Al organizar un grupo de investigación especial en 2014, el Banco Popular de China se propuso introducir paulatinamente su propia moneda digital, lo que convertiría al regulador chino en el primer banco nacional en emitirla, informa Bloomberg.
Actualmente, el banco está estudiando varias criptomonedas ya existentes como el bitcoin y otras, cuyo rasgo principal es su carácter descentralizado, es decir, es casi imposible de controlar por las autoridades financieras.
Pekín intenta evitar ceder este mercado emergente a las empresas privadas mientras que la población ya utiliza frecuentemente los pagos en línea en todas las transacciones. Hoy en día la mayoría de los chinos, para comprar una lata de cola, prefieren escanear un código QR con sus celulares que insertar una moneda en una máquina.
La introducción de la moneda digital por un banco nacional importaría practicamente nada a los acostumbrados a los pagos en línea, sin embargo, es sumamente importante para los vendedores, ya que en vez de recibir dinero directamente de los clientes, podrían obtener pagos digitales, bajando drásticamente los costos de transacción.
La moneda digital garantizaría al Banco Popular de China la capacidad de controlar riesgos en el sistema financiero y monitorear transacciones a escala de toda la economía, explica Duan Xinxing, el vicepresidente de OKCoin, una de las maores casas de cambio de criptodivisas de China.