De confirmarse la tendencia que da por ganador de las elecciones presidenciales de Perú a Ollanta Humala, este país andino abandonaría el eje pro norteamericano -del que formaba parte junto a México, Colombia y Chile- y se acercaría al proyecto latinoamericanista liderado por Brasil y Venezuela.
Con un 75% de las actas contabilizadas, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (Onpe) del Perú, informó que Humala obtenía un 50,087% de los votos, contra un 49,913% de su oponente, la derechista Keiko Fujimori. Si bien la diferencia es muy estrecha, se supone que con el tiempo irá aumentando, pues faltan mayormente las zonas rurales, donde el candidato nacionalista -apoyado por la izquierda- tiene más apoyo. Además, este recuento ya contabiliza la totalidad de Lima, que mayoritariamente votó por Fujimori.
Analistas coinciden en señalar que una de las principales consecuencias del triunfo de Ollanta Humala será de tipo geopolítico, ya que trasladaría al Perú desde el bloque liderado por Estados Unidos -compuesto además por México, Colombia y Chile– hacia el conjunto de países que propugnan la unidad de América Latina y el Caribe prescindiendo de la potencia del norte.
Para profundizar en esta hipótesis, presentamos una entrevista realizada -el pasado 4 de junio- por Mariátegui. La revista de las ideas a Javier Diez Canseco (en la foto), dirigente del Partido Socialista (PS) y de la alianza Gana Perú que lidera el candidato presidencial Ollanta Humala:
Conversamos sobre las propuestas de gobierno para los más excluidos, la democratización de los medios de comunicación, la injerencia de los EE.UU. en la campaña, un posible escenario de resistencia ante un triunfo de Keiko Fujimori, los peligros de un fraude en las urnas y la importancia a nivel continental que tendría para las fuerzas progresistas y de izquierda una victoria de Humala.
– ¿Qué propuestas de gobierno convierten a Gana Perú en una opción de cambio frente a los últimos 20 años de imposición del modelo neoliberal?
– En el corto plazo, las opciones de cambio giran alrededor en lo económico de un crecimiento con redistribución frente a un modelo neoliberal que es de crecimiento económico con concentración de la propiedad de la riqueza.
Este es un eje fundamental porque el crecimiento que hemos tenido que ha sido estelar en América Latina, se ha movido alrededor de promedios superiores al 7% anual en los últimos 5 años y probablemente ha tenido un promedio similar en los últimos diez años, entre el 7% y 8 %.
Es un crecimiento con exclusión de las grandes mayorías, razón por la cual hemos tenido un crecimiento acompañado de estar ubicado en el penúltimo lugar en materia de calidad educativa en América Latina y también en el último lugar en materia educativa en la encuesta Pisa que tiene una muestra de 46 países nivel mundial.
Y por otro lado, estamos también en los últimos lugares en materia de índice de salud pública, y por supuesto en presupuesto asignado tanto en educación como en salud pública.
Los salarios se han mantenido prácticamente congelados en buena parte de este periodo en su capacidad adquisitiva y han perdido presencia en el ingreso nacional. Mientras que la renta y las utilidades han crecido notoriamente como componente del ingreso nacional.
Este es un primer tema que tiene que ver por lo tanto con una segunda medida que es una política de redistribución, que tiene que ver fundamentalmente con tres factores: en primer lugar, una recuperación importante de la renta básicamente minera y energética que debe quedar en porción mayor en el país en función del nivel de sobreganancias que tienen las empresas.
Segundo, una política que convierta al Estado en un ente desprivatizado y por lo tanto que recupere una función frente a la representación de la nación, en lugar de representar los intereses de las grandes empresas. Y que nos permita de esa manera cobrar lo que hay que cobrar en tributos y en derechos a los grandes consorcios extranjeros -particularmente los mineros- en relación al tema de regalías, de impuesto a la renta y de eliminar los beneficios de reinversión sin pago de utilidades que tienen hoy las grandes empresas mineras.
Un Estado que cobre las deudas tributarias a grandes grupos económicos que hoy no pagan, como es el caso de Telefónica que tiene una deuda de más de 2 mil millones de soles con la Sunat.
