Nuevamente 5 de Abril con Las Rejas fue el punto de reunión desde las 7 de la tarde. Una animita marca el lugar de convocatoria al cual llegan cientos de niños, jóvenes y adultos que acuden al rito de comunión rebelde en que se ha transformado esta fecha en todo Chile, donde se recuerda el asesinato de los hermanos Rafael y Eduardo Vergara Toledo, pero también la memoria de Mauricio Maigret, Paulina Aguirre, Santiago Nattino, Manuel Guerrero, José Miguel Parada y tantos otros que dan forma a la conmemoración del Día del Joven Combatiente.
Los llamados al sabotaje todos los días del año o al accionar para reconstruir nuestra memoria y transformar la realidad -si es que en verdad estamos en desacuerdo- son abundantes en la voz de Luisa Toledo y Manuel Vergara, los padres de Rafael y Eduardo. Acude al llamado de la memoria Luis Guajardo -luchador social recientemente fallecido- y acompañan en esta liturgia popular la gran pobladora Rosita Silva -que una vez más, a pesar de estar enferma, se hace presente-; los familiares de los presos del caso Security; Laura Hernández, hermana de Mauricio Hernández Norambuena, el comandante Ramiro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, preso hace 15 años en Brasil; Carla Pellegrin, hermana del también comandante del FPMR, José Miguel; Ana Silva, hermana de Luis Silva Jara, «el Chaca», adolescente de 14 años asesinado en medio de las celebraciones del triunfo del NO en 1988 en la Villa Francia; y Guillermo Rodríguez, un ex preso político que intentó ser asesinado en prisión mediante el envenamiento de su comida por su incansable fuerza contra la dictadura.
Premunidos de antorchas, banderas rojinegras y lienzos alusivos a la libertad de Tamara Farías Vergara -sobrina de Eduardo y Rafael, y de Mauricio Hernández Norambuena-, al menos una 500 personas dan vida a esta actividad conmemorativa en donde no solo se reivindica la energía de aquellos que se atrevieron a levantar la cabeza y creer que los pobladores podían tener mejor vida o una educación igualitaria. También la de los campesinos muertos a palos y luego enterrados vivos, como sucedió en Lonquén en 1974, y la de los miles que pasaron por los centros de tortura y fueron maltratados hasta la muerte por los mismos que hoy piden beneficios penitenciarios.
«No hay magos o pitonisos para los cambios. Tenemos que hacerlo entre todos»
Llega el momento de decir. Los padres de los hermanos Vergara Toledo toman la palabra. ¿Cómo ha sido posible que nadie haya sido capaz de hacerles algo? Una pregunta sin respuesta es la que hacen Luisa y Manuel frente a la impunidad de los criminales y torturadores que caminan libres y sonrientes por las calles. Luego, es el turno de la denuncia y funa al carabinero asesino de sus hijos. Se llama Alex Ambler Hinojosa. Tras 5 años preso, salió libre. Hubo tiempo también para apuntar hacia los profesionales de la comunicación que trabajaron en contra de su pueblo, haciéndose cómplices de montajes que escondían la muerte alevosa de chilenos y chilenas, haciendo aparecer enfrentamientos donde había una masacre, como ocurrió con la Operación Albania.
Del pasado lleno de muerte y tortura al presente que continúa golpeando a los mismos de siempre. Se habla de las huelgas sindicales que no logran conseguir nada. Del caso de Sodimac, donde sus trabajadores, al final de la movilización, ganaron menos de lo que la empresa prometió al principio. O del juego del paco-ladrón, que ahora es realidad, y de que los que encabezan la asociación ilícita están libres. Por eso la rabia. «El Senado aprueba lo que pidan los empresarios. ¿Y qué podemos hacer? ¿Hasta cuándo aguantamos? ¿Por dónde ir? ¿Qué se puede decir? Ni los estudiantes lograron el 100% de lo que querían». Para más remate -afirman los improvisados oradores- «en tiempo de votaciones emerge el Frente Amplio, que se decía de Izquierda pero que ahora afirman ser ‘ciudadanos’. Entonces, la esperanza se pierde».
Manuel Vergara hace hincapié en que hace muchos años no vota, porque si se vota sale la misma gente. Sus vecinos le dicen que están desesperados. «Y si no votamos, ¿qué hacemos?», le espetan. Y él, claro, franco, admite que la respuesta sólo está en la organización. “Necesitamos ideas, no sólo luchar en la calle u organizar sindicatos. No hay que irse a lo más fácil, que es votar. Tenemos que acabar con todo lo malo que hay. Destruyendo toda estructura de dominación o de injusticia es como podemos hacer algo nuevo. A eso estamos llamados, esa es la tarea histórica: reconstruir nuestra memoria y transformarla en acción”, les responde.
