Según los resultados financieros de la Memoria 2010, presentada por Codelco a la Superintendencia de Valores y Seguros, Codelco perdió 1.042 millones de dólares debido a desastrosas operaciones en los mercados de futuro. Así lo denuncia el presidente de la ONG Chile Cobre, Julián Alcayaga, en entrevista con El Ciudadano.
Alcayaga, quien es economista, contador, con un magister en La Sorbona, agrega que estamos ante una “colosal pérdida de 1.024 millones de dólares que se disfrazan como disminución de las ventas. Estas pérdidas, ya concretizadas en el ejercicio 2010, son casi 6 veces lo que perdió Juan Pablo Dávila en 1994 (170 millones de dólares).
“Esta pérdida no aparece en una línea específica en el Estado de Resultado (ver documento) de la Memoria, sino que sólo en las explicaciones de los resultados. Y para disimularlo aún más, estas pérdidas son designadas como ‘Ingresos mercado de futuro’, pero entre paréntesis, lo que todo contador sabe que eso significa negativo, menos, disminución”, sostiene el profesional.
Alcayaga, que es autor de Libro Negro del Metal Rojo, y de País Virtual, el lado oscuro del Tratado Minero Chileno Argentino, dice que ésta es una pérdida demasiado grande, que representa el 14,5% de los costos de explotación del 2010.
Alcayaga explica, en relación con las ventas de cobre a futuro, que “pese a que en las bolsas de metales se transa menos del 10% del cobre que se comercializa en el mundo, son ellas, y principalmente la de Londres, las que determinan el precio del cobre en que se harán las transacciones directas entre productores y compradores”.
El economista señala que en estas bolsas no sólo se transa cobre físico con el precio del día, sino también con precios a futuro, a tres meses o más. Se explaya: “Los mercados de futuro del cobre son transacciones financieras, cuya base son los intercambios de papeles que representan una cierta cantidad de cobre u otro metal, a un precio determinado en una fecha dada. Al momento de vencer el contrato, las partes no ejecutan lo pactado, en el sentido de entregar físicamente el cobre y recibir dinero a cambio: pagan solamente las diferencias entre el precio predeterminado entre las partes y el existente en la fecha de vencimiento del contrato. Por esta razón, en los mercados de futuro del cobre se transan, en un año, centenas de veces más toneladas del metal que las producidas efectivamente en el mundo”.
El defensor del cobre asegura que “el mercado a futuro del cobre no es otra cosa que una especulación a la que recurren las empresas mineras con el pretexto que comprar o vender de ese modo sirve para protegerse de los vaivenes del mercado y así mantener precios estables. Pero esta excusa no se justifica en el caso de las empresas mineras chilenas, ya que carecen de libertad para disponer de sus minerales, por ser filiales de enormes conglomerados metalúrgicos; o debido a que la inversión efectuada en Chile, mediante créditos, deja amarradas las ventas por muchos años. El motivo real para usar los mercados de futuro es otro: trasvasijar las utilidades a empresas relacionadas, cuando el precio del cobre se eleva”.
Sintetiza Alcayaga: “El método es sencillo. Una empresa minera vende, en los mercados de futuro, una cantidad de cobre a un precio determinado, y tres meses después paga la pérdida, porque el valor al contado al término de esos tres meses es muy inferior. Esto genera una pérdida contable para la minera chilena, que se transforma en una utilidad para la empresa extranjera que efectuó la compraventa de cobre, y que necesariamente debe ser una empresa relacionada con la compañía chilena, así, la ganancia queda siempre dentro del grupo, pero fuera de Chile”.
DIEGO HERNÁNDEZ
Alcayaga dice que el actual presidente de Codelco, Diego Hernández, es un experto en perder dineros a futuro. “Y, quizás, aunque suene paradójico, esta sea la principal razón de su ascendente carrera”. En 1995, cuando era presidente de Minera Mantos Blancos S.A. perdió 49 millones de dólares en los mercados de futuro, cifra que significaba un cuarto de las ventas totales, que ese año fueron de 198 millones de dólares. Proporcionalmente era una pérdida tres veces superiores a las que generó un año antes Juan Pablo Dávila, en Codelco, también por concepto de ventas a futuro: 170 millones de dólares, que representaron el 8% de las ventas en 1993. Dávila pagó con cárcel su delito que tanto daño le causó al fisco de Chile.