Tercero, una batalla contra la corrupción que a través de transparencia y vigilancia ciudadana permita recuperar, lo que hoy la propia Contraloría General de la República establece como un forado de 15% del presupuesto nacional que se va en corrupción, lo cual representa casi 13 mil millones de soles, que si se recortaran a la mitad sería un ingreso efectivo adicional, que llegue a su destino muy importante.
En el corto plazo en política económica hay una repriorización del gasto, una redefinición de las prioridades en el gasto que apunta no solamente a mejorar programas sociales en forma asistencial, sino que apunta también a desarrollar capacidades productivas entre los beneficiarios de estos programas.
Y por supuesto, es parte de lo que nos planteamos el hecho de permitirnos la posibilidad de recuperar la capacidad de decisión sobre el uso de nuestros recursos naturales. Esto ya pasa del corto al mediano plazo, porque implica que el Estado tenga soberanía sobre el manejo de sus propios recursos naturales como el caso del gas de camisea, vía un proceso de renegociación que defina en qué se usa y a qué se destina ese gas, lo cual abarataría la energía y nos daría una matriz energética alternativa.
Es también un tema del cambio económico de mediano y largo plazo, el cambiar el patrón de desarrollo económico, para pasar de una economía primario exportadora a una economía con la promoción de actividades con creciente valor agregado.
Es decir, a industrializar nuestras materias primas, a transformarlas, a invertir más en ciencia y tecnología y a desarrollar de esta manera mejores condiciones productivas para tener algunas industrias de línea de punta en el país, que van desde la petroquímica usando el gas de camisea, hasta el desarrollo del proceso de transformación de parte de la actividad minera en un proceso gradual y sucesivo.
Hay también el planteamiento en el mediano y largo plazo de dejar de lado como propuesta de cambio, la lógica de que el Perú sólo tiene alternativa de desarrollo mirando el mercado externo, que su mercado interno no tiene ninguna significación ni posibilidad de ser un motor económico.
Y esto implica que la política redistributiva no tiene que ver sólo con el tema de justicia social y con el tema de mejores ingresos, sueldos y salarios para los trabajadores. Sino también que estos tengan mayor capacidad de compra, de demanda y esto dinamice un mercado interno tanto agrario como industrial en confecciones, calzado, así como el desarrollo de mejores condiciones para la construcción de los sectores de más bajos ingresos y para niveles de turismo de estos sectores de la población como un mercado interno que también debe ser creciente.
Entonces, aquí hay un cambio de matriz importante de una economía primario exportadora y concentrada en el mercado exterior, hacia la combinación de la exportación con darle peso al mercado interno y producir un nivel de valor agregado de la producción de nuestros recursos naturales para permitir niveles de industrialización de otro tipo.
Es también un objetivo importante en el mediano plazo, el mejorar la calidad de la educación y de la salud porque ello también produce un incremento significativo en la productividad de la mano de obra y en la capacidad de generar mejores ingresos para las personas, hecho que está absolutamente descuidado por la actual matriz.
En lo político Gana Perú es una propuesta de cambio porque plantea frente a una democracia representativa, profundamente deteriorada, deslegitimada y corrupta, el desarrollar una democracia que no sólo sea representativa sino que sea participativa.
En opinión nuestra debería agregarse la concepción de comunitario, porque hay una democracia de las comunidades campesinas y nativas que tienen sus propias características.
Y que permita un creciente control ciudadano sobre las autoridades, incluyendo la revocatoria de toda autoridad elegida. Así como una política de transparencia en la gestión pública, que permita mecanismos de control ciudadano, de colegios profesionales, universidades, grupos de ciudadanos interesados y especializados en temas, en el seguimiento de la ejecución presupuestal y en la intervención de la población en la toma de decisiones sobre las prioridades del gasto público y del uso del dinero público.
