No hay relación sexual satisfactoria por completo sin orgasmo. Un estudio de una marca de preservativos aseguraba hace poco que el 84% de los varones alcanzaba el orgasmo con regularidad. Cifra que descendía hasta el 55% en las mujeres. Otro informe, éste elaborado por CAM4, iba más allá e indicaba que el cinco por ciento de las mujeres nunca lo había experimentado.
Tras un sinfín de estudios que han analizado la vida sexual alrededor del mundo, se ha determinado que la alimentación tiene mucha importancia en la capacidad para alcanzar el orgasmo. Igual que las dietas milagro tienen efectos adversos, una buena alimentación es capaz de propiciar su aparición.
Por ello, cada vez más sexólogos se han apoyado en el trabajo de nutricionistas y dietistas para averiguar qué comidas son capaces de potenciar el deseo y cuáles son capaces de arruinarlo. De estas conclusiones nace la conocida la dieta del orgasmo.
Una de las madres de esta dieta es Karen Uribarri, periodista y diplomada en sexualidad, quien ha elaborado una tabla dividiendo los alimentos por grupos. Ahí detalla cuáles son los componentes que aumentan nuestros niveles de libido.
Marrena Lindberg apoya esta lista y aconseja su seguimiento para mejorar y alcanzar el orgasmo. Como Uribarri, Lindberg también ha dedicado gran parte de su vida a averiguar cómo favorecer la aparición de orgasmos en las féminas. Ella es la autora del famoso libro La mujer multiorgásmica. Texto en el que explica cómo pasó de ser una mujer incapaz de alcanzar la plenitud sexual a gozar de orgasmos múltiples en cada relación tras recuperar la sensibilidad de su clítoris. Una experiencia que quiere poner al servicio de otras mujeres que necesiten ayuda.
¿Qué compuestos aumentan nuestro libido?
El primer grupo de alimentos que se pone encima de la mesa es el de aquellos que contienen Omega 3. Éste es capaz de generar dopamina en nuestro cerebro y, en consecuencia, de favorecer el aumento del deseo. Alimentos como el atún, las nueces, el aceite de oliva o los garbanzos, contienen Omega 3 y, además, son conductores de zinc y magnesio, que producen la globulina -que dirige el flujo sanguíneo a los genitales-. Otro de los alimentos que produce una mayor liberación de dopamina en nuestro cerebro es el cacao, ayudando así a experimentar un mayor nivel de placer en nuestras relaciones.
El segundo gran grupo de alimentos que mejoran nuestros orgasmos son los ricos en proteínas. Las carnes, lácteos y frutos secos nos ayudarán a aumentar nuestros niveles de testosterona, hormona que potencia el deseo sexual.
Inhibidores del deseo sexual
En el extremo contrario, actuando como inhibidores sexuales, se encuadrarían los hidratos de carbono, el café, el té, el tabaco y el alcohol. Sobre todo este último, cuya ingesta reduce de manera notable la irrigación sanguínea necesaria para la erección y que aumenta la sensibilidad vaginal.
El menú diario aconsejado
El menú que Marrena Lindberg recomienda para empezar con la dieta del orgasmo, arranca por la mañana con un desayuno en el que degustamos cereales integrales o una tostada de pan integral con un vaso de leche, sumando un yogur y una onza de chocolate lo más puro posible.
La comida fuerte del día estaría conformada por unas crudités de verduras y un hummus que acompañaríamos con galletas saladas y algo de fruta para finalizar. La alternativa a la verdura, o para alternar otros días, podría ser un plato de pasta integral con salsa boloñesa.
Para la merienda se incorporaría una nueva pieza de fruta o algo de queso que se podría maridar con un zumo licuado de maracuyá u otra fruta similar que, como esta, sea alta en componentes que ayudan a potenciar el deseo.
Por último, ya para la última comida del día prepararíamos una ensalada regada con aceite de oliva virgen extra y, como principal, una pequeña pieza de pescado azul a la plancha. Como postre podría entrar una última pieza de fruta o una alternativa dulce, eso sí, siempre que esta esté libre de grasas trans.
Para compaginar esta dieta, Lindberg recomienda realizar deportes. En especial, aconseja a las mujeres ejercicios vaginales y de fortalecimiento de la rutina pélvica para aumentar los niveles de placer. Un buen orgasmo bien vale el esfuerzo.