La Comisión Real de Australia, máxima instancia de investigación del país, que en 2013 comenzó a indagar en los casos de abuso sexual al interior de instituciones católicas, recientemente publicó un informe en el que se da cuenta de miles de abusos hacia niños entre 1980 y 2015.
Son 1.880 los curas involucrados, de los cuales 597 son hermanos religiosos, 572 sacerdotes, 96 son hermanas religiosas y 93 tienen altos cargos dentro la iglesia, según afirmó Gail Furness, abogada consejera de la comisión, al diario El País.
De acuerdo a los datos entregados en el informe, las víctimas de los abusos tendrían en promedio 10 años en el caso de las niñas, que representan el 22% de las denuncias, y 11 en el caso de los niños, que representan el 78%. Probable causa por la que los abusos tardaron, en promedio, 33 años en ser denunciadas.
George Pell, máxima autoridad católica en Australia y actual Prefecto de la Secretaría de Economía del Vaticano, ha sido señalado como encubridor de los curas acusados de ser violadores. Hace un año reconoció que podría haber hecho más por las víctimas, sin embargo, sólo quedó en palabras y no actuó al respecto. Además, cuando la comisión solicitó ayuda al Vaticano para los casos investigados, la institución religiosa se negó y afirmaron que «no era posible ni apropiado proveer la información requerida”.
Las principales organizaciones religiosas involucradas son la orden de San Juan de Dios, en donde el 40,4% de los religiosos fueron acusados de abuso sexual. Mientras que en los Hermanos Marias, los Salesianos de Dons Bosco y los Hermanos Cristianos son un poco más del 20% los denunciados.
La abogada Furness criticó la nula cooperación del Vaticano en la investigación y declaró que «curas y religiosos fueron reubicados. Las comunidades donde fueron trasladados desconocían su pasado. Los documentos no fueron guardados o fueron destruidos. El secretismo prevaleció, al igual que los encubrimientos».
La investigación seguirá con nuevas audiencias que se extenderán hasta el 27 de febrero e incluirá a todos los obispos de Australia.