Fue descubierta en en una granja en Shropshire, Inglaterra, gracias a un conejo. Mejor dicho: a la madriguera que uno de estos animales construyó para refugiarse. Un granjero se interesó por el pequeño y se encontró con una monumental excavación de laberintos y aspecto lúgubre.
Enterrada menos de un metro bajo tierra, esta increíble caverna perteneció a los Caballeros Templarios mientras luchaban en las Cruzadas, y era utilizada para reuniones y celebraciones religiosas. Las imágenes fueron tomadas por el fotógrafo Michael Scott, de Birmingham.
Los Templarios estuvieron activos entre 1.119 y 1.300, aproximadamente, y fueron una misteriosa y secreta organización de la Iglesia Católica. Se cree que una vez abandonada por la orden fue utilizada en los siguientes siglos por personas que realizaban magia negra.
Actualmente, cientos de velas cubren los laberínticos pasillos de la cueva templaria que permiten ver las numerosas inscripciones que allí se hicieron a lo largo de los siglos. Algunas, de hace 700 años, otras, más recientes en el tiempo.