Uno de los «mayores descubrimientos» de la historia arqueológica de Egipto resultó tener una historia diferente a la que se relató al momento del hallazgo. Los expertos del Ministerio de Antigüedades de ese país del norte de África creyeron que se trataba de una estatua de Ramses II, quien condujo los destinos del imperio hace más de 3000 mil años.
Sin embargo, poco más de una semana después del increíble hallazgo, investigadores egipcios y alemanes que trabajaron en conjunto durante este tiempo, señalaron que en verdad se trataría de una obra en honor al faraón Psamtek I, quien comandó Egipto entre el 664 y 610 antes de Cristo.
El anuncio fue hecho por el ministro de Antigüedades, Khaled El-Anani en conferencia de prensa. La monumental pieza de piedra fue descubierta por casualidad en un suburbio del Este de El Cairo en los primeros días de marzo. El funcionario realizó la revelación a metros de donde se encontraban los restos de la estatua: el torso y parte del rostro de Psamtek I.
Cuando en un principio los expertos especularon con que se trataba de una reproducción del rostro de Ramses II, muchos en Egipto y en el mundo arqueológico pensaron que estaban ante «uno de los mayores descubrimientos» del siglo. Pero los recientes indicios dan cuenta de que se trataba de otro faraón. Lo que llevó a la equivocación a los investigadores fue que el hallazgo fue hecho en las cercanías del antiguo templo de aquel rey, en la ciudad de Heliopolis.
Cuando Psamtek I se erigió en faraón, Egipto aún estaba bajo el poder del imperio Asirio. Pero diez años después liberaría al país para controlarlo definitivamente. Las cuatro décadas posteriores a su reinado las dedicó a fortalecer el poderío de sus tierras.