Estos elementos en lo político son parte de la propuesta transformadora junto con otra ha sido hecha muy explícita en el mitin de cierre de Keiko Fujimori por Pedro Pablo Kuzscinsky, que ha declarado que ellos se oponen a una moneda sudamericana (se refirió al Sucre) y se oponen al banco de desarrollo, el Banco del Sur, que se convierta en una especie de Banco Interamericano del Sur o de Banco Mundial del Sur y que capte nuestras reservas y permita que estas reservas sean utilizadas en lugar de los endeudamientos externos. Dentro de un límite razonable para apalancar recursos y poder desarrollar obras de envergadura para la integración regional y la construcción de una plataforma regional de negociación sudamericana que tiene a Brasil como un pivote muy importante como octava economía del mundo.
La posibilidad de una moneda de intercambio sudamericano es también un elemento muy interesante, porque permite frente al sube y baja y la montaña rusa que son hoy el dólar y el euro con la crisis del mundo desarrolado capitalista, que podamos tener reservas no solamente en oro sino que podamos tener nuestras reservas en el banco y manejar nuestro comercio mediante una moneda que nos permita un intercambio sin dependencia del dólar o del euro.
Esto por supuesto requiere un nivel de integración del manejo de las economías, de políticas macroeconómicas y de manejo de políticas monetarias que le de seguridad a esa moneda. Pero constituiría un espacio muy importante como ha sido en Europa el área Euro, que les ha permitido un intercambio y una fluidez mucho mayor entre sus economías.
Y en los social, Gana Perú es una propuesta de cambio porque se plantea en el corto plazo la restitución de derechos laborales y sociales eliminados por el fujimorismo. Seguridad en el empleo, derecho de sindicalización, jornada efectiva de ocho horas, término del abuso de los sistemas de contratas y tercerización de la mano de obra.
Por otro lado, se plantea una política de promoción de la vida en el mundo rural con un cambio no solamente económico, de crédito, apoyo técnico, sino también mejorando la educación, la atención de salud, descentralizando los centros médicos.
Sino que nos permite también plantearnos en lo social, el criterio de un país que reconozca la diversidad cultural, que nos reconozca como un país plurinacional, multicultural.
Por supuesto, apunta a un país con criterios mucho más igualitarios, más equitativos en este terreno que me parece que es un elemento también importante.
Había olvidado mencionar en lo económico, que una de las cosas que Gana Perú se plantea en el mediano plazo, es recuperar el papel del Estado en el control de la economía de mercado.
Como regulador, como promotor pero también como agente directo de sectores estratégicos para garantizar la seguridad energética por ejemplo. Y para garantizar presencia en aquellos sectores que tienen alto nivel de renta que podría ser transferida si es captada por el Estado hacia el plan de desarrollo del que estamos hablando.
Este conjunto de factores y la composición social que tiene Gana Perú lo convierte en un factor de cambio. Es hoy un movimiento que es fundamentalmente de los sectores mayoritarios, empobrecidos, de las mayorías nacionales empobrecidas, no sometidas a la lógica del clientelaje que ha desarrollado el fujimorismo y que se ha convertido en un motor del manejo de la política nacional.
Por este conjunto de factores y por la propuesta de articulación sudamericanista y latinoamericanista, Gana Perú es una propuesta de cambio.
– La propuesta de Gana Perú para democratizar los medios de comunicación espantó a los dueños del latifundio mediático…
– En el periodo 2001-2006 del Congreso de la República se dio la Ley de Radio y Televisión, esta ley ha permitido cosas que realmente son inauditas, como lo que en el espacio radial un sólo propietario pueda concentrar hasta el 40% de las licencias del espectro. Lo cual significa que dos propietarios podrían ser dueños del 80% de las licencias, esto lo combativos enérgicamente porque al principio era inclusive más, no había límites.
Se ha reducido al mínimo la obligación de presentar programas de producción nacional y de promoción de la identidad nacional. No se ha promovido la creación de la radio y la televisión pública que no es ni estatal ni privada sino que pertence a quellos que aportan a esos medios y que lo sostienen, pero que es dirigida por un directorio independiente, manejado por personalidades que provienen del mundo universitario, de diversas fuerzas políticas que tiene pluralismo en su manejo como por ejemplo la BBC de Londres.
Y por supuesto no se ha fortalecido para nada la radio y la televisión estatal que ha ido de mal en peor, sobre todo durante el gobierno de Alan García.
