Sólo 6 de los 20 nominados por Trump a las secretarías de gobierno han sido confirmados por el senado. Una de ellos es la empresaria, multimillonaria y republicana Betsy DeVos, quien asume su cargo como Secretaria de Educación en medio de una fuerte y transversal oposición, que incluye a estudiantes, parlamentarios demócratas e incluso a algunos republicanos.
«Stand Up, fight back» (Levántate y defiéndete), se escuchaba ayer a los estudiantes manifestándose en las calles. Los argumentos abundan: que carece de méritos, que no tiene los conocimientos necesarios para el cargo, que hay conflicto de interés –su familia ha donado decenas de millones al Partido Republicano– y que defiende a la educación privada en perjuicio de la pública.
Luego de la nominación por parte de Trump, el vicepresidente, Mike Pence, fue quien definió una votación de 50/50 entre los senadores. Esta es la primera vez que se necesita de la intervención de un vicepresidente –facultado por la Constitución– para desempatar al senado y elegir a un secretario de gabinete.
DeVos es una ex dirigente del Partido Republicano en el estado de Michigan, y directora del grupo de apoyo del school choice ‘American Federation for Children’. Ha sido una mentora para los miembros del movimiento por la privatización de la educación pública; ha trabajado por la creación de programas y por la aprobación de leyes que establecen el uso de recursos públicos para financiar la educación privada con el sistema de subvención vía voucher, que entrega a los establecimientos una asignación por cada estudiante. Similar al que fue implementado en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet, por obra de los chicago boys, y que ha probado ser uno de los factores más importantes de desigualdad social.
Betsy DeVos también impulsó en Michigan el sistema de escuelas charter, un tipo de institución que en términos generales se rige por la autoridad en educación del gobierno, pero que no se somete a las mismas regulaciones que las escuelas públicas y opera con mucha más autonomía. Uno de los efectos de la educación charter se asocia con los resultados en pruebas de lectura y matemáticas, que han mostrado niveles por debajo del promedio estatal.
Ayer, cientos de estudiantes marcharon en Nueva York protestando contra la nominación, en vísperas de la elección que confirmaría a DeVos en la Secretaría de Educación, como publicó el medio independiente act.tv.
Anoche, antes de la ratificación de DeVos, los senadores del Partido Demócrata se plantaron por 24 horas en el pleno del Senado, en señal de protesta contra quien es considerada una enemiga de la educación pública. Los parlamentarios argumentaron su clara oposición a la utilización de bienes públicos en beneficio del sistema privado.
Pocas figuras han motivado tanto a la oposición para tomar acciones como DeVos, cuyo nombramiento del mes pasado despertó fuertes dudas sobre su habilidad de ser la cabeza de una institución que es responsable de todo en materia de educación, desde los créditos a los estudiantes, hasta los estándares de las escuelas y la responsabilidad con el acceso democrático a la educación, destaca The Guardian.
Chuck Schumer, líder de los demócratas, calificó a la secretaria como «la nominada menos calificada en un gabinete históricamente poco calificado».
Como publica el Washington Post, las escuelas charter (privadas o semi-privadas, parecidas a las particulares subvencionadas en Chile) han reformado la cara de la educación, y no para mejor. Estas escuelas han bajado sus puntajes en las evaluaciones sobre conocimientos básicos, porque no están bajo una supervisión estatal sistemática –que sí mantiene un control sobre las escuelas públicas y su desempeño– pero siguen recibiendo subvenciones y mejoras estructurales, las que a veces se ven reflejadas en la mejora del nivel de vida de sostenedores sin suficiente preparación.
«El paisaje disfuncional de las escuelas charter en los estados del país, donde el fracaso es premiado con «oportunidades» para la expansión, y la opción significa lo opuesto para miles de niños, no es accidental», dice el medio estadounidense. «Fue creado por un lobby ideológico que ha defendido fanáticamente la educación de libre mercado… sin consideración por el resultado». Hoy, bajo la administración de Trump, la cara visible de ese lobby es Betsy DeVos.
El Ciudadano