¿Protector o controlador?
Dos características casi contrarias que se vuelven confusas cuando se trata de identificar el tipo de hombre con el que lo has compartido todo.
¿Atento o posesivo?
Estas palabras adversas parecen fusionarse cuando te involucras con una persona tóxica que juega con tu mente a través de la manipulación.
¿Solidario o manipulador?
Ambos términos aparecen en tu cabeza al cuestionarte sobre sus reacciones ante cada una de tus decisiones.
¿Maduro o autoritario?
Es difícil aceptar que se trata del segundo concepto cuando intentas calificar a tu pareja, pero es necesario.
Qué es love bomb
Esas y otras preguntas son las que surgen en la mente de una persona que sufre de un “bombardeo de amor”. El término “love bombing” no es parte de la psicología, sino de un modismo que nació en una iglesia de Estados Unidos para referirse a lo que los miembros de esta congregación hacían. Todos ellos, a pesar de sus problemas, siempre sonreían porque los líderes del grupo religioso los bombardeaban con “amor”. Es decir, estas dos palabras en inglés se refieren a una técnica de manipulación que comenzó como un método para convencer a otros de unirse a la iglesia a través de la condescendencia, la atención y el afecto. Tiempo después la estrategia se convirtió en una táctica que los padres empleaban para educar a sus hijos a partir de elogios y muestras de cariño constantes. De esta forma, el “amor” se convirtió en un arma para controlar al otro: a través de palabras lindas, caricias cálidas y acciones cursis una persona lleva a la otra a pensar, sentir y actuar como mejor le convenga.
Cómo funciona
Dentro de una relación de pareja una “love bomb” funciona como un mecanismo de poder basado en la influencia a través de muestras exageradas de atención y afecto. Una vez que el manipulador convence a la otra parte de ser el amante perfecto –un romántico empedernido y un compañero incondicional– la víctima cree fervientemente que se trata del amor ideal. Para que esta técnica funcione todo debe ser color de rosa al principio de la relación; es decir, después de un periodo de arrumacos, muestras de confianza, palabras de aliento, demostraciones de apoyo y paciencia, noches de pasión e idilio, y planes inmejorables, las bombas comienzan a explotar.
Lo que al principio era una muestra idónea de ternura y adoración, se convierte en una forma de control extremista y exacerbada. Los mensajes, llamadas y detalles, 24/7 se, vuelven acusaciones y rutinas de espionaje en ascenso. El problema principal de quienes se involucran con alguien que actúa a través del bombardeo afectivo, es que una vez que recibieron dosis enormes de atención y cariño, les es difícil sobrevivir sin esas porciones de cumplidos y consideraciones. Entonces, una vez que la víctima se hace dependiente, el controlador se aprovecha de esas inseguridades para manejar la situación y a la persona como le plazca.
Quién lo practica
La paradoja del bombardeo amoroso es que las personas que lo usan suelen ser muy inseguras y con baja autoestima, por ello creen necesario embelesar a su pareja a través de una mentira perfecta para después encadenarla a ellos y así poder controlarla siempre. Para los manipuladores disparar estas bombas de amor disminuye las posibilidades de ser abandonados por el otro.
Por otro lado, quienes practican esta técnica son bien parecidos y saben cómo usar eso a su favor. También se trata de personas que se plantean objetivos firmes y no descansan hasta lanzarlos, por ello cuando un manipulador intenta seducir a alguien en realidad lo consigue y, de hecho, convence al otro de ser el amor de su vida pues su insistencia y esfuerzo es inusual.
Por qué funciona
El “love bombing” es un ciclo del que es difícil escapar, pues todo el caos se construye en una base de idealización. Aquí juega un papel fundamental la idea de “las almas gemelas”, así que una vez que se cree haberla encontrado, aceptar la idea de que se trata de un controlador nocivo es casi imposible.
Cuáles son las fases del ciclo
–Idealización: todo comienza como un cortejo de ensueño que deslumbra a la otra persona hasta cegarla. Cada palabra y acción la hacen dar un paso más hacia el vacío en el que finalmente cae, pues en ese momento es imposible imaginar que se trata de una estrategia.
-Devaluación: después de un etapa increíblemente perfecta, el cariño y la atención se convierten en control, furia, desaprobación, castigo, presión y amenazas. Esto es parte de un condicionamiento psicológico con el que el manipulador juega para convertirse en el dueño y dictador de los pensamientos, sentimientos y, por lo tanto, las acciones y decisiones de su pareja.
(Antes de llegar a la fase final del círculo la relación atraviesa la primera y la segunda en repetidas ocasiones, hasta llegar a la explosión mayor)
–Descarte: posterior a los castigos por parte del controlador y a la renuncia de la víctima a su propia vida; pues para evitar discusiones ésta acepta alejarse de su familia, deshacerse de sus amistades y abandonar sus actividades, llega la parte final del ciclo o por lo menos una pausa para éste. La ruptura puede estar motivada por diversas razones, una de ellas es que la persona devaluada se cansé de ser presionada y manipulada, entonces comienza a exigir un trato digno (el cual obviamente el manipulador no aceptará darle). Otro motivo por el que terminan estas relaciones es porque quien bombardea a su pareja planea terminarla para confundirla y luego regresar con más bombas de afecto para “reconquistarla”, de esa forma el “love bombing” comienza desde cero una vez más.
Cuáles son las señales
Detectar una bomba amorosa y a su ejecutante es fácil, siempre y cuando se conozca esta forma de manipulación. Primero: si los detalles son exagerados por parte del otro, a pesar de que acaban de conocerse, es probable que se trate de un controlador en potencia. “Sé que acabamos de conocernos, pero somos perfectos juntos”, es algo que esta clase de estratega diría.
Por otro lado, quienes lanzan estas bombas de afecto irracional saben identificar a alguien vulnerable. Es decir, si acabas de salir de una relación y en cuanto lo mencionaste tu cita comienza a comportarse el doble de atento o se convierte en el mejor oyente y consejero, ten por seguro que intenta hacerse pasar por tu alma gemela para después controlar todos tus movimientos.
Por último, si quien acabas de conocer te repite lo emocionado y convencido que está sobre un “futuro juntos”, debes tener cuidado. Nadie en sus cabales incluye en su vida a un desconocido y menos se lo hace saber de inmediato.
Cómo recuperarse de una bomba afectiva
Una vez que logras terminar la relación destructiva con alguien que sólo desea controlar tu vida para apropiarse de ella, debes cortar la comunicación total con esa persona. Después intenta, poco a poco, recuperar tu red de apoyo; es decir, a tus amigos y familiares. Finalmente, acepta que se trató de una forma de abuso importante y que por ello necesitas tiempo para sanar y recuperar la confianza en ti. Lo más importante es que no te culpes por haber caído en las manos de un manipulador, sólo siéntete afortunada de haberle puesto fin a la situación.
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Fuente: Psychology Today/CltraCltva