Este es un tema que tiene que ser discutido y que la tecnología moderna nos va a permitir soluciones bastante menos conflictivas que otras que se han desarrollado en determinadas circunstancias.
Y es que no hay necesidad de quitarle a nadie su propiedad ni en las circunstancias en la que estamos, sino que lo que hay que hacer es ampliar el número de licencias, porque en la medida en que la teconología digital se vaya imponiendo, el espectro utilizado por cada una de las empresas radiales y televisivas es menor y por lo tanto se puede multiplicar casi por cinco la oferta de canales de televisión abierta, la oferta de radios.
Esto obviamente implicaría una competencia distinta y una pluralidad de formas de organización de los medios diferente. Es importante porque hay la necesidad de que existan medios de comunicación plurales y que exista debate, discusión y haya una batalla por la calidad de lo que se ofrece.
También tiene que haber regulaciones que protejan realmente a los niños de mensajes que son absolutamente nocivos, que manejen horarios y que establezcan una obligación de los medios de comunicación, de cumplir una tarea no sólo informativa-plural sino también formativa, educativa, que me parece que es un elemento central que habrá que trabajar con detenimiento y que debe ser parte de las cosas que hay que encarar.
– La contracampaña de los medios de comunicación contra Ollanta Humala y Gana Perú ¿Influirá en la población? o ¿La credibilidad de los medios está completamente deteriorada?
– Los medios influyen sin duda, confunden, enredan mucho las cosas, no le dejan claro los planteamientos a la población para que esta tome su propia decisión, por supuesto que inciden. Pero creo también que hay un nivel de desprestigio de incredulidad, que ya se ha vivido en otros momentos de la historia del Perú.
A finales del régimen militar en los setenta sobre todo en el periodo de Morales Bermúdez, la gente leía el periódico al revés. Es decir, entendía exactamente lo opuesto a lo que publicaban como la verdad y consideraban que lo que aparecía escrito era mentira.
Este es un tema que en determinados sectores de la población en el Perú de hoy ha crecido mucho, la desconfianza en los medios, la incredulidad, la falta de prestigio. Pero también ha crecido mucho la prepotencia de los propietarios y de los más poderosos anunciantes para imponer su línea.
Esto se ha demostrado con el accionar del grupo El Comercio, la forma como se ha manejado el canal 4, el canal N, con el despido de periodistas, con la prohibición de emitir determinados temas, con la política de limitar o negar la invitación a determinadas fuerzas o personas al debate político.
Y sobre todo el haber desarrollado programas que han sido un especie de sicariato mediático, donde gente como Jaime Bayly ha jugado un papel de sicario a sueldo para demoler a Ollanta Humala, en un programa que no permitía réplica ni nada.
Cuando los socios minoritarios del canal 4 (Grupo La República) pidieron el derecho a tener un programa alternativo para que lo dirigiera Mario Vargas Llosa, el grupo mayoritario simplemente dijo que iba a evaluar el tema, terminó disolviendo el directorio haciendo viajar al gerente y nunca hubo programa alternativo.
Lo cual indica el tipo de prepotencia a la que están dispuestos estos grupos de poder, en el manejo de los medios incluyendo a sus socios minoritarios, a los que le suprimen hasta el derecho a ejercer una función sobre su propia propiedad. Creo que es un síntoma de los tiempos y de la forma como se manejarían las cosas a futuro también frente a un gobierno de Ollanta Humala que no será sin duda fácil.
– La preocupación por la candidatura de Keiko Fujimori y un posible retorno de un gobierno dictatorial, ha provocado una suma de adhesiones hacia Gana Perú tanto de sectores de izquierda como de derecha. Por eso el 30% que votó en primera vuelta por Ollanta Humala se pregunta si las propuestas primigenias se van a mantener en un futuro gobierno…
– El centro de la propuesta de Gana Perú en atención a las necesidades de las mayorías se ha mantenido y se va a mantener. La propuesta original planteaba una reforma tributaria de mayor profundidad pero creo que eso también está abierto al debate.
Porque no se necesita crear nuevo impuestos para una reforma tributaria, se necesita manejar los que hay de otra manera. En concreto el impuesto a la renta, las regalías para la explotación de los recursos naturales y el manejo del IGV (Impuesto General a las Ventas).