Las “pérdidas” de Mantos Blancos –según Alcayaga- evitaron que esta empresa pagara 24,5 millones de dólares en impuesto a la renta en Chile. Una empresa relacionada con Mantos Blancos fue la que ganó fuera de Chile lo que esta perdió en nuestro país. En 1994 esta empresa, con Hernández a la cabeza, también había tenido importantes pérdidas operacionales.
A pesar de haber tenido estas “pérdidas”, Hernández ha tenido una carrera exitosa: en 1996 fue nombrado presidente de Minera Collahuasi. Más tarde fue elegido presidente del patronal Consejo Minero. En 2004 fue designado máximo ejecutivo BHP Billiton en América Latina. En mayo de 2010 asumió la presidencia de Codelco. Sabido es que uno de los principales mecanismos para evitar pagar impuestos en Chile que tienen las empresas mineras, es declarar pérdidas operacionales, tal como lo demostró la Comisión Especial para la Tributación de las Empresas Mineras (2005).
Cabe tener presente que el 25 de marzo pasado cuando presentaba el balance de su primer año de gestión en Codelco, Hernández aseguró que su gestión había sido un gran éxito. Se fundaba en el hecho que las utilidades de la empresa estatal crecieron en 2.020 millones de dólares el 2010, un 16,6%, en relación a 2009.
Julián Alcayaga afirma que “una mirada atenta a las cifras permite decir que es una curiosa manera de presentar las cosas”. Argumenta: “En primer lugar, Hernández olvidó comparar el precio promedio del cobre que el año 2010 fue de de 3,42 dólares la libra, con un aumento de 46,2% en relación a los 2,34 dólares la libra de 2009. Si proyectamos la producción de 2009 al precio de 2010, los ingresos por ventas de Codelco en 2010 debieron superar los 17,7 mil millones de dólares, es decir alrededor de 1.700 millones de dólares más que los realmente obtenidos (16.606 millones de dólares). La relación ingresos/producción de cobre del año 2010, es lejos el peor ejercicio desde el 2004 a la fecha”.
“En segundo lugar –continúa el economista- en 2010 hubo un aumento de los costos de 1.231 millones de dólares, es decir 20,6% más que el año 2009, y también los más elevados desde el año 2004. En consecuencia, entre disminución de las ventas y aumento de costos, el ejercicio 2010 fue peor que el 2009 en a lo menos tres mil millones de dólares, y eso que el año 2009 era ya uno de los peores resultados de Codelco de los últimos 5 años”, señala el economista.
Alcayaga dice que “comparando precio y producción, los ingresos por ventas de Codelco el año 2010, son de lejos los peores de los últimos 7 años”.
Y se pregunta: “¿Cómo explicar que el que se ha presentado como el mejor equipo ejecutivo, tanto por capacidad técnica como por experiencia en grandes empresas mineras, haya tenido el peor resultado de Codelco de toda su historia? ¿Es incapacidad o por el contrario, se cumplió con éxito el objetivo perseguido?”
Cabe tener presente que el vicepresidente de gestión financiera de Codelco es Thomas Keller, quien había sido presidente de Minera Collahuasi; que uno de los miembros del Directorio es Fernando Porcile, quien había sido presidente del Consejo Minero. El recién designado vicepresidente de finanzas, Jorge Gómez, fue gerente de Pelambres.
Alcayaga pertenece a una familia de pirquineros. Socialista desde adolescente, tras el Golpe militar de 1973 fue detenido, torturado y condenado a 10 años de cárcel. En septiembre de 1976, se le conmutó la prisión por extrañamiento.
En la Unión Soviética estudió Economía (Universidad Patricio Lumumba). Más tarde, en París, haría estudios de postgrado en La Sorbona. En 1993, cuando ya llevaba casi una década de retornado a Chile, pudo establecer que las transnacionales mineras que operan en Chile no pagan impuestos.
En el Libro negro del metal rojo (1999) describió los mecanismos usados con este propósito así como el papel que han jugado los gobiernos de Chile, desde el 11 de septiembre de 1973, para facilitar esta tarea.
Por Francisco Marín
El Ciudadano