Summer McInerney es una mujer australiana de 23 años que ha gastado más de 15 mil dólares para transformar su cuerpo en una «obra de arte». Todo comenzó cuando se hizo su primer tatuaje en el brazo, luego de terminado quiso más, convirtiéndose en una adicción.
La chica pasó más de 15 días en la silla de Coen Mitchell, su tatuador, llenando su cuerpo de tatuajes.
Según sus propias palabras: «Cuando Coen terminó mi tatuaje del brazo me encantó y sentí que era algo muy diferente. Casi inmediatamente quise tatuarme algo más y tuve suerte de que él tuviese ideas tan geniales para la parte superior de mis piernas y mi trasero».
Gracias a sus tatuajes, Summer se empezó a hacer conocida en las redes sociales por las fotografías que comparte de su cuerpo y su idea es seguir hasta tapar todas las partes que le quedan sin tatuajes.