Se requiere por supuesto también manejar una política monetaria que permita también bajar las brutales tasas de interés que hay vigentes en el país, que son absolutamente usureras.
Y eso es posible, el tema concreto es que eso exigirá no solamente una mayoría parlamentaria en votación sino exigirá también una movilización social, un movimiento organizado social y políticamente.
Eso implica fortalecer Gana Perú, eso implica consolidar la coalición de Gana Perú, darle organicidad, darle capacitación y formación a sus integrantes, permitirle que desarrollen como liderazgos en sus comunidades y sus sectores sociales.
Además implica afirmar una alianza política que haga viable un trabajo parlamentario que permita la ejecución de los ejes de la política que nos hemos planteado.
Esto no será un té de tías, esto será un proceso complicado, tormentoso con una oposición fuerte, encabezada por el fujimorismo con la asesoría política del alanismo y de los PPKs y compañía. Se dará una batalla alrededor de diferentes aspectos en estos terrenos.
La clave está en que Gana Perú -de ganar- este en condiciones de mostrar en la primera fase de su gobierno la eficiencia de la ejecución de sus planteamientos y que estos son planteamientos que se concretan en la prática y que la gente sienta. Si arrancamos con buen pie, el proceso caminará hacia adelante y hay condiciones para hacerlo.
– Ayer se hizo pública en la cadena norteamericana Univisión, una declaración de Roger Noriega, ex sub secretario de Estado de EE.UU. para América Latina, sobre que Ollanta ha recibido financiemiento de Venezuela mediante la ruta Caracas-La Paz-Desaguadero-Lima ¿Cómo se explica esto a pocos días de la segunda vuelta?
– Esto es parte de la política de los halcones norteamericanos, los guerreristas, los intervencionistas, la gente vinculada a Bush que es con quien Noriega fue sub secretario para América Latina, dirigida a amedrentar a la población, a confundirla. No ha presentado una sola prueba de nada de lo que ha dicho y nos ha contado una historia realmente ridícula, que Chávez envía dinero con mediación de Lula y de Evo Morales a sus agregados militares en Bolivia para que se la entreguen a Humala.
Algo ridículo, porque si uno traslada físicamente recursos, en primer lugar los traslada en un maletín diplomático que lo lleva a su destino y que nadie abre. Y si no lo quiere hacer por esa vía, simplemente hace un giro bancario y lo cobra un titular de cuenta en cualquier sitio y lo entrega.
Esto es un absurdo y es parte de una campaña en la que los EE.UU. está interviniendo con los sectores más agresivos. Y parte de esto fue la declaración del ex presidente colombiano Álvaro Uribe, pretendiendo que en la computadora de Reyes se hablaba que las Farc le habían dado dinero a Ollanta.
Parte de esto es el accionar de (ex ministro de Alejandor Toledo) Fernando Rospigliosi, que es un hombre con vinculaciones materiales, económicas, políticas y laborales con la Embajada Norteamericana en Lima, que se lanza a una piscina como esta porque evidentemente ya perdió toda verguenza frente al asunto y lo que está haciendo es cumplir con su trabajo.
– En politicas de integración regional, un gobierno de Gana Perú ¿le daria importancia a algún bloque en especial?
– Con Unasur por un lado y por otro lado la posibilidad de un acercamiento hacia el Mercosur permitiría una articulación más sistemática y más eficiente en este terreno. Tenemos que tener una alianza estratégica con el Brasil, lo cual no implica que no haya contradicciones con Brasil y con las grandes empresas brasileñas que operan en el terreno.
Alrededor por ejemplo del tema de las hidroeléctricas, de las irregularidades en la construcción de la carretera interoceánica y otras. Pero es evidente, de que hay una política de apertura, de colaboración y de interrelación que es extraordinariamente interesante con el Brasil y con el modelo brasileño de crecimiento, fortaleciendo su mercado interno, con un mercado de consumo de masas.
Ese es un proyecto al que debiéramos acercarnos como idea, es un proceso de cambios graduales, pero creo que fortalece al movimiento social y es de avanzada.