Las loas hacia la movilización contra las AFP -por ser amplia, independiente y estar por sobre los partidos políticos- no se hacen esperar. Tampoco el recuerdo de los cambios estructurales logrados en sólo los mil días que duró la experiencia de la Unidad Popular. Si bien se admite que había un movimiento súper organizado -que no existe ahora- y que la clase obrera de esos tiempos era consciente en toda Latinoamérica, «esa experiencia demuestra que fuimos capaces de organizarnos y golpear la mesa, aún en dictadura». “Por eso hoy es posible que lo hagamos nuevamente, pero teniendo claro que no hay magos o pitonisos para los cambios. Tenemos que hacerlo entre todos, a partir de nuestras prácticas, de lo bueno que resulta lo que hacemos. No podemos pedir ayuda a otra parte”, concluye el padre de Eduardo, Rafael, Pablo y Ana.
«Este día ya no nos pertenece y eso es agradable e interesante»
“Para que no nos acusen que sólo tiramos piedras u otras cosas, fuimos a tribunales. Pero no hay justicia para el pobre. Por eso hay que ponerse las pilas. Masificar los medios de comunicación popular, pero crear también espacios para escuchar y ponernos de acuerdo. Chiquillos, chiquillas, viejos-jóvenes y jóvenes-viejos: en la semillería de niños y niñas que están aquí adelante, se junta el presente y nos proyectamos hacia el futuro. Aquí nadie viene por un partido político, sino que por sus motivaciones políticas, religiosas, familiares, personales. Existen autoconvocatorias en este día en muchas partes del país. Este día ya no nos pertenece y eso es agradable e interesante. Una activación de la memoria histórica, como dice Manolo”, señala Luisa Toledo, que de pronto cambia sus tonos de voz, saca fuerzas para reforzar sus dichos y enmudece a una multitud. Tras sus contundentes palabras hay vítores y aplausos.
Como cada 29 de marzo hay igualmente lugar para la música, a cargo de un trovador y poblador de las cercanías. También para un espectáculo de danza butoh y distintas alocuciones de familiares de luchadores sociales y organizaciones en defensa de los derechos de los privados de libertad, de las víctimas de la violencia policial. Se recuerda a Manuel Gutiérrez, asesinado por el carabinero Miguel Millacura durante las movilizaciones de 2011; a Claudia López, a Norma Vergara, a José Huenante y también a los 81 presos muertos por la inoperancia e inacción de Gendarmería frente a un incendio en la cárcel de San Miguel. Así se van ocupando las dos horas que dura este acto conmemorativo de los 35 años del asesinato de Rafael y Eduardo.
Antes de finalizar, una simbólica ceremonia donde se comparten grandes tortillas, cortadas de a pedacitos, velas, afiches y carteles con la figura de ejecutados políticos o desaparecidos. Los lienzos se descuelgan de las paredes y pasan a encabezar la comitiva que comienza una caminata por calle 5 de abril, al ritmo de Tambor Rebelde, agrupación que anima todas y cada una de las acciones en promoción de la liberación total de los y las pobladores. Mientras, los drones sobrevuelan los oscuros cielos, intentando amedrentar a los asistentes, registrando todos los movimientos y acciones previas a un enfrentamiento que aparece como inminente.
La realidad paralela
Faltando 20 minutos para las 11 de la noche, dos zorrillos, un guanaco y varios vehículos de Fuerzas Especiales, con efectivos autodenominados cazadores, invaden la zona, lanzando gases lacrimógenos e intentando capturar a algún manifestante. Sin embargo, las chiquillas y chiquillos no se amilanan. Aparece la respuesta, las bombas molotov junto a armas de diverso calibre. El servicentro de calle 7 de octubre con 5 de abril ya evidencia las señales de «recuperación» en sus locales, aún cuando sus propietarios intentaron tapiar sus accesos y algunos carros blindados cercan el lugar.
Es a eso a lo que dedicarán la mayor parte del tiempo los canales de televisión. Por mientras, en uno de ellos se transmite un debate en donde se le da tribuna a un mediático abogado que cada vez convence a más gente de que los mismos criminales que asesinaron a las personas por las que esta noche se marcha en Villa Francia, terminen sus días en la tranquilidad de sus hogares, fuera de Punta Peuco. En las calles aún se escuchan algunos gritos en contra de la policía y se respira el gas lacrimógeno. Atrás queda otro 29 de marzo, que finalmente recuerda la injusticia permanente hacia los mismos de siempre, hacia los pobres.
Te invitamos a conocer más sobre la historia de Rafael y Eduardo a través de nuestro reportaje «Luchadores, libres y felices: Los hermanos Vergara Toledo en la voz de sus padres».