Las madres siempre estarán preocupadas de sus hijos, tratando de que les hagan caso y velando por su bienestar. Sin embargo, los hijos también siempre quieren lo mejor para sus madres, tengan la edad que tengan.
Es el caso de Camdyn Smith un niño de 9 años que le desobedeció a su madre, pero porque quería ayudarla. El pequeño vive junto a su madre, Kimberly Smith, y su pequeño hermano recién nacido.
Un día, la madre comenzó con fuertes dolores en el pecho y problemas para respirar, a los cuales no les prestó mayor importancia.
Sin embargo, los dolores siguieron, por lo que el pequeño Camdyn se asustó y le dijo a su madre que vaya al hospital a lo que ella no accedió y le dijo que con una siesta se le pasaría.
«Cuando llegué a casa pude notar que tenía problemas par respirar y me dijo que le dolía cada vez que lo intentaba. Le dije que era necesario que fuera al hospital, pero ella insistió en que quería quedarse», confesó el niño de 9 años.
La situación llegó a un momento en que Camdyn decidió actuar: «Yo seguía diciendo que teníamos que ir. Así que me puse los zapatos y una chaqueta y le dije a mi mamá que nos íbamos».
Ante el ímpetu del pequeño, la madre accedió. Al llegar al hospital fue atendida de emergencia, ya que tenía émbolos pulmonares, es decir, sus dos pulmones estaban llenos de coágulos de sangre.
«Si hubiera tomado la siesta, lo más probable es que el resultado de todo esto habría sido muy distinto; uno muy triste», señaló Kimberly.
La razón de la insistencia de Camdyn se debía a que su profesora de educación física había sufrido la misma enfermedad y en una clase les había enseñado a detectar los síntomas. «¡Algo le quedó muy bien grabado parece!», señaló entre risas Timathi Fitzpatrick, la profesora.
Luego de 7 días en el hospital, Kimberly fue dada de alta y comentó que su hijo es su héroe.