Las elecciones de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), realizadas en agosto pasado, continúan dando que hablar, luego que la Dirección del Trabajo (DT) denunciara ante el Ministerio Público el uso de documentos falsos por parte de dos agrupaciones: el Sindicato Interempresa de Trabajadores de la Construcción, la Madera y Actividades Conexas y el Sindicato Interempresa de Trabajadores Cargadores Frontales, Grúas, Horquillas, Mantención y Similares al Ramo de Coronel.
Según publicó El Mercurio, los documentos falsificados corresponderían a los certificados de vigencia de las asociaciones sindicales, insumos que validan la permanencia de un sindicato en la CUT y que acreditan el número de afiliados a cada asociación.
En el marco de la comisión investigadora iniciada en octubre en la Cámara de Diputados, dirigentes sindicales entregaron los certificados. Desde esta instancia se enviaron a la DT para su revisión. La denuncia de la DT indica que se aumentó falsamente el número de afiliados, con lo cual aumentó la ponderación de los sindicatos en el sistema de votación indirecto, mediante el cual la CUT escoge a sus 45 consejeros nacionales.
Para Nolberto Díaz (DC), secretario general de la multisindical, los hechos reportados por la DT no representan mayor novedad. «Siempre dijimos que había fraude en las elecciones, que tenían que repetirse y que había votado gente que no estaba habilitada, organizaciones falsas con padrones inflados. Esto confirma lo que nosotros denunciamos desde el primer minuto», expresó en conversación con El Ciudadano.
«Todo el mundo sabe que las elecciones tienen un carácter fraudulento»
En septiembre, Arturo Martínez (PS), actual vicepresidente de la CUT, declaró que dos sindicatos del sector de Bárbara Figueroa (PC y actual presidenta) presentaron certificados de vigencia adulterados, con el fin de inflar el número de afiliados a las organizaciones de trabajadores.
Carola Salas, entonces directora del colegio electoral de la multisindical, detectó que el formato de los documentos no era el que habitualmente se emplea ante la DT. Por lo mismo, llevó los documentos al organismo fiscalizador, desde el cual le confirmaron que eran falsos.
Incluso, Nolberto Díaz presentó un recurso ante el Tribunal Electoral Regional de Santiago solicitando la nulidad del proceso eleccionario y la repetición del mismo. «Todo el mundo sabe que las elecciones tienen un carácter fraudulento, todo el mundo sabe que hay sindicatos inflados, que nunca existieron, pero como en la CUT opera la lógica de los partidos políticos que controlan a dirigentes, y con eso construyen mayorías y votaciones en las distintas actividades de la central, logran finalmente aprobar todos los temas que tienen», comentó.
Con una crisis evidente, la CUT organizó un congreso ampliado en enero para definir los pasos a seguir en relación al cuestionado proceso eleccionario. Dentro de los acuerdos, se fijó para abril una nueva elección, con el padrón depurado, pero sin voto directo («un voto por afiliado»), medida que podría entrar a regir en los comicios de 2020.
De acuerdo a Díaz, «ninguna de las organizaciones falsas que participaron en las elecciones de la CUT estuvieron en el congreso. Justamente, lo que se hizo en enero fue limpiar el padrón para que aquellas organizaciones fraudulentas no participaran del congreso. Por lo tanto, la instancia fue absolutamente legítima e hizo la reforma estatutaria que se podía hacer en ese minuto».
¿Fueron suficientes las resoluciones del congreso?
Las acusaciones cruzadas, las irregularidades y la intromisión de los partidos de la Nueva Mayoría (presidenta, vicepresidente y secretario general son militantes del conglomerado oficialista) han despertado el rechazo de distintos gremios, algunos de los cuales optaron por congelar su participación en la CUT, como el Colegio de Profesores y la Confederación de Funcionarios de la Salud Municipal (Confusam).
El dirigente sostiene que, sin importar si los sindicatos cuestionados determinaron el resultado definitivo, «lo importante es que quede establecido que aquí hubo un fraude, que existen sindicatos truchos y que las dirigentas/es a cargo de la central fueron elegidos en un proceso fraudulento y, por lo tanto, su condición es claramente ilegítima».
Si bien una parte de las irregularidades se conoció a las semanas de realizadas las elecciones, ¿por qué estos antecedentes no alcanzaron a impulsar un cambio al sistema eleccionario, pensando en las elecciones de abril? Nolberto Díaz piensa que «son cosas distintas. Una cosa es el fraude electoral y otra es el proceso de reformas estatutaria que se hizo ahora, que es un proceso es absolutamente legítimo, con padrones limpios y esperamos que nos permitan ejercer una elección de la CUT sin fraude electoral».
«Esperamos que nadie que no sea dirigente sindical vote en las elecciones de la CUT. Tienen que votar los sindicatos afiliados, que existan de verdad y sin padrones inflados. Esa es nuestra aspiración», reafirmó.
En la vereda contraria, Esteban Maturana subraya que «mientras las elecciones sigan siendo a voto ponderado, en la que un dirigente opina por 400, la verdad es que las elecciones van a seguir teniendo un carácter poco legítimo y poco representativo. La fórmula más aceptada universalmente es una persona-un voto, aunque eso tampoco garantiza el pleno derecho a la democracia, pero es lo que más se acerca a lo que entendemos por ella».