América pudo ser accidental, precisa el investigador, pero fue una consecuencia inevitable del proceso de exploración y colonización del Pacífico Sur, a medida que se movían consistentemente hacia el Este.

Volver a casa era parte de la estrategia de exploración y colonización, y lo hacían con familias, plantas y animales. Lo que se piensa de los exploradores que llegaron a Isla Mocha y Tunquén es que para haber dejado huella en la cultura mapuche, se quedaron y dejaron descendencia. Pudieron ser varios grupos, no uno solo, y puede ser también que nunca se conocieron entre ellos.

“Los huesos nos están diciendo que hubo mestizaje entre exploradores polinésicos hombres y mujeres nativas. Quedan muchas preguntas y las posibilidades de hacer investigación a través del CEA-UPLA son extraordinarias, y es lo que espero seguir haciendo”, concluye el arqueólogo Ramírez.


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