El rechazo a la teoría del «autogolpe»
El Gobierno de Venezuela rechazó en las últimas horas de ayer el accionar de algunos movimientos y mandatarios de derecha de la región, que buscan «mediante falsedades e ignonimias» atentar contra el Estado de derecho y su orden constitucional. A través de un comunicado, la Cancillería venezolana se mostró crítica de la «arremetida de los Gobiernos de la derecha intolerante y pro-imperialista de la región, dirigida por el Departamento de Estado y los centros de poder estadounidenses».
«Es absolutamente inadmisible, sin fundamento jurídico alguno, que un grupo de países conjurados se inmiscuyan en los asuntos de jurisdicción exclusiva de Estados soberanos«, apunta el texto. En esa dirección, se desmintió que haya un autogolpe de Estado en Venezuela, «por el contrario, sus instituciones han adoptado correctivos legales para detener la desviada y golpista actuación de los parlamentarios opositores declarados abiertamente en desacato a las decisiones» del TSJ, tal como informa Telesur.
En un comunicado oficial lanzado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, se señala de manera enfática: «estos gobiernos, que han conformado una coalición intervencionista, no han procesado aún la derrota recibida hace apenas unas horas en la Organización de Estados Americanos frente al plan injerencista contra Venezuela, que intentó imponer el Sr. Luis Almagro en franca violación a la legalidad internacional y nacional».
En ese mismo tono, se añade: «Han desatado una histérica campaña contra Venezuela, ante el fracaso de sus intenciones por inmiscuirse en nuestros asuntos internos. Los motiva la venganza y la intolerancia político-ideológica contra la sólida y vigorosa democracia venezolana y su modelo inclusivo de derechos humanos».
Sin embargo, para muchos analistas y expertos políticos, si bien no se puede hablar de un «autogolpe» en Venezuela, el accionar de Maduro y el TSJ ha sido visto de manera crítica. La decisión de disolver la AN no ha hecho más que alimentar los discursos de la OEA y la derecha de la región, a la vez que alimenta las falsas teorías de una dictadura del chavismo en el país bolivariano.
El oportunismo de la derecha venezolana
Por su parte, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, denunció lo que consideró un “autogolpe de Estado” en Venezuela, donde el máximo tribunal asumió papel legislativo y removió la inmunidad parlamentaria a los miembros de la Asamblea Nacional (AN).
Para la autoridad de la OEA, estas dos decisiones constituyen “los últimos golpes con que el régimen subvierte el orden constitucional del país y termina con la democracia”, señaló Almagro en una nota oficial, donde apuntó que “aquello que hemos advertido lamentablemente se ha concretado”, haciendo referencia a sendos informes de mayo de 2016 y 14 de marzo de 2017 en los que detalló un desandar antidemocrático en Venezuela y desató la dura respuesta del Gobierno de Nicolás Maduro.
En tanto, el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, afirmó este jueves 30 de marzo que el presidente de la República, Nicolás Maduro, está dando un golpe de Estado, sobre la sentencia emitida por el Tribunal Supremo de Justicia donde despoja de sus poderes al Parlamento venezolano, señala el portal Panorama.
“Maduro cree que desconociendo la constitución va a salvarse de la posición de cambio que quiere el pueblo venezolano. Estamos dejando posición de la asamblea frete al a sentencia, quiero ser muy claro: es un golpe de estado. Quiero que el mundo nos ayude a decirlo con todas sus letras, en Venezuela Nicolás Maduro dio un golpe de Estado”.
Reacciones en el continente
El Gobierno de Perú retiró definitivamente a su representante diplomático en Venezuela, según informó este jueves la Cancillería de esa nación en un comunicado. El presidente de ese país, Pedro Pablo Kuczynski, tomó la decisión definitiva luego de que dos semanas atrás hiciera un retiro temporal de su embajador en Caracas por los «insultos» de su homólogo venezolano Nicolás Maduro.
Según Lima, este paso se dio luego de que el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela emitiera una sentencia que permite suplir a la Sala Constitucional funciones de la Asamblea Nacional en situación de desacato, lo que constituiría una serie ofensa para la democracia en el país andino, tal como trascendió en la prensa internacional.
Desde Lisboa, el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz, expresó su preocupación por el “agravamiento de la situación en Venezuela”. “Esta situación nos lleva a consultar con los países amigos el cómo proceder de ahora en adelante”, indicó el representante del gobierno chileno. El jefe de la diplomacia chilena señaló que su país quiere “un entendimiento en Venezuela, que los propios venezolanos resuelvan sus asuntos, pero claramente esto va en la dirección opuesta”, lamentó Heraldo Muñoz. En la misma dirección se pronunciaron Colombia, Brasil y Argentina, entre otros.
En la vereda opuesta, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia emitió este jueves un comunicado donde expresa su solidaridad incondicional a Venezuela ante un nuevo ataque y acoso político que «intenta fracturar la democracia, desesetabilizar al Gobierno del presidente Nicolás Maduro y desconocer la Constitución venezolana».
El pronunciamiento del país presidido por Evo Morales destacó que se está atentando contra la unidad de Latinoamérica y el Caribe con posiciones que «responden a intereses extraterritoriales, con claros actos de injerencia que vulneran el Derecho Internacional y la convivencia pacífica».