También hay mucho que aprender de las experiencias de países vecinos como Ecuador y Bolivia tanto en aciertos como en errores, pero han producido interesantes procesos de integración de movimientos sociales a la vida política, de democratización de las sociedades y de recuperación de renta en este terreno.
Sin embargo, las experiencias latinoamericanas siguen con un talón de aquiles en lo que es el cambio de el modelo de acumulación que sigue siendo básicamente primario exportador y que no ha logrado cambios sustantivos en ese terreno, este es un reto que hay que buscar encarar en una visión de mediano plazo.
– Teniendo en cuenta algunos hechos en esta campaña electoral como: el centro de reclusión donde está Alberto Fujimori se ha convertido en una oficina del comando de campaña de su hija, las declaciones alarmistas del ministro de Economía, Ismael Benavides contra el plan de gobierno de Gana Perú y el seguimiento del Servicio de Inteligencia a gente cercana a Ollanta Humala, ¿Son señales que nos permitan vislumbrar un fraude en las urnas el 5 de junio?
– Malas señales son, las condiciones para un fraude tiene sus límites y depende mucho del nivel de organización que tenga Gana Perú en el proceso electoral y de la capacidad de fiscalización que tenga. Son señales más bien preocupantes frente a cualquiera de los dos escenarios que puedan venir. Un gobierno de Ollanta Humala encontraría una resistencia virulenta, provocadora y desestabilizadora desde el principio, tratando de moverle el piso y de generar una situación crítica aún antes de que asuma.
Y esto exigirá un proceso de transición muy cauteloso, muy firme, una vigilancia y denuncia de los responsables de los hechos que se produzcan. Y si se impusiera Keiko Fujimori indicaría la brutalidad y la fuerza con la que pretenden entrar al manejo político del país. Esto indicaría que Alan García podría llegar al extremo de estar dispuesto a indultar, para quitarle esta papa caliente a Keiko Fujimori y resolverlo de una vez como un tema humanitario, que tiene cáncer o cualquier cosa de ese estilo, como el caso Crousillat y con ello soldar la alianza apra-fujimorista de cara al 2016.
– En un posible escenario que gane Keiko Fujimori -de la manera que sea- ¿Los sectores democráticos, organizaciones sociales y la izquierda volveríamos a empezar de cero, como estuvimos hasta antes del año 2000?
– No, creo que hay una acumulación lograda, esa acumulación hay que consolidarla, desarrollarla, acrecentarla, tiene todavía muchas debilidades. Hay que tener un debate político programático e ideológico más intenso, poner en énfasis en aquello que une y no en aquello que divide. Y buscar una renovación en los métodos y formas de organización y de lucha y de la población y de las fuerzas de izquierda y progresistas del país. La gran tarea es consolidar Gana Perú y de cara a la posibilidad de una victoria del fujimorismo consolidar un frente democrático que actúe rápidamente y que por ejemplo tenga absoluta claridad de que asuma el esfuerzo de tratar de constituir una mayoría en el Congreso de la República, que no le de capacidad de maniobra y cancha libre al fujimorismo en el desarrollo de sus pretensiones antidemocráticas, represivas y del acentuamiento del modelo neoliberal.
– ¿Qué significado tendría para el Perú y para la región un triunfo de Ollanta Humala y Gana Perú el domingo 5 de junio?
– El Perú dejaría de ser parte de este pequeño núcleo de países que se aisla de los procesos de cambio que hay en América Latina y probablemente tendría mucho más independencia frente a lo que ha sido este eje pro norteamericano que se ha armado entre Chile-Perú-Colombia-México, buscando contrapesar los procesos de cambio que se han desarrollado en América Latina.
Y nos facilitaría la construcción de una plataforma sudamericana, abriría mejores condiciones para nuestra intervención en Unasur, en el Banco del Sur y en los proyectos de integración energética y vial.
Para América Latina sería un avance importante por el carácter estratégico de la ubicación del Perú geopolíticamente. Y por el debilitamiento de la influencia norteamericana ganaríamos en autonomía latinoamericana para la subregión.
Fuente: mariategui.blogspot.com