Hay de todo en este mundo. Los complejos son parte del ser humano y quien diga que no los tiene, muy probablemente está mintiendo. Algunos somos tartamudos, otros muy flacos o muy gordos, demasiado bajos, demasiado altos, poco hábiles en materias de la universidad, en fin, posibilidades hay infinitas. Sin embargo, el consenso podría decir que hay cosas que objetivamente importan muy poco. Un ejemplo perfecto de aquello es lo que «le pasó» a Augusto Schuster.
FMDOS
Vamos al grano.
El actor realizaba una sesión fotográfica junto a varias mujeres. Los flashes corrían a diestra y siniestra, Schuster posaba como galán de Hollywood. La sesión finalizó perfectamente. Augusto estuvo absolutamente satisfecho con el resultado, tanto así que publicó en Instagram la imagen en la que él creía que aparecía mejor. Acto seguido, sus seguidores se percataron de un detalle quizá demasiado insignificante. Schuster, sin embargo, no pensó lo mismo y eliminó la foto de inmediato.
¿Te imaginas lo que pudo haber sido?
Imposible que lo sepas.
¿Te diste cuenta?
Pues, según él, sus ojos lucían demasiado raros. Aparece turnio.
¿Razón suficiente para borrar la foto? Tal vez sí, tal vez no.
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