A la fecha, Joey Prixx, un joven de 26 años, ha pasado por más de 100 procedimientos estéticos, 150 horas de cirugía y ha gastado más de 60,000 dólares para conseguir un rostro y trasero “perfectos”. Él dice que la cirugía plástica ha sido parte fundamental de su vida durante los últimos 5 años.
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Se ha hecho dos trabajos en la nariz y una vez cada 3 meses, interviene sus labios y se inyecta Botox alrededor de la cara. Así mismo, cada 6 meses, corrige sus pómulos y la mandíbula. El artista de piercings de Boston, literalmente usa su cuerpo como un maniquí. Sin embargo, esto no lo es todo. Su última intervención quirúrgica consistió en ponerse implantes de silicona en el trasero, aumentando tres veces el tamaño de cada glúteo.
“Me puse 350cc de silicona en cada lado, son los implantes más grandes que pude haberme puesto considerando el tamaño de mi cuerpo”, explicó.
Él mismo lo llama su “falso trasero redondo”, y le encanta.
“A un día y medio de la cirugía” “Aún hinchado, pero mi trasero luce tan falso y es exactamente lo que quería”, publicó en las fotos a continuación.
“Aquellos que me conocen, saben que me he embarcado en un viaje por hacer de mi cuerpo lo que yo considero como “perfecto” y hasta ahora, simplemente amo lo que he hecho. Hoy vivo para compartirles este mensaje”, fueron las palabras que Joey escribió junto a varias fotos de su cuerpo en Instagram.
“Me encanta que gran parte de mi cuerpo sea falso. Me encanta brillar desde todos los ángulos. Me encanta hacer que la gente se sienta bien consigo misma. Estoy contento con cómo soy, con lo que hago por el resto y amo dónde me ha llevado la vida. No puedo esperar a volver a trabajar para ayudarlos a todos ustedes a modificar sus propios cuerpos”.
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“Feliz cumpleaños para mí. Me compré mi propia “torta” este año. Gracias por sus saludos. Todos insistían en ver mi trasero nuevo y aquí está. Sanando maravillosamente. Estoy obsesionado, súper falso tal como lo quería”.
Joey trabaja 6 días a la semana para pagar sus cirugías y dice que su cuerpo es una obra maestra: “La vida es mucho más entretenida con implantes de silicona en el trasero”, asegura. “Los había querido durante mucho tiempo y trabajé tan duro para conseguirlos que hoy no puedo estar más contento”.
Si bien sus amigos lo han apoyado completamente, Joey admite que las personas no siempre entienden por qué él hace estas cosas. “Mucha gente no está de acuerdo, pero creo que ahora han entendido que es sólo parte de quién yo soy”.
Un antes y después de Joey Prixx: a los 18 y a los 26.
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