Los impactos del «Carnegate» en Brasil siguen golpeando al gigante sudamericano y su ya frágil orden económico y político parece puesto contra las cuerdas luego de que se descubriera que 21 frigoríficos vendían carne adulterada y en mal estado para consumo humano. En este aberrante hecho se vieron salpicadas las dos empresas brasileñas más importantes del mercado interno y para la exportación: JBS y BRFoods, lo que hizo que sus acciones se desplomaran hasta un 10%.
Tal como informamos anteriormente en El Ciudadano, el delito descubierto se basa en el reenvasado de productos caducados, la sustitución de carne por mercancías más baratas, como la soja y el pollo, y hasta la inyección de sustancias potencialmente cancerígenas para así poder disimular el mal estado de la comida. La falta de ética empresarial y estatal llega al punto de que esa carne podrida incluso se destinaba a los almuerzos escolares.
En este contexto, Japón anunció este martes 21 la suspensión de la importación de carne de los 21 frigoríficos investigados en este hecho. En un comunicado oficial, la Embajada de Japón dijo que la suspensión continuará «hasta nuevo aviso» a la espera de una solución judicial y política a este conflicto. Cabe recordar que durante 2016 Japón compró $747 millones en carne brasileña, sobre todo carne de pollo, y se convirtió así en el quinto mayor importador.
Al aviso de la potencia oriental se suma la decisión de México, de quien Brasil es el segundo proveedor de carne de aves. El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) de ese país mantendrá la restricción a la compra de carne refrigerada, congelada y deshidratada de pollo y pavo, huevo fértil, aves canoras, de ornato y rapaces, aunque desde el gobierno mexicano afirmaron que no se verán afectados los precios ni la presencia de esos productos en las góndolas.
De acuerdo a datos del Servicio de Información Arancelaria Vía Internet (Siavi), en 2016 México importó de Brasil alrededor de 100 millones de dólares en trozos y despojos congelados de pollo, y en enero pasado las compras se ubicaron en 6.7 millones de dólares, posicionándose como el segundo proveedor de carne de aves, después de Estados Unidos.
“De las granjas certificadas que exportan de Brasil hacia México solamente una es la que apareció dentro del problema, aun así estamos trabajando con Senasica para revisar puntualmente cada uno de los embarques con tiempo. Se está viendo si se hace desde salida, para poder ver que la carne que venga sea en perfecto estado y que no corra ningún riesgo para el consumidor”, explicó Rogelio Garza, subsecretario de Industria y Comercio de la Secretaría de Economía (SE).
En esa misma dirección, se supo que Argentina también aplicará mayores medidas de control a la importación de productos ganaderos de Brasil, aunque por el momento no se informó de la suspensión parcial o total de la importación. Así, estos países se suman a China, la Unión Europea (UE), Corea del Sur y hasta el propio Chile, quienes cerraron total o parcialmente sus mercados a las carnes brasileñas.
Chile y Brasil cerca de un conflicto diplomático-económico
Como se supo en estos días, Chile, que es el sexto importador de carne roja brasileña, decretó un bloqueo temporal. “El Ministerio de Agricultura de Chile ha dispuesto, a partir de esta fecha, el cierre temporal del mercado chileno a todo tipo de carnes provenientes de Brasil”, informó la Embajada en Brasilia, citando al ministro de Agricultura, Carlos Furche.
Sin embargo, Brasil no se quedó de brazos cruzados y el ministro de Agricultura, Blairo Maggi, advirtió que si Chile no restringe rápidamente la veda a las 21 plantas investigadas, podría haber “una reacción fuerte” de su país y aseguró que ya obtuvo para ello el aval del presidente Michel Temer. “También somos grandes importadores de productos chilenos, como peces, frutas, manzanas. Y hay productores brasileños que viven reclamando que deberíamos crear barreras”, dijo en tono amenazante el secretario de Estado.
«Nosotros no tenemos información oficial de cuáles son los frigoríficos que están afectados por la investigación, sólo suponemos, porque esa es la información extraoficial que hemos recibido, que de los 21 frigoríficos que supuestamente están siendo investigados, hay uno que ha exportado carne de ave a Chile«, precisó Furche en una entrevista radial, en la cual agregó: «Nosotros no vamos a actuar en función de amenazas, nosotros vamos a actuar en función de la información objetiva que recibamos».
Tal como recoge el diario Clarín de Argentina, Furche descartó riesgos de desabastecimiento al subrayar que Chile cuenta con diferentes proveedores, además de tener stock suficiente, y desechó también intenciones proteccionistas.»A nosotros no nos preocupa ni tenemos ningún afán comercial ni de protección; tenemos el afán de darle seguridad a los consumidores chilenos de que están consumiendo productos que responden a los estándares internacionales», añadió.
«Lo que esperamos es información oficial. Una vez que la tengamos, podemos proceder, eventualmente, a ir flexibilizando la medida«, remató Furche.
La corrupción privada y estatal al desnudo
Luego de la turbulenta salida de Dilma Rousseff tras el juicio político que llevó a cabo el Congreso brasilero, Brasil no ha encontrado momentos de estabilidad política, social o económica. La falta de legitimidad de Michel Temer para ocupar el cargo de Presidente no solo se da por la salida de Dilma, sino por los casos de corrupción en la que él mismo y su gobierno se ven envueltos. En este caso, el escándalo de la carne no hace más que desnudar las miserias del neoliberalismo tardío en el continente, que encuentra en el propio Temer y Mauricio Macri en Argentina sus máximas expresiones.
Tras la promesa de ordenar la economía y tener un gobierno de gente «seria y eficaz», Temer únicamente ha propuesto severos ajustes en Brasil, despertando el descontento de la población. Bajo el aire de profesionalismo y moral que envuelve a estos sectores políticos, parece esconderse únicamente la convivencia entre las altas esferas de funcionarios y los grandes sectores económicos. Hasta el momento, más de 30 funcionarios fueron detenidos por el «Carnegate».
Como mencionamos en pasadas ocasiones en El Ciudadano, si más países cierran la puerta a la carne brasilera, o al menos las naciones ya nombradas siguen firmes con su postura, la ya golpeada economía de Brasil sufriría un duro golpe del que va a ser difícil levantarse. Cabe recordar aquí las palabras del ministro de Agricultura, Blairo Maggi, en una rueda de prensa en Brasilia: “Esperamos que más de 30 países cuestionen a Brasil por este asunto”. Además, agregó que si todos impidieran la entrada de sus carnes, sería “un desastre” para Brasil, en referencia al impacto que tendría esa medida en la principal economía de Latinoamérica que desde hace dos años se encuentra en recesión.