En el escenario actual, de globalidad, de posmodernidad, la forma más directa de acceder a las “realidades” son los medios de comunicación. Conocemos nuestra realidad a través de la televisión, de la radio, del diario.
Hace unos días conocimos un hecho a través de ellos, una de las noticias reveladoras del trade off medioambiental chileno: incidentes entre pescadores artesanales y “nuestra” Armada en las costas sureñas de Mehuín.
En general, al revisar los medios de comunicación se habla de un enfrentamiento entre los pescadores y miembros de la Armada de Chile. Llama la atención el matiz delincuencial con que se cubre una noticia que tiene un trasfondo bastante más complejo que una película de piratas.
Muy pocos medios señalaron la razón del enfrentamiento, originado por la protección de parte de las naves de “nuestra” Armada de Chile hacia embarcaciones contratadas por Celulosa Arauco y Constitución que realizaban estudios del impacto que tendría una potencial evacuación de residuos industriales a los mares de Mehuín.
Estas mediciones -requeridas por Celco como una posible válvula de escape a la crisis del Santuario de la Naturaleza Carlos Andwanter- han contado con la férrea oposición de la comunidad afectada, que siente que con la instalación de un ducto de residuos industriales se les afectará notablemente.
Una de las ventajas de la sociedad de la información y de la globalización es la reconfiguración de los flujos informativos, en aspectos positivos y negativos. Por un lado, es una característica establecida la alta concentración del poder en lo que a propiedad e influencia se refiere, lo que significa que ideológicamente estemos conociendo el mundo a través de la mirada de unos pocos. Pero este mismo factor tecnológico da pie a la asunción de nuevos canales informativos, nuevos medios de comunicación, ya no dependientes ni generados por grandes conglomerados -que en la historia de la humanidad han dependido siempre de los poderosos- sino que reflejan la mirada ciudadana: de miradas globales a locales, cercanas.
Hoy en día la Internet como medio de comunicación, posibilita la construcción de medios locales, la configuración de flujos informativos cercanos y que no dependan de la presión de los grupos gobernantes.
Un ejemplo de ello son los populares weblogs, sistemas de publicación periódicamente actualizados que recopilan cronológicamente textos o artículos de uno o varios autores. Ciudadanos de distintas latitudes ha adoptado estos sistemas a la hora de utilizar esta oportunidad de establecimiento de flujos informativos distintos y son hoy reconocidos y adoptados como medios de comunicación.
Potenciando las miradas locales de medios como El Ciudadano o Raluya.org pondremos atención, no en que un par pescadores se trenzaron a golpes con miembros de la armada, sino en dilucidar y entender por qué las Fuerzas Armadas de un país las ofician de guardaespaldas de una empresa privada que está en tela de juicio hace más de 2 años por el constante daño ecológico que causa.
Paulo Contreras es Periodista, Licenciado en Comunicación Social de la Universidad Austral de Chile y Magíster (e) en Entornos Educativos Virtuales. Apoya actividades de coordinación de Raluya.org