Cada minuto que pasa es tiempo perdido para enfrentar al fuego. En cosa de segundos un incendio puede armar columnas que destrozan todo a su paso. Ante la emergencia nacional por este tipo de siniestros, y en particular por el caso de la Sexta Región, donde van más de 70 mil hectáreas quemadas, llegó el famoso y bien recibido SuperTanker a suelos chilenos, un avión especial para combatir incendios, que fue reconocido hasta por la cadena noticiosa BBC.
La idea de traer este aparato, que tiene un costo superior a los US$2 millones, se le ocurrió a Lucy Avilés, una mujer chilena que está casada con Benjamin Walton, uno de los hombres de la familia que está detrás de Walmart, la cadena de supermercados estadounidense con presencia en Chile.
La familia de Avilés tiene un campo en los alrededores de Iloca, localidad que se está viendo amenazada por el fuego que comenzó a abordar el territorio del Maule.
El matrimonio entre Walton y Avilés tiene historial en cuanto a aportes tanto en esa región como en la de O´Higgins. Para el terremoto de 2010 donaron varios conteiners con insumos médicos para los hospitales.
Ahora lo hacen a través del SuperTanker, que no es más que un Boeing 747-400 (uno de los aviones más grandes del mundo) habilitado para lanzar agua a los focos de fuego. Su historial va desde la disuasión de incendios en Israel como también en California.
El avión, capaz de almacenar 73 mil litros de agua para disuadir incendios, aterrizó a las seis de la mañana en suelo nacional y ya comenzará con su actividad. A última hora se conoció que comenzará a dispersar fuego en la Región del Maule.
Dieter Linneberg, representante de la empresa detrás de SuperTanker, declaró que este artefacto no iba a resultar como la solución total del tema. “Apaga los incendios, pero es colaboración a todas las personas que trabajan en tierra y también es complementario a aviones pequeños y helicópteros”. Según la BBC, el avión equivale a 72 helicópteros para apagar incendios.
La polémica
La empresa detrás es Global Super Tanker, afincada, al igual que Lucy Avilés, entre las fronteras de Colorado. Esta mujer, aparentemente dedicada a la filantropía, ofreció traer el avión antes de este martes. De hecho, cuando ya todo estaba confirmado, disparó contra la Conaf diciendo que “este trámite se demoró bastante porque la Conaf puso mucha resistencia”. Al parecer, las autoridades encargadas de la defensa de los bosques argumentaron que las condiciones del país no eran aptas para un vehículo como este.