En los límites de Peterborough, Inglaterra, la granja Must Farm parecía ser una propiedad como cualquier otra. No obstante, cuando un grupo de arqueológos comenzó a hacer excavaciones debajo del cielo, se quedaron anonadados al encontrar los restos de una antigua ciudad que databa de la Edad de Bronce. Este lugar es conocido ahora como la Pompeya Británica.
Se estima que tiene unos 3,000 años de antigüedad.
Se hallaron también numerosos artefactos elaborados a base de tela y madera.
A pesar de que ambos materiales tienden a degradarse con el tiempo, estos objetos estaban preservados en perfectas condiciones.
Muchas de las piezas encontradas no eran valiosas, pero reflejaban como era la vida cotidiana de la gente que habitó el lugar.
Por otra parte, la historia de su preservación es más bien, trágica.
Y es que la ciudad no fue construida sobre una superficie sólida, sino sobre maderas que la mantenían suspendida sobre el río.
Aparentemente, un incendio hizo que se colapsara y hundiera. Por lo demás, la Naturaleza hizo su trabajo al conservar todo.
De no haber caído en el río, esta ciudad probablemente habría sido incinerada, ¡y los investigadores no lo habrían descubierto hasta dentro de 3,000 años!
También estimaron que había en total 5 construcciones distintas, lo que hacía a la aldea muy pequeña para su época.
Entre los restos había objetos más frágiles que les emocionó hallar.
Como estos tejidos de tela femeninos hechos entre los años 1000 y 800 antes de Cristo.
Otros elementos encontrados fueron ollas con restos de comida dentro, un cucharón de madera, cuerdas y cestas.
Parecía como si la gente de repente hubiera abandonado sus casas con prisa.
Había también espadas, hachas y cosas de cerámica.
Estos descubrimientos nos muestran como era la vida en la Edad de Bronce.
No es común encontrar piezas como estas hoy en día.
Gracias a estos descubrimientos, la granja Must Farm se ha vuelto invaluable.