Minera Escondida, el yacimiento de cobre más grande del mundo, atraviesa la huelga más larga y cara de su historia. Hasta el martes, los trabajadores acumulan 27 días de paro, la producción de fino ha decrecido en un 12% y, si bien han habido acercamientos de diálogo, aún no hay luces de entablar una mesa de negociación.
La minera de BHP Billiton, de capitales australianos y británicos, mantiene parada su producción. La huelga, en que se encuentran más de 2 mil 500 trabajadores, mantiene tres impedimentos para entablar una mesa de negociación.
Los nudos se refieren al “piso mínimo” sobre los que los trabajadores estarían dispuestos a negociar. Esto es la eliminación de la menor remuneración ofrecida por Escondida, trabajo en horas de descanso y cláusulas con beneficios que no correrían para los trabajadores nuevos.
En palabras de Carlos Allendes, presidente del Sindicato n°1 de la minera, el último punto se trataría de una disposición “discriminatoria y clasista”, subrayando que “mientras estén estos tres puntos no vamos a poder destrabar una negociación”.
Los principales dirigentes del sindicato n°1 viajaron a Santiago a reunirse con autoridades, tales como el subsecretario de minería, Eric Schnake; el presidente de la Cámara de Diputados, Osvaldo Andrade; y el senador por Antofagasta, el precandidato presidencial Alejandro Guillier.
Luego de los encuentros, Allendes sostuvo que desde la minera “le están haciendo daño a medio mundo, por eso es importante que el mundo político también lo entienda. Nosotros tranquilamente vamos a llegar a los 30, 60 días y si hay que seguir vamos a seguir, así al menos los trabajadores lo han sentido». Esto es posible dado el aporte que todos los socios del sindicato realizaron a la movilización, de cien mil pesos cada uno.
Una de las peticiones más polémicas sobre las cuales se asoma una difícil diferencia es el alza salarial de un 7% y un bono demandado por término de conflicto. Mientras los huelguistas piden uno por 25 millones de pesos, la empresa ofrece solo 8.