Ni poses sugerentes y cien por cien estudiadas, ni expresiones propias de una rubia tonta (y vacía), ni hombres al lado que la complementen: en estas fotos de Norma Jean no hay nada que la muestre como la mujer-objeto que nunca fue y que, sin embargo, la industria del cine y la sociedad de su época se empeñaron en reflejar.
Tanto se empeñaron en hacerlo, que llegó el punto en que hasta ella misma se lo creyó; a pesar de su bella inteligencia, superior a la de la media, y de su especial talento para trasmitir emociones desde la gran pantalla, más allá de esa comedia que tan bien dominó.
1. A carcajadas
En esta sesión fotográfica, la actriz estaba enamorada. Y feliz. Sin apenas maquillaje y con tan solo un vestido blanco como atuendo. Tuvo lugar en Roxbury (Connecticut); en las inmediaciones de la casa de campo donde vivió con el escritor Arthur Miller, uno de sus grandes amores.
2. La cara B
Mayo de 1949. Tobey Beach. El fotógrafo André De Dienes captura a una Marilyn cercana, sin máscaras, llena de matices. Luego, se enamora de ella y la convierte en su musa. Siempre respetando en sus retratos la verdadera personalidad de la actriz.
3. ¡Salta!
Esta instantánea fue tomada en 1959 en Nueva York por Philippe Halsman en el momento justo en que Norma Jean se quitó los tacones para saltar y reír, olvidándose por completo del vestido de fiesta y de los labios rojos.
4. Concentración máxima
Marilyn Monroe repasa, atenta, un dossier con fotos suyas. En blanco y negro. Ataviada con camisa de cuadros y pantalón capri. En el sofá. Sucedió a finales de 1950.
5. Una chica normal se divierte en el parque
En los columpios, la actriz se convierte en la niña que siempre fue para brindarle a Philippe Halsman, fotógrafo que la retrató durante años, de nuevo su lado más verdadero. En esta ocasión en un entorno natural y a todo color.
6. Con estilo propio
Traje de chaqueta negro, pamela blanca y una gran rosa fresca que ponen de manifiesto que aquello del estilazo a Marilyn le salía de la espontaneidad y no de la producción.
7. Ella tras la cámara
Otro punto de vista: el suyo. En 1956. Entre sus múltiples facetas, también se encontraba una pasión innata por la fotografía y, por supuesto, por el cine; pero no únicamente desde la perspectiva de la actriz de éxito.
8. Pura luz
En El multimillonario, 1960. Uno de los musicales en los que Marilyn Monroe triunfó. Expresando casi sin darse cuenta todos esos sentimientos y emociones que siempre llevó dentro; como una flor en mitad de la maleza de un rol en que, una vez más, la actriz fue cosificada por el director de la película.
9. Melena al viento
Un año antes en Los Ángeles (California), Norma Jean y el aire del mar. Sin florituras. Sin preocuparse lo más mínimo por estar perfectamente peinada o por la cara con que iba a salir en la foto.
10. La actriz detrás del mito
Por encima de todo y de todos, incluso del estrellato, Marilyn Monroe tuvo una vocación. Esta imagen de rodaje vale más que mil palabras escritas en